Capítulo 4. Kety

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Carlos tenía mucho en que pensar, el día prometia una buena pesca y el clima estaba favorable para esta misma. Llevaba entre el asiento y la batea una camisa de manga larga blanca y un sombrero de palma bastante grande para poder cubrirlo del sol que ese día había salido. Llevaba los vidrios del auto bajados para hacer que el aire entrara en el carro refrescando un poco el lugar.

Arismendi. Kety
La chica terminó de desayunar recogiendo las tazas viendo a las dos pequeñas que se habían vuelto a quedar dormidas. Tomó una manzana y la puso a hervir junto con una guayaba para prepararle su desayuno a las gemelas.
-Bueno pequeñas- las vio- ya es hora de que coman, su padre las quiere mucho y no dejaré que se enferemen.
El abanico giraba refrescando el comedor. Kety terminó de lavar los platos y caminó donde las pequeñas. Las puso a ambas en el sillón teniendo precaución de que no se fueran a caer. Esas bebés eran muy tiernas, normalmente no molestaban para comer o dormir, solo cuando su ropa se había ensuciado por que ellas se estaban rozando ya.
Normalmente Kety iba a la casa de Carlos, solo era en la mañana cuando las dejaba en casa de Kety.
Aprovechando que estaban dormidas, fue por su escoba para limpiar la casa. Barrió la cocina seguida de la sala y de su habitación.
Angela despertó haciendo un ruidito peculiar de ella cuando extrañaba ver allí a alguien, era como un gemidito tal como alguien ahogandose. La primera vez que Kety cuidaba a las pequeñas, creyó que esta se estaba asfixiando por estar acostada. Pero al ver llegar a Kety se le quitaba y cuando se iba volvia a hacer lo mismo, fue así que poco a poco se dio cuenta de que era una señal de que necesitaba ver a alguien.
Kety cargó a las pequeñas hasta su habitación. Era el cuarto de una niña aun, tenía estrellas que brillaban en la noche con una cama de colcha azul cielo en la cama, una amaca colgada de esquina a esquina de su cuarto y un pequeño reproductor de discos en una esquina sobre una mesa de madera, su cuarto daba vista a el patio que colindaba con el de Baute. En si, compartian un árbol, la mitad era de la madre de Kety y la otra de Baute.
Encendio el abanico colocando a las bebes en su cama. Puso un disco para pasar el rato mientras terminaba de limpiar su casa, el piso era de concreto y esto ayudaba que la casa estubiera mas fresca.
Después de esto apagó la fruta ya hervida (que por cierto parecia mermelada de manzana) poniendolo en un plato aparte esperando a que se enfriara. Tomó el mechudo en sus manos limpiando de aquí para allá. Iba al ritmo de la música, casi como si bailara, daba vueltas de aquí para allá (he aquí el por que no terminaba sus quehaceres en ocasiones)
Después de esto, puso a las gemelas en la barra de la cocina para que desayunaran antes de que se hiciera mas tarde
Hecho esto, salio de su casa para ir a la de Baute.
-Cheslito- saludó Kety al perrito, este ya le conocía pues ella entraba y salia de la casa como si fuera suya. El movio la colita festejando la venida de Kety.
Las gemelas iban de regreso a su casa.
Kety abrió las ventanas llegando, encontró los trastos de la casa ya limpia por lo que procedio a recogerlos para dejarlos en su lugar.
El trabajo de kety en si no era mucho con las gemelas, pero si con la casa, en sí se le pagaba por ambas cosas. A falta de una persona que se quedara en casa para limpiar bien y preparar la comida cuando Carlos llegara, tuvo que contratar a la joven. Ella había llegado a ser para él como una hija (Ya no tenía 8 hijos sino 9... ¡Y con José 10! )
Kety vio el la nevera que estaba sin un jugo y le faltaba un yogurt "De seguro que a Carlos le dio hambre en la noche" razonó Kety cerrando el refri en el acto. Siguio examinando la casa viendo en el cuarto de limpieza una chaqueta que no le había visto a Carlos antes "Es nueva" concluyó Kety sin hacer mucho caso a la situación, tomó la ropa de colores similares introduciendola en la lavadora con los detergentes de siempre.
Se diriguio al baño checando que las gemelas siguieran bien. Subio las escaleras para lavar el baño, normalmente no estaba tan sucio pues ella iba a limpiar cada tres dias, y los niños eran ordenados cuando llegaban.
Lavó el baño junto con la regadera, después de empaparse un poco los pies salio de allí dejando limpio el lugar, se asomó por el barandal viendo que las gemelas siguieran bien.
Procedio a ir al cuarto de los pequeños para terminar de arreglar bien sus camas.
Josué era muy ordenado, no le gustaba que en su cama quedaran arrugas por la colcha, siempre trataba de que quedara bien puesto y ordenado su cuarto, pero siempre Kety entraba a ayudar un poco con la limpieza. Vero, por ser la que le seguia a Gabriel, era muy organizada.
El único problema era el cuarto de Thomas... este pequeñito hacia siempre mucho desastre en la casa y su habitación era un campo de batalla sin periodos de paz. Estaba pasando por los "terribles tres" era la edad de los berrinches, de pasar del rey de la casa a someterse a lo que su padre le dijera. Ademas la llegada de Amelia y Angela le hizo que él se sintiera desplasado, además que era un tanto caprichoso.
-Hay Tommy- rió Kety al levantar la cortina de separación que tenian puesta- Veamos que desorden haz hecho esta vez.
