Chica número Dos

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La recuerdo como si hubiera pasado ante mí justo en este instante. Ella era muy peripuesta, siempre maquillada y con ropa cara. Sus labios eran el paraíso prohibido para carteras vacías como lo era la mía.
Sí, ella era todo apariencia. Parecía rica, superficial y manipuladora. Pero ciertamente poco más que un pobre tenía para comer. Recorría por la noche las avenidas en busca de alguien que la diera dinero y por el día gastaba este en clubs de golf, todo por aparentar ser quien no era.
La dolía, la dolía cada noche y cada día. Odiaba ser así, mas no la quedaba opción. Ya habían decidido por ella.
Ahora esa mujer tan sensual que por la calle anda dejando su rizada cabellera al viento, esa que sabes que jamás te prestaría atención, esa diva que posiblemente sea modelo, a esa te la encuentras esta noche en el metro, vendiendo amor para poder pagar una copa más de alcohol.

Voces selladas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora