Capitulo 2

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Al cruzar las puertas del instituto me dirigí a mi casillero, cuando estuve a unos metros de este, pude divisar a mi mejor amiga Anna estaba distraída sacando y guardando cosas en su locker, así que decidí asustarla, me acerque sigilosamente hasta ella, puse mis manos en sus caderas y grite un BUH en su oído.

- ¡JODER! - se dio la vuelta y me fulminó con la mirada- Mille sabes cuánto odio que hagas eso.

-Lo sé... es solo que te vi desprotegida y no pude evitar hacerlo - me alcé de hombros despreocupada, ella rodó los ojos y volvió a buscar sus libros.

Me nuevo dos pasos a la derecha y me pongo justo enfrente a mi casillero, colocó la combinación de este y lo abro para sacar mis respectivos libros, y si, el casillero de Anna está junto al mío, una "coincidencia del amado destino" como dice ella. Aunque yo sé que no es una coincidencia, por lo general los primeros días de clases en esta escuela, rotan los casilleros, así que el día de mi inscripción siempre le traigo regalos a la secretaria, se llama Lucy, es muy amable. Dulces + secretaria= casillero junto al de mi mejor amiga, y se lo que están pensando, no, no es chantaje, solo le doy lo que necesita a cambio de algo que yo necesito, como diría mi padre, es intercambio de habilidades para que ambas salgamos beneficiadas. Es nueno tener a alguien que sea tan bueno para los negocios como modelo a seguir, de mi padre he aprendido mucho, y ya que se tanto al respecto, por que no sacarle provecho.

Saque el libro de historia y el de matemáticas para después cerrar la puertecilla del locker y soltar un suspiro de pesadez, lunes, otro día, otra semana, otro mes en el instituto, y pensar que todavía me faltan tres años para graduarme de la secundaria, sin contar el grado que estoy cursando, y a eso hay que agregarle la universidad, y especialidades... juro que voy a escoger la carrera con menos años en la universidad, no creo poder soportar diez años más de pertenecer a la población estudiantil de este país, y como si mi mejor amiga hubiera estado leyendo mis pensamientos.

-Y pensar que apenas es lunes mi querida Jedi- Anna habla mientras pasa su brazo sobre mis hombros, si así es, mi amiga además de ser más alta que yo tiene una obsesión con Star Wars... la verdad es que nunca entiendo lo que dice porque nunca he visto las películas, a veces solo la ignoro. Yo la mire como diciendo "ya vas a comenzar" y ella solo bufo ante mi mirada y sin más nos dirigimos a nuestra primera clase.

(***)

Anna y yo caminamos lado a lado rumbo a la cafetería después de pasar cuatro horas y media escuchando a los profesores hablar, hablar y bla bla blaa... mi cerebro dolía, literalmente sentía como palpitaba mi cabeza por toda la información que estuve obligada a recibir el día de hoy, no digo que soy mala en mis estudios, por que no lo soy, en realidad tengo muy buenas notas, y que ni Zeus permita que el orgullo de mi padre y la predecesora de sus negocios obtenga menos de nueve de calificación en una clase, por que si somos sinceros, seré yo quien mantenga a mi hermano, el punto es solo que los métodos de enseñanza no creo que sean lo mejores, son aburridos y como pretenden que nos guste una signatura si ni siquiera le gusta al docente que no las enseña?. La pelinegra va hablando sobre cómo es injusto que nos hagan tomar clases obligatorias de música, ya que, según ella, no tiene absolutamente nada de oído musical. En el tercer periodo del año escolar nos hacen tomar una electiva obligatoria, en la que creerías que tienes muchas opciones para elegir, pero no, para nuestro año era música o carpintería, entonces, mi amiga y yo estábamos en este gran dilema, porque por un lado estaba el en serio pésimo ritmo que tiene Anna y por el otro hablamos de una chica sumamente torpe, que ha visto cinco veces toda la saga de destino final. Si, exacto, yo gane, por eso escogimos música, pero ni siquiera hemos comenzado la clase y ella ya está diciendo que le va a ir muy mal. ¿Pesimismo? ¿Donde?

Ya en la gran sala sentí como mi cabeza estaba al punto de estallar, y es que con todo el bullicio de estos pubertos con las hormonas a flote hablando y gritando sin parar, no ayudaba en nada a que el dolor cesara. Mi mejor amiga me tomó del brazo cuando vio que estaba a punto de salir de este lugar yo bufé y me dejé guiar a la fila para pedir comida, Anna pidió una hamburguesa doble con queso, papas fritas y una malteada, yo solo una botella de agua, la verdad es que no tenía hambre y el dolor de cabeza tampoco era que me incitara a comer.

El Secreto En Sus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora