Parte 9

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Jueves.

-¿Tienes el pastel?- pregunta mi mejor amigo.

-Si- agarrando el pastel de la mesa donde estaba puesto.

-¿Velas?

-Si- levanto las velas volcán.

-Cuchillo.

-Algo muy parecido a uno, pero como es verde, es bonito- levanto el cuchillo de plástico que me dio mi mamá.

-¿De plástico?- levanta una ceja.

-Mi mami quiere que no me lastime- hago un puchero.

-Vale, yo lo corto-rueda los ojos mi mejor amigo.

Ese día estaba inusualmente contenta, por que era el cumpleaños de Manuel. Hace mas de unos dos o tres años, la tía de Manuel hacia muerto de forma repentina, a él le dio tan duro que lloro por meses. Su tía cumplía la misma fecha de cumpleaños que él, por lo tanto se convertía en todo un desafió para Ma y para mi, que se sintiera feliz por su cumpleaños, igual se lo hacíamos cada años desde que murió su tía, que Manuel nunca olvidara lo importante que era estar vivo y que aun existían seres que lo queríamos y que lo queremos ver feliz.

Ya en el trasporte masivo, el pastel se removió y vatio por todo el asiento, nos dignábamos a la idea que estaría vuelto crema. Cuando llegamos a la universidad, caminamos hasta cafetería y Milena, la novia de turno de Manuel, lo distraía para que así pudiéramos armar todos los preparativos. 

Al final desistimos de la idea de cantarle el cumpleaños en cafetería y lo buscamos en una de las aulas de la universidad, donde usualmente comía con sus amigos. Lentamente Ma y yo nos acercamos, obviamente nos vio, era imposible que no fuera así, Ma y yo medimos un poco mas del promedio.

De inmediato las lagrimas de Manuel brotaron por sus ojos y después de lo que ha mi me pareció una hora, nos miro, con los ojos hinchados como las pocas veces que lo veía en estas fechas y dijo:

-Gracias muchachos, no saben cuanto los amo- trago un poco de sus mocos y abrazo de nuevo a Milena.

-Hermano, sabe que siempre estamos con usted- dice Ma y lo abraza.

-Manuel, eres como un hermano para mi, sabes que haría esto y mucho mas por ti- sonrió y le estiro un pedazo de torta- Ahora, sopla las velitas y pide un deseo, para que mientras estés vivo, se te cumpla. 

-Vale.

Después del emotivo cumpleaños, la razón numero dos de por que estaba aquí tan temprano, se encontraba esperándome en cafetería y temía que como el martes, no pudiera verlo y me dejara plantada, sé que a medias decidí desistir de la idea de que le llegara a gustar y se uniría al mi harem de fracasos, pero eso no implicaba que no podíamos ser amigos, teníamos mucho en común como para dejarlo pasar de esa manera. Agarre las cosas como pude  y salí corriendo con Ma hacia la cafetería.

Y ahí estaban todos, incluso él, bromeando con Sebastian y las chicas, junto con otro chico que parecía nuevo. Ma como buen chico, ya sabia de mis planes, por lo tanto lo soborne con comida para que no estuviera haciéndome caras de mal gusto o me interrumpiera, ya lo había hecho una vez, no me arrepiento que me detuviera, pero si hubiera estado agradable que no gritara mi nombre y dijera que ahí venia mi padre. 

-Hola- saludo a todos en general.

Como habíamos llegado desde antes, ya le había presentado a todos a Ma que inmediatamente conectaron con él. Como soy muy masoquista y aun en mi sub consiente no tengo programado despegarme lo antes posible de Daniel, me siento junto a él, a lo que hace un gesto que me sorprende, arrastra la silla hasta donde esta junto a él y me rodea con un brazo. Ma que esta al otro lado de la mesa donde todos estábamos sentados, abre los ojos como platos y se queda atónito, yo igual, pero respiro "No te ilusiones, no te ilusiones Lu, recuerda lo que te dijo Eduardo e Ian, amiga de todos" pienso, mientras sonrió ante el pobre chico nuevo que es victima de las burlas de Sebastian, las cuales no me uno por que no quiero lucir como una malvada frente a Daniel, pero igual lanzo uno que otro comentario. 

Hola, es un placer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora