Sra. Villalobos

5.- No sabia que pasaba.

Narra Sebastián:
Llegamos al lugar y como de costumbre todos abrieron paso para que entráramos. La verdad yo no me sentía tan importante pero me gustaba.

Ya había tomado y ya habían llegado a mi varias chicas.  Y Solo con unas pocas baile.
Había un DJ famoso tocando. Pero no le presté mucha atención.
Hasta que vi a una chica parada viéndolo. Decidí acercarme. 

-¿Que te parece?.- dije parándome a un lado de ella.

-¿El DJ? Bueno, en realidad.- dijo ella.

-¿Disculpa como te llamas?.- dije.

-Layla.- contestó.

-Yo Sebastián mucho gusto.- dije estrechando mi mano. 

Estuvimos la noche bailando, y tomando bastante. Ella más en realidad.

-Otro, otro.- dijo Layla después de haber tomado un shot de tequila.

-Te ves demasiado mal, ya no tomes.- le dije.

-Ay por dios, quiero más.- me contestó.

Y estaba apunto de vomitar, así que la lleve al baño.

-No puedo creer que este vomitando y un chico lindo me vea haciéndolo.- dijo molesta.

-Tranquila, ya nos vamos.- dije sonriente. 

Salimos del lugar, y la subí a mi carro. Decidí llevarla a mi casa, ya que no sabía dónde vivía, en eso sonó su celular, ella se quedó dormida, así que conteste yo.

-¿Diga?.- conteste.

-¿Layla? ¿Dónde estás? ¿Quién eres?.-contestó una chica.

-Layla está conmigo, está durmiendo. Tranquila que esta en buenas manos. Soy Sebastián.

- Yo soy Roxana ¿de verdad eres tú? Bueno té la encargo, ¿fue tu chica de esta noche? ¿La llevaras a tu casa?.- dijo Roxana.

-Hey, hey son muchas preguntas, mañana seguro te llama y te explica.- dije terminando la llamada.

Llegamos a casa y como se había quedado dormida decidí llevarla a una habitación, para que descansara, haber que pasa cuando despierte. Baje las escaleras.

-¿Quién es la jovencita?.- dijo Ros mientras salía de la cocina.

-Es una chica que conocí hoy, se quedara aquí, si necesita algo por favor dáselo.- dije. 

-Esta bien Sr. Sebastián.- dijo.

Subí a mi habitación, me di una ducha y me quede dormido. Ya no quería hacer nada dado que eras las 3 de la mañana.

Narra Layla:
Desperté ya que el sol daba en mi cara. Este cuarto tiene mucha Luz, pensé. No sabía dónde estaba pero sí recuerdo algo de anoche. De seguro me acosté con el chico lindo y él se largo.

-Si seguro fue eso.- dije mientras tocaban mi puerta.

-¿Se puede?.- dijeron del otro lado.

-Si claro.- dije mientras abrían la puerta.

-Mucho gusto señorita, me llamo Rosalie y estaré aquí por si se le ofrece algo.- dijo sonriente.

-Gracias, oye disculpa una pregunta ¿dónde estoy?.- dije confundida.

-En la casa del Sr. Sebastián. Por cierto allí está el baño por si quieres usarlo, estaré abajo.- dijo saliendo de la habitación.

Decidí darme un baño, aún que aún no entendía lo que sucedía.
Salí del baño y encontré a Sebastián sentado en la cama. 

-¿Qué pasó? ¿Cómo dormiste?.- dijo el.

-Bien gracias y eso quiero saber yo, que pasó.- dije molesta.

-Tranquila no pasó nada malo. Tomaste tanto que ya lo olvidaste. Pero solo eso.- me dijo. 

-Bueno y ¿mi amiga? ¿Acaso me abandono?.- dije.

-¿Roxana? No, llamó anoche y le dije que estabas en buenas manos.

-Gracias por todo esto pero no era necesario.- le dije.

-No es nada y ten, que no te vas a quedar todo el día en toalla.- dijo ofreciéndome un vestido.

-Gracias por cierto me tengo que ir.- dije.

-Ah no, ayer no nos conocimos bien. Así me que lo debes. Estaremos todo el día juntos.- dijo sonriente.

No me quedo opción más que hacer agradecida por todo lo que había hecho por mí y decirle que si.

-Te espero abajo para desayunar.- dijo saliendo de la habitación.

Me puse el vestido y unas sandalias que venían con el. No sé por qué pero había maquillaje y decidí usarlo.
Baje hacia la cocina.

-¿Qué vas a desayunar?.- dijeron Sebastián y Rosalie al mismo tiempo.

-Lo mismo que Sebastián.- dije riendo.

Terminamos y Sebastián me dijo que tenía que trabajar medio día. Así que salimos hacia dónde trabajaba...