Capítulo 10. Una noche sexy a tu lado

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Unas lágrimas traviesas recorrieron mis mejillas –perdóname por preocuparte siempre.

–No llores mi amor– su suave voz fue melodía para mis oídos –me duele verte triste, me siento impotente por no poder hacer nada contra lo que te pasa– me dio otro tierno beso.

–Trataré de controlar esto, superaré esta enfermedad– sonreí para tratar de calmarlo.

–Te ayudaré a superarlo– acercó su frente a la mía, nuestros rostros estaban a centímetros de distancia. Cerré los ojos disfrutando de su cercanía, podía sentir su cálida respiración.

– ¿Qué haremos mañana?– pregunté aún sintiendo su piel cerca de la mía.

–Mañana me iré temprano a la cafetería, ¿Quieres hacer algo en especial?– se alejó un poco de mí, con una mano acariciaba mi mejilla y con la otra mis nudillos.

–Esperaré a que regreses de la cafetería para que podamos salir... pero te aviso de una vez que saldré a caminar en la mañana– lo último lo dije bostezando.

–¿Estas cansada?– asentí mientras suspiraba, hoy fue un día intenso –vamos a dormir– se levantó del sofá y me extendió su mano –tienes que descansar– tomé su mano y me jaló hacia él, rodeó mi cintura con sus brazos –¿Estas muy cansada verdad?– sus ojos cafés me miraban con deseo, sonreí sabiendo que su cuerpo me quería a su lado –ok, estas muy cansada, ni siquiera respondes– se alejó un poco de mí, ¡¡No estás tan cansada!! Gritó mi lado salvaje, ¡Tiene que descansar! Le regañaba mi conciencia. Dejé que ambas se pelearan e hice lo que tenía ganas de hacer; tomé su mano cuando se daba la vuelta para caminar hacia la habitación – ¿Qué pasa?– giró su rostro hacía mi y lo acuné con mis manos besándolo tiernamente.

–No estoy tan cansada– no dejé que me responda y lo volví a besar; moví mis labios alegremente jugando con los suyos, mi lengua invadió su boca en busca de una pelea con su lengua; mordí su labio inferior terminando con ese beso –ducha– le dije, tomé su mano y lo hice seguirme hacia el cuarto de baño; giraba mi rostro en repetidas ocasiones para ver su reacción. Él estaba un poco sorprendido pero ansioso por lo que pasaría. Llegamos al cuarto de baño, solté su mano y lentamente me fui despojando de mi ropa, quedando solo en ropa interior mientras disfrutaba de cómo me comía con la mirada, sus ojos cafés deseosos de ver más –tienes mucha ropa– le dije ladeando la cabeza, él pestañó 3 veces saliendo de su ensueño y se quitó la camisa rápidamente. Recordé el gel que tenía en el vientre así que decidí adelantarme, me quité la ropa interior mientras observaba como sus ojos se abrían como platos y se mojaba los labios pasando su lengua en ellos –apúrate o me bañaré sin ti– caminé hacia la regadera y abrí el paso de agua fría dejando caer el agua sobre mí cuerpo, mis pezones se pusieron duros ante el cambio de temperatura –¡upss!– dije inocentemente mientras abría el paso de agua caliente –me confundí– sonreí ante su reacción, dejé que el agua me emparara por unos segundos mientras él aún estaba en bóxer.

– ¡Chaerin!– dijo casi en un gemido, me alejé un poco del agua y cerré la llave. Tomé el jabón comenzando a pasarlo por mi cuerpo dándole la espalda, me concentré en jabonar el área donde horas antes Elly pasó el gel. Segundos después sentí una mano tomar la mía –déjame ayudarte– le di el jabón y comenzó a pasarlo lentamente por mi espalda –gira– obedecí su orden, vi su miembro erguido y tragué saliva aguantando las ganas latientes de meterlo en mi boca, sus manos ahora estaban en mis pechos y sus dedos tocaban mis pezones, solté un gemido mientras mi cabeza se hacía levemente hacia atrás, estaba disfrutando de su toque; comenzó a bajar sus manos hacia mis caderas y piernas –eres hermosa– masajeaba mis piernas mientras eran cubiertas de aquella sustancia resbalosa; sus manos se trasladaron a mis glúteos repitiendo la misma acción que con el resto de mi cuerpo, estaba completamente cubierta de jabón. Se incorporó mirándome fijamente, sus hermosos ojos cafés brillaban al igual que los míos. Su cuerpo aún estaba seco, rodeé su cuello con mis brazos y lo besé, era un beso tierno y apasionado donde nuestros labios se encargaban de hablar. Sus manos rodearon mi cuerpo y di unos pasos hacia la regadera lográndola abrir; las gotas de agua tibia caían sobre nuestros cuerpos.

Quiero pensarte (SkyDragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora