Parte 4

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Sábado. 

Nunca en mis 18 años, habia estado tan molesta por que fuera Sábado por la mañana. Me aliste, no me maquille y mis padres me llevaron a la casa de Ian, para asi poder hacer un trabajo. Estaba cansada de la precion social que estan inculcando en mi, mis amigos, que si bien no lo habian hecho con intención, estaban rozando mi limite de mi paciencia. Estaba cansada de escuchar decir a Margarita que aunque Ian dijera que no le gustaba, le pidiera un beso y luego de ahí vieramos como se desarrollaba todo, Sebastian no era de mucha ayuda tampoco. La verdad estaba con un dolor de cabeza horrible de solo pensar hacer eso, aunque mi mejor amigo Martin me dijera que no tenia que dale tantas vueltas al asunto. Igual no sabia si queria o no besar a Ian, el solo pensar que por esos labios habian pasado millares de cigarrillos, me daba algo de asco, pero igual, la opotunidad se me ofrecia. 

-Hola- me dijo Ian sin mirarme a los ojos.

-¿Listo para el trabajo?- digo con indiferencia. 

Entro a la casa, que mas que una casa, era una mansion con piscina integrada y para colmo el apartamento aparte de Ian, estaba en el otro piso. Le digo que es mejor hacer la tarea abajo. Enciendo mi computador y comienzo a buscar información sin tan siquiera verlo a la cara.

-Vamos Lu, hablemos de lo del jueves.

-Habla- digo con la pantalla fija en la computadora.

-¿Te gusto?

-La verdad es que no sé Ian, me confundes mucho y quiero que me digas que fue eso que le dijiste a Marcos el Jueves.

-Solo era una broma Lu, no pense que llegaria a tanto, es que yo soy asi, quiero decir... a veces hago esas bromas.

-Esta bien, esa es la explicación que queria- y dirijo nuevamente la mirada al computador.

-Es que... piensalo Lu, tu y yo juntos, no combinamos...

-¿Y eso que tiene que ver?- se me hace un nudo en la garganta.

-Yo he visto con las personas que andas, no son para nada parecidas a mi, para mi son un monton de frikis raros, que no tienen gracia...

-No hables asi de ellos- digo en tonto cortante- Pero tienes razon, aunque que no te detenga eso en el futuro, nunca sabes...

-Ok, perdon, pero ya hablando enserio, yo voy a fiestas, bebo y fumo, y tu eres toda una niña de casa, no seria capaz de pedirte que cambiaras, por que eres genial como amiga y contigo me siento muy bien cuando hablamos, por que eres como mi parcero.

Y ahí tenemos de nuevo el termino, menuda mierda.

-Esta bien, entiendo perfectamente- digo sin mirarlo y concentrada en la pantalla. A pesar que obviamente no siento nada por Ian, el rechazo me hace dar ganas de llorar, pero no derramare una lagrima, por que eso significaria que él gano y no estoy dispuesta a darle la victoria de manejar mis emociones. 

-No te enojes, por favor.

-No estoy enojada, ni mi importa estarlo ¿Quieres que lo este?

-No, pero no seas tan fria.

-Ah, entonces quieres que grite y haga un escandalo en tu casa por que me acabas de decir parcero y que no te gusto ¿Eso quieres?- levanto una ceja.

-No.

-Entonces dejemos las cosas como estan y deja ya el asunto que me tiene cansada.

De esta manera terminamos el asunto y las tareas. Llamo a mis padres para que me recojan y mientras espero, me siento en la cama de Ian, mientras el se acuesta junto a mi.

-Uf estoy cansado, ¿Me mimas la espalda?

-Como quieras- ruedo los ojos y le acaricio la espalda y cabeza.

-Eres muy buena en esto ¿Lo sabes? pareces una mamá.

-Callate, Mamá la suya- y golpeo su espalda.

-Y volvemos a la Lu violenta que conozco, menudo golpe- levanto los hombros en señal que me importa un comino lo que dijo y cruzo los brazos- ¿Por que no te acuestas?

-No quiero, yo solo me acuesto en la cama de mi mejor amigo.

-¿Ah si?- levanta una ceja.

-Es gay y a ti no te importa, no me voy a acostar ahí, pensaran mal de mi y yo no soy una cualquiera.

-Vale, no te pongas así.

Suena mi tono de llamada, que es la canción de Bon jovi llamada You Give Love a Bad Name, me canción preferida estas ultimas semanas, debido que habla perfectamente como me he sentido emocionalmente estas semanas.

-Me tengo que ir, no olvides hacer la investigación que te toca y aprendértela. 

-Vale, chao amiga.

-Chao parce, nos vemos luego.  

Y con eso salgo corriendo de la casa de Ian. 

Como siempre  la misma historia con los hombres, que tonta fui al creer que algo cambiaría, pero bueno, por lo menos me libere de un peso muerto que tenia en el pecho. Aunque debo confesar que cuando volví a mi casa, corrí a la casa de mi mejor amigo, me acosté en su cama y le comente todo lo que había pasado esa tarde. Me permití soltar algunas lagrimas, pero no por que no le gustaba a Ian, si no por el simple hecho de pensar que las cosas serian distintas y que seria lo suficientemente bonita, como para que un hombre no me viera como su parcero, pero ¿A quien quiero engañar? la historia no es así de sencilla.

-Algún día ese chico se arrepentirá de haberte despreciado,  gorda- dice mi Mejor amigo. 

Mi mejor amigo, a pesar que es una persona fría y poco sentimental, sé que me ama mucho y que daría su vida por verme sonreír. Siempre ha estado ahí cuando pasan estas situaciones y por eso lo amo tanto. 

-Me da igual- suspiro para no seguir llorando.

-Maldito, ¿como va a decir esa excusa tan chimba de que no son compatibles?

-Lo sé, la excusa mas vieja en el libro, pero tal vez tenga razón. 

-Eres genial así tal cual eres Lu, no le prestes atención a eso de que eres una santa niña de casa.

-Pero lo soy, y no pienso cambiar para ser una puta y gustarle mas a los hombres.

-Esa es la actitud.

Termino la noche, viendo películas con mi mejor amigo y tratando de que los malos pensamientos no inunden mi cabeza.




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