Capítulo 7: Un Encuentro Inesperado

29 0 0
                                    

Fue así como Caty vivió una semana en esa cabaña, había almacenado comida suficiente y a pesar de eso, no comía hasta saciarse, ahorraba un poco porque tarde o temprano debía seguir con su viaje y necesitaría provisiones. El sábado por la mañana, la chica salió de la cabaña y se paró junto al Cristo para contemplar el paisaje, un aire fresco y tranquilo se dejaba sentir en el ambiente, Caty estaba mirando el desierto cuando de pronto logró divisar una sombra de pie que caminaba torpemente hacia el Cristo, la silueta era demasiado alta como para ser un pony.

-¿Qué es eso? -se dijo a sí misma, luego se percató de que podría tratarse de un ser humano.

-¡Ey, señor! -gritó haciendo bocinas con las manos- ¡¿Se encuentra bien?!

De repente, el tipo extraño cayo a la arena, Caty se percató al instante y sin pensarlo mucho, corrió para auxiliarle ¡podría ser un superviviente que estuviera herido! La distancia era de 200 metros y a pesar que la arena frenaba cada paso, Caty logró llegar con el sujeto.

-Señor, señor ¿se encuentra bien?- dijo sacudiéndolo.

El extraño parecía haberse desmayado boca abajo y al darle la vuelta, Caty advirtió que una máscara ocultaba su rostro, también había una mancha roja oscura a la altura de su hombro izquierdo lo que alarmó a la chica, le tomó el pulso del brazo derecho y por fortuna, el extraño seguía con vida pero necesitaba atención medica inmediata. Resuelta a ayudarlo, Caty lo cargó en su espalda y lo llevó a la cabaña; durante el trayecto al sujetarlo de los brazos, sintió que el brazo izquierdo estaba más flojo que el derecho. Al llegar a la cabaña, Caty recostó al extraño en el suelo y le quitó la playera, efectivamente tenía una herida en el hombro izquierdo por lo que la chica le echó agua para intentar lavarla pero se llevó una gran sorpresa.

En vez de una simple herida, el extraño ¡tenía el hombro perforado! El diametro del agujero era de 5 centímetros, era como si un rayo mortal le hubiese hecho eso. Caty no tenía conocimientos sobre esta clase de heridas pero al menos debía detener la hemorragia, recordó que tenía vendas en sus mochilas que podían servir. Durante 5 minutos, Caty estuvo presionando los bordes para frenar el flujo de sangre y lo logró, acto seguido hizo una bola con el algodón y la metió con cuidado en la perforación.

-Pobre tipo, -dijo Caty conmovida- no se mucho sobre esto pero aquí hay una herida que jamás va a sanar.

Acto seguido, comenzó la espera para que despertara; para que pudiera respirar mejor, Caty decidió quitarle la máscara pero al hacerlo, casi le da un infarto al ver el rostro de la persona bajo la tela ¡era Max, su hermano! La agitación se apoderó de la chica, no cabía en sí, había visto como el rayo atravesaba el pecho de Max pero la única herida que tenía era la perforación que tenía en el hombro¿qué estaba pasando aquí?Pasado un rato, Caty recuperó la calma, aceptando que tenía frente a ella a su hermano y que estaba vivo por lo que comenzó a suponer lo que había sucedido cuando estaban en la frontera.

Puede que el rayo en realidad le dio en el hombro a Max pero por la distancia parecía que le dio en el pecho, que fue lo que Caty logró ver, por la herida terminó inconsciente pero luego despertó y decidió buscar a su hermana, pero el como acabó con aquella máscara negra era una duda sin respuesta; si los humanos lo hubieran encontrado, se lo habían llevado a un hospital, en cambio los ponis de haberlo hallado, se habrían deshecho del cuerpo tan solo de descubrirlo. El único que sabía la respuesta era Max pero debía despertar primero, eran las 10:50 de la mañana cuando Caty le quitó la máscara. Pasaban varias horas y el chico no despertaba y el sol comenzaba a inclinarse hacia el oeste; eran las 4:30 de la tarde cuando Max finalmente despertó.

El chico estaba aturdido, intentó incorporarse cuando vio el techo de la cabaña, en el intento tiró una bolsa llena de agua fría sobre su cuerpo, vio que se encontraba en el sillón, solo podría mover el brazo derecho puesto que el izquierdo no le respondía, desde su posición podía ver todo el interior de la cabaña y al ver la puerta, trató de ponerse en pie haciendo algunos ruidos. En ese momento Caty se encontraba cerca del Cristo cuando a sus oídos llegaron los ruidos que venían de la cabaña.

De la Noche a la MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora