Una pesa atada al suelo que no me deja caminar, pero si me obliga a llorar de la impotencia.
Entre en un túnel oscuro sin poder esquivarlo, soltaron mis manos, justo en el momento que más las necesito, o tal vez nunca las agarraron...
Mi corazón late de prisa, casi que parece estar sincronizado con mis lágrimas, que en momentos inundan mi rostro, pero no tardó en parpadear para seguir observando esa luz que tanto me llama la atención.
El deseo de alcanzarla manipula mis pensamientos y sentimientos, pero cuando intento levantarme recuerdo la pesa que me mantiene. Ni siquiera puedo caminar.
Necesito ayuda, mi corazón late aún más fuerte y las lágrimas no son suficientes cuando recuerdo que ni siquiera estoy acompañada.
Abro los ojos para admirar cada acción, aprender de cada una de sus palabras y avanzar lentamente. Una distracción, analizar sus respuestas, fue una distracción tan grande que olvide hasta en donde me encontraba, ya no se donde esta la luz, pero ahora se que me hace feliz y no es la luz o tal vez eso es lo que pensaba.

ESTÁS LEYENDO
Adolescencia Anclada H.S
Teen FictionMe llamó Emma Blake tengo 16 años, vivo en Barcelona, España desde que me mudé a los 3 años. Mi vida era bastante normal, o eso es lo que pensaba, nunca me pregunté en qué momento había cambiado tanto, pero todas las respuestas las tienen ellos, mi...