Parte 10

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(Nota: nos acercamos al final, obviamente ya saben de entre todas las personas que he mencionado, cual es el de la historia. Igual, disfruten del ultimo capitulo)

Viernes.

¿Se puede estar deprimido un viernes? En mi mundo sí. Tenia los ojos hinchados de tanto llorar a noche, tampoco había dormido muy bien, por que me quede dormida a las 3 de la mañana y me desperté a las 6:30 para hacer un trabajo que tenia que entregar esa misma noche. Con des gana me alisto para salir, le había prometido a Lorena que la ayudaría con unas fotos para su clase y no pensaba llegar tarde, aunque no quisiera ir a la Universidad ese día, tampoco quería quedarle mal a una tan buena amiga. 

Me coloque lo primero que había en el closet, no me importaba mucho mi aspecto ese día, igual todo iba a cambiar a partir de ese día. Me maquillo solo para que mi madre no sospeche que he llorado durante toda la noche, ella se despide de mi en la puerta del apartamento y yo agarro camino hasta el paradero del bus. 

Cuando me siento por fin dentro del trasporte masivo, me coloco mis audífonos y para mi entera desgracias, toda la música que uso para deprimirme, le da por sonar en el reproductor.

+Mil demonios de moderatto.

+Mother de Pink Floyd 

+ Comfortably Numb de Pink Floyd

+ Im a mess de Ed Sheeran

Menudo reproductor que suena durante todo el recorrido. Hasta que me quito los audífonos en la entrada de la universidad y termino con mi festival de auto compasión. Miro mi reflejo en el vidrio de la biblioteca cuando paso por ella, me veo patética y demacrada "Como se te pasa por esa cabeza tuya que le gustas" dice mi yo agresivo. 

-Lu- gritan todos cuando me ven.

-Hola- digo con sueño.

-Siéntate aquí, aquí esta Daniel y te tienes que sentar aquí- dice Didi empujándome hacia un asiento vació.

-Y a mi que me importa- gruño.

-Lu ¿estas bien?- pregunta Sebastian en tono bajito.

-Si, solo que tengo sueño y alguien me esta gritando en el oído.

Me siento con mi mal humor y todo junto. Para mi bipolaridad, cuando llega Daniel, mi humor cambia, tal vez podría actuar un poco mas la ultima vez, un ultimo intento. 

Después de comer y hablar un rato, me siento relajada pero sin humor de nada todavía.

-Te veo en sótanos- dice Lorena y yo asiento con medio bocado en la cabeza.

Cuando Daniel termina su comida, se levanta junto con Sebastian.

-¿A donde van?- digo levantando una ceja.

-Dani, Natasha y yo vamos a ayudar a Lore- dice Sebastian.

-Yo los acompaño.

Agarro mis cosas y como veo que Natasha y Sebastian se demoran mucho, decido avanzar con Daniel siguiéndome a mis espaldas. luego a mitad de camino, me adelanta y camina a mi par. Veo su mano y quisiera agarrarla, pero él ni siquiera me mira y el nudo en mi garganta crece, junto con las lagrimas que pican en mis ojos. Para distraer en mi mente, trato de contar chistes malos y no sé como, lo hacen sonreír. Me da una tristeza enorme al no poder ver esa sonrisa de nuevo o por lo menos no provocada por mi. 

Llegamos a sótanos y después de un casi desnudo de un chico al que Lorena le pidió ayuda y terminar yo tomando las fotos, estoy extremadamente cansada de todo. 

-Si quieres te puedes acostar en mis piernas- invita Daniel.

Y la neurona tonta de Lucí sale al rescate.

-Claro, gracias.

Me relajo un poco. Normalmente soy la cama andante y parlante, soy yo la que consiente, por que no me dejo consentir de personas que no sean mi mamá o mi abuela, pero siento que pertenezco a ese sitio y la verdad, me siento tan cansada de no haber dormido anoche, que no puedo pensar en nada mas que en relajarme y dejar que por lo menos un día, no sea la dramática de siempre y disfrute que me mimen, por que en alguna parte de mi sub consiente, dice que lo merezco. 

No sé como, pero terminamos abrazados, acostados en el piso. Me siento bien y segura, no he querido pensar en nada los últimos minutos, mas que en la sensación que es estar entre los brazos de Daniel. Siento un tirón de mi cabello y trato de acomodarme.

-Daniel, me estas aplastando el pelo- susurro con voz dormilona.

-Perdona, quieres que me mueva o que cambiemos de posición.

Habla tan rápido que no entiendo mucho de lo que dice. Mantengo los ojos cerrados y acaricio su rostro para que se calme un poco. Siento su aliento muy cerca y cuando trato de entre abrir los ojos, tengo sus labios sobre los míos. 

Quedo atónita ¿Estaré soñando? ¿Estaré dormida? ¿Me estoy volviendo loca? siento que se separa demasiado rápido y sin pensarlo dos veces le doy otro beso. Esto en verdad esta pasando, le gusto y él me gusta a mi. Me rió, es tan irreal como sentirlo. 

Muchas de mis inseguridades ese día se desvanecieron. Obvio ese día no sabia a que me iba a enfrentar o como iban a ser las cosas, pero cuando otra vez se marcho de mi lado y dijo:

-Ella es mi Batichica.

En ese momento supe que íbamos a estar bien. 



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