Casi no estaba tan desordenada, un poco de ropa regada aquí y allá pero no pasaba mas a lo que ella estaba acostumbrada a ver siempre.
Recogio metiendo en la canasta de ropa sucia las prendas que encontró merecedoras de una lavada.
Paso al cuarto de Vero, de Gabriel y el de las gemelas, encontrando recargada en la pared la guitarra de Carlos. Dejó a un lado la canastita con ropa y el mechudo acercandose lentamente a la guitarra.
La tomó entre sus manos posicionandola, siempre le encantaba cuando Carlos la tocaba, hacia que la música la transportara en lo mas dentro de su ser.
Toco las cuerdas lentamente escuchando el sonido de estas, respiro profundo cerrando los ojos.
De momento le vino a la mente una canción que tenía en su disco, entonces abrio los ojos al recordar que ya no quitó el disco de este y que seguia sonando a esta altura, o tal vez se estaba rayando ya.
Quitó la guitarra de sobre sus piernas dejandola a un lado nuevamente, bajo las escaleras corriendo, le dio un visto rápido a las niñas saliendo rápido por la puerta de entrada. Cheslito movia su colita feliz de verla nuevamente.
-Ahora no Cheslito- seguia corriendo Kety desesperadamente a su casa, saltó la valla que los dividia, pues el ir a dar la vuelta le tomaria unos segundos mas.
Entró corriendo a su casa llegando a su cuarto directamente, levantó la aguja del toca discos viendo que este estaba a punto de finalizar.
Dio un gran suspiro tirandose unos instantes en la cama, era de su artista favorito por lo que,si se rayaba, su madre no le compraria otro.
Volvio a salir un poco mas tranquila ya. Caminó de regreso entrando a la casa de Carlos.
Cheslito no estaba en la entrada, no le dio importancia llendo al comedor donde las gemelas. Al abrie la puerta escuchó las risistas de ambas, esta solo la hacían cuando alguien estaba con ellas.
"HAY ALGUIEN DENTRO CON LAS NIÑAS" dedujó Kety bastabte preocupada, nadie acostumbraba a meterse a casas ajenas pero siempre hay una primera vez.
Kety caminó cuidadosamente hacia la sala, antes de llegar se topó con un bate de beisbol recargado en la pared cerca de la cocina.
Al llegar vio a ambas gemelas en los brazos de alguien que no era Carlos, el intruso se encontraba de espaldas a Kety, ella tomo el bate dejandolo entre su brazo y el cuerpo, pero sin soltarlo.
Tomo un pedazo de tela que estaba por allí cerca entre sus dos manos, estirandolo, en un rápido movimiento lo metio por delante de su cara para taparle los ojos.
La persona dejó a las gemelas en el sillón y se incorporo, estaba un tanto mas alto que Kety pero ella no tenía miedo, le hizo un nudo a la tela y tomo el bate dandole por detrás de los hombro.
-¡AYYY!- Se quejó la persona.
Kety tomó a las niñas entre brazos y hechó a correr con ellas hasta su casa cerrando la puerta tras de si.
-Estaremos bien aquí- beso a las dos bebes que ahora lloraban, probablemente el susto hizo que... que... que terminaran ¿Bañadas? Sucias, mejor, sucias de su pañalito.
Kety abrazó a las dos bebes subiendos en la amaca para arrullarlas, fue a buscar los pañales que tenían de repuesto por cualquier cosa, el calor estaba ya subiendo. Kety le cambio el pañal de ambas lavandolas con agua por el calor. Las volvio a poner en la amaca.
Se azomó por la ventana para ver que pasaba en la casa de Carlos, en sí, era la responsabilidad de Kety velar el bien de la gente y la casa.
Ahora que lo pensaba bien, quien estaba en la casa no parecia muy peligroso ni grande para hacerle daño "Si pude derribarlo con un manto y un bate... puedo sacarlo con Cheslito de mi parte" razonó.
Vio a las gemelas que siguieran bien y salio de la casa, cerró la puertecita detras suyo para que nadie pensara que estaba vacío y encendio la televisión.
Cruzó el terreno por la parte trasera, llegando a la ventana que daba vista con la sala.
Kety se azomó viendo a la persona con los ojos aún tapados, ya estaba de pie pero andaba como ciego, tratando de ver que cosas estaban. A pesar de que quería quitarse la venda no podía.
Kety se metio a la casa con el bate en la mano por si las dudas Cheslito estaba en la puerta esperando el momento de entrar.
Camino lentamente hacia él, estaba mas o menos de la edad de Kety. Traía unos jeans y una playera blanca, llevaba sus sandalias puestas.
-¿HAY ALGUIEN ALLÍ?- Gritó él-¡AYUDA! ¡LAS NIÑAS!- volvio a gritar moviendose desesperadamente de un lado a otro.
-¿Necesitas ayuda?- habló Kety temblorosa.
-¿Quien eres?- preguntó siguiendo la voz con las manos extendidas hacia adelante.
-Las niñas estan bien- le volvio a decir- atrape a las personas que se las llevaban. Estan ellas bien- dijo un tanto apenada.
-¿Podrias quitarme la venda?- le preguntó el poniendose frente a Kety. Estiro las manos sintiendo la cara de ella. Sus huellas sentian cada parte de la cara de Kety, sentía un ligero cosquilleo.
-¿Quien eres tú?- preguntó por fin.
-Soy Alberto- extendio su mano con Kety.
-Kety- le saludo ella.
-Ahora si la puedes desatarme- le dijo Alberto. Kety procedio a poner sus manos alrededor de la cabeza de Alberto para desatarlo.
-Hola Kety- sonrio él después de quitada la venda.
Kety quitó sus manos de la cabeza de Alberto cayendó  la venda que le había puesto al suelo.
-Me tengo que ir- anuncio rápidamente saliendo de la casa. Alberto se quedo allí parado viendo desvanecerse a Kety

Amor de verano (Carlos Baute) ACTUALIZACIONES LENTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora