Scott

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Vee me recordaba a mi niñez. La única etapa en mi vida en la que fui "feliz". Yo era un niño alegre, simpático, curioso... hasta que vi como mi madre casi mató a mi padre. Lo llamaron "violencia doméstica", yo lo llamé "Ese día dejé de tener madre".

Si Vee no hubiera hecho amago de llorar, no habría parado. Cuando me besó sentí todos los poros de mi ser despertar y sentirse en paz, pero a la vez la lujuria se apoderó de mi. Quería mimarla, tocarla, hacerla mía. Después de tantas drogas, peleas, dolor, soledad... los labios de Vee eran el paraíso.

- Oye Vee, ¿Si nos quedamos recostados en la cama todo el día crees que lo notarán?

Rió.

- Apuesto a que Marcie no nos dejaría en paz... es Marcie.

- ¿Crees que ella y Patch también son gente que se apuntó al programa?

Un silencio se apoderó del lugar, yo acurruqué el cuerpo de Vee más cerca y entonces ella exhaló y dijo:

- Estoy segura que Marcie también es una persona que se apuntó al programa. Su manera de ser, no es de alguien que ha vivido solo en este mundo. En cuanto a Patch, espero equivocarme... - volvió a cerrar sus hermoso labios, y me miró dudosa. Con mis ojos le transmití que podía confiar en mi, y que prosiguiera- Creo que Patch realmente es un personaje del libro, una inteligencia artificial. Nada en él me ha hecho sospechar de lo contrario. Así como con Nora, Marcie y tú, Patch no me parece real.

- Tienes razón... Si realmente no es humano, ¿Cómo se lo tomará, Nora?

Ella me miró con unos ojos amables e inocentes y en un susurro dijo "Ella ya sabe que él no es humano..."

Marcie entró en la habitación, se tomó un segungo para evaluar la escena y acto seguido dijo:

- Me voy una noche y hacéis honor a nombre de motel...

Me gustaba Marcie, podría ser una capulla en sus palabras, pero había algo en ella que hacía que no te pudieses cabrear.

Miré a Marcie; miré a Vee y le planté un beso de los de película. La señora tiquismiquis no tardó en poner el grito en el cielo y maldecirnos.

- Bueno bueno, ¿Una noche solos y ya podría ser tía? Que peligro tenéis...

Nora acababa de entrar en la habitación. Lucia cansada, como cuando no duermes. Conocía ese rostro, medio ocultado por duchas y polvos.

Toda la pandilla se dirigió hacia un bar llamado "La luna roja". Marcie había dicho que ahí estaba una chico que conoció cuando empezó todo.

Un bar de carretera, no tenía más descripción. Oscuro y lleno de cosas extrañas. Sujeté a Vee de manera protectora, no me gustaba la pinta que tenían estas personas.

Un olor familiar me inmovilizó. Vee siguió caminando unos pasos antes de darse cuenta de que mi brazo ya no la envolvía y se giró.

Cigarrillos, whisky barato, marihuana... un hombre de unos cuarenta años olía de la misma forma que mi madre. Mi cerebro me ordenaba que me moviese, pero yo seguía inmóvil rezando a un dios en el que no creía.

- Eh, Scott...

Vee puso sus manos alrededor de mi cara y me abrazó.

- Scott y yo esperaremos en el coche ¿Vale, chicos?

Nadie dijo nada, y nos fuimos al parking.

- ¿Qué ha ocurri...

No le di tiempo a acabar la frase. Mis labios aprisionaban a los suyos y mi lengua caminaba por su paladar.

Un beso que duró años, se sentía así.

Me moría de ganas de quitarle la ropa y hacerle sentir bien, pero reprimí mi deseo y la abracé.

- Recordé algo que es mejor olvidar.

Vee se pegó a mi y suspiró. Suspiraba cada vez que quería decir muchas cosas pero no podía. Sus maneras de ser me recordaban a una chica que conocí en mi viaje escolar a Italia. Allí en la toscana, conocí a una chica llamada "Giglio".

"No me convencía lo que proponia esa chica de tez tostada al sol y hermosos ojos castaños. Pretendía entrar en la finca de la familia más rica y robarles unas manzanas rojas que se veían desde fuera.

- Gi, no es buena idea... si nos pillan tendremos problemas.

- Cállate, extranjero. Llevo años colandome en esta finca y nunca me han pillado.

- Si tu lo dices...

Conocí a Gi en una fiesta de pueblo. Mi familia había venido a ver a nuestros -aparentemente- parientes. Si los había conocido en el pasado, para mí eran personas indiferentes.
Gi lucia unos vaqueros y una sudadera de Mario. Destacaba por encima de tantas faldas con volantes. Pero lo que realmente me atrajo fue su manera de ser. Sarcástica y sin pelos en la lengua. Gi era un mega tornado que arrasaba todo, y ni se inmutaba.

- ¿Qué te ocurrió ayer? Fue aburrido sin ti.

- Nada, solo un ataque, pero ya estoy mejor.

- ¿De ansiedad? La tia Elu solia tenerlos. - Gi sonrió de manera triste, melancólica.

Ella hablaba en otras lenguas y caminaba por valles que yo nunca conocería. Era salvaje y temeraría. Tenía la mirada de quién ha visto lo peor pero aún quiere seguir adelante. Abatido, cansado o moribundo, un paso más adelante o atrás, significa no rendirse ante lo inevitable.

Ella era como un lirio.

Fui un iluso al pensar que Gi compartiría mi amor. Una vez me confesé, ella se fue alejando poco a poco, hasta que el verano acabó y no la volví a ver nunca más."

- ¿Te encuentras bien, Scott? No parabas de moverte...

Miré a Vee, despeinada, recién levantada y medio desnuda delante de mi.

Ayer cuando conseguí tranquilizarme volví a la habitación y me quedé profundamente dormido.

- Pesadillas, son recurrentes perdona.

- ¿Quién es Gi?

Me quedé petrificado mirando a Vee, no sabía que contestar. ¿Grité en sueños? ¿De qué hablé...?

- Solo alguien que conocí...

- Gi viene de... ¿Giglio?

Asentí. Y le pregunté, despertando mi curiosidad, cómo sabía eso. Era un nombre italiano, no tenía sentido.

- Verás mi nombre real se pa...

- ¡ODIO A ESA PAREJA! Están todo el día haciéndose carantoñas. Son de lo peor. -Marcie nos miró, suspiró y prosiguió- solo vengo a coger mis cosas, quiero una habitación para mi sola.

La opción era factible para todos. Poco después Patch apareció y nos fuimos a ver a un viejo amigo del ángel caído.

The Hush Hush machineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora