Echarte te menos y escribir para tenerte.

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"Conocí, en ésta vida o quizás en otra, al aprendiz de Neruda. Nunca podré llegar ni a escribir la mitad de bien que él llegaba a hacerlo, ni aunque lo intente. Escribía de tal manera que te enganchabas a ello, de la misma forma que un adicto se engancha a la coca y no puede dejarla. Yo tampoco podía. Él, podía contarte mil historias en versos que describían todas y cada una de las espinas que se te clavan cuando te enamoras y ese amor, te abandona. Podía hablarte de sueños e insomnes que lo eran por musas con las que un día soñaron y que al final simplemente se esfumaron. Y yo hoy le intento llegar a la suela de los zapatos y le escribo pero no a él, hoy, a la luna, para decirle que le susurre que vuelva, que le diga que no sea uno de aquellos que ya no lucha por miedo. Le escribo a ella y quizás a ti con la esperanza de que lo leas y te des cuenta de que no hay nada más bonito que un amor cuando florece y vive y no aquel desamor del que tanto escribimos. Y qué bonito florecer parecía tener el nuestro pero, no, no florecía, esa flor que simbolizaba nuestro amor acabó marchita por no saber cuidarla y te admito- desde aquí- que es una pena y, una vez alguien me dijo que cuando yo sonreía se me formaban unos hoyuelos preciosos que hacían florecer todas y cada una de las flores de nuestra amada Primavera y desde que te has ido ha desaparecido, he dejado mi sonrisa por el camino y he dejado, también, la Primavera incompleta por falta de sonrisas y eso, eso sí que es una verdadera pena. Y, ¿sabes qué? desde que Neruda dejó de escribirme parece que las heridas que tenía antes de engancharme a él y a leerle, vuelven a abrirse como si quisieran recordarme lo sola que me he quedado y la falta que me hacía -y hace- un buen escritor como lo era él. Y yo, como una loca como a veces me llamabas, te escribo como si fueses alcohol puro para mis heridas y me curaras todas y cada una de ellas con las palabras que un día me dijiste. Y aquí me tienes, a las tantas de la madrugada y no sé ni qué hago aquí, parece que solo hago que escribirte un pedacito de mi o de ti y, ya no sé si la musa que un día fui sigue inspirándote a escribir o si en cambio ahora te quita las ganas de vivir como a veces me las quita a mi.Y te diré, con total sinceridad, que hoy he vuelto a leerte- después de mucho tiempo- mientras Ludovico sonaba de fondo. Nuestro amado y preciado Ludovico. No he podido evitar leer aquellas palabras que un día me dedicaste, recuerdo que dijiste que yo era de esas chicas que todos miran, admiran e idolatran, pero que muy pocos entienden. De la que escribe mucho del pasado para hacer ver que lo ha superado. De las que rompen poco, excepto a ella misma. De las que sienten rápido y olvidan lento. Y no te equivocabas, te recordaba a una leona pero incluso ella tiene sus momentos de debilidad y pierde la fuerza y yo hace mucho que ya la perdí. Te perdí y la perdí. Y ya no sé cómo seguir, eras como una de esas adicciones que aunque quieras, no las superas. Y te juro por encima de todo que lo he intentado pero, ya ves, aquí me tienes, escribiéndote de nuevo como si algún día lo hubiese dejado de hacer. El tiempo pasa, llega Febrero y tengo miedo de que sigan pasando los días y tú no estés en ellos. Llegará Mayo y parece que lloveré con él. Cuántas lágrimas soltaremos, agua de mayo, o no, también agua de mi. De mi sin ti. Parece que todo se vuelve gris y lo odio en todos sus matices porque tú me dabas color en todos los sentidos. No sé qué más decirte porque quizás para ti todo esto no tiene ni sentido, ni siquiera sé lo que estoy haciendo, parece que te quiero de vuelta porque no es tan fácil dejar ir a la única y última estrella de esta galaxia encontrada que encontré en ti mientras observaba a nuestra amada Luna en esas noches que nos teníamos. No puedo dejar a esa estrella, no tan fácilmente, no puedo y menos cuando fue la primera que tuve entre mis manos y me hizo tan feliz. Tonterías mías supongo; no creo que ni haga falta que te diga quién soy porque ya lo sabrás; conoces bien a la que fue tu musa aunque ya dejó de serlo y no sé a qué he venido; solo sé que he cogido un bolígrafo y un papel y he empezado a escribir y, aunque no lo entiendas, toda esta mierda que te he escrito viene siendo lo mismo que un 'vuelve' porque eso es lo que realmente necesito."

Escribiendote...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora