No quiero
perderte al despertar,
que me duele
que me escuece,
tanto,
que me rompo.
Haces que te busque
en cada estación de tren
en ese andén
que está cerrado y
no hay próxima parada
a tu corazón.
Es despertar y
ver que no estás y
ya no amanece
es todo gris,
negro,
blanco,
sin ti.
Y a veces, imagino que
nos queremos hasta la madrugada
de todos y
cada uno de los días
en los que te tengo
aquí.
Nos imagino
teniéndonos
el resto de mi vida
de la tuya,
de la nuestra.
Y vuelvo a escribirte
un verso más
a ver si te encuentro
en cada letra porque poesía
eres
tú
en mi.