Los primeros rayos de Sol ya habían salido hace ya un par de horas, y la pareja seguía recostada durmiendo plácidamente, con sus cuerpos entrelazándolos, sintiendo sus pieles desnudas contra la otra, compartiendo su calor, a la vez que sus pechos subían y bajaban de forma pausada.
No pasó mucho tiempo cuando, un pequeño niño de siete años ingresó al cuarto de ambos, luciendo su pijama con estampado de osos. Sin demora, se subió a la cama matrimonial, sin hacer mucho ruido.
Saruhiko, quien tenía el sueño liviano, al sentir el movimiento de la cama, abrió los ojos lentamente, para luego mirar hacia la causa de este, encontrándose con su pequeño hijo. El peliazul mayor se sentó, dando un pequeño bostezo.
– Papá – le llamó el niño – ¿no íbamos a salir hoy? – preguntó el pequeño haciendo un leve puchero.
– ¿Eh? – preguntó aun despertando.
– Íbamos a ir a comprar las cosas para hoy – ahora su puchero era mucho más notorio, reprochando a su padre con la mirada.
– Oh, sí, sí. Es cierto – la ampolleta interna de Saruhiko se encendió al escuchar al pelinaranja menor.
Ayaka sonrió tiernamente para luego bajarse, colocándose de pie y salir corriendo fuera de la habitación. Saruhiko al verle, suelta otro bostezo, desviando su mirada hacia el pelinaranja que dormía plácidamente abrazando su almohada. El peliazul sonrió para luego acercarse a su pequeño, comenzando a darle pequeños besos en la cara, mientras corría los cabellos sueltos que se encontraban en este. Poco a poco, el ojiámbar comenzó a abrir sus ojos, para luego encontrarse con los azules de su pareja.
– Buenos días, Misaki – le dice este al ver como su pareja despertaba. El aludido al escucharle, sonríe levemente.
– Buenos días, Saru – le contesta, sentándose en su cama, para luego estirarse – ¿qué hora es? – murmura ladeando su cabeza hacia el velador, donde se encontraba el PDA de Saruhiko. Sin más, lo toma y aprieta uno de los botones, para luego ver cómo este mostraba en grandes números la hora en la pantalla – las diez de la mañana – vuelve a soltar un bostezo, mientras era observado por el peliazul, quien solo se limitaba a formar una sonrisa en sus labios.
Misaki sin demora, se colocó su pantalón de pijama, que por cierto se encontraba tirado junto a la cama, con la polera de este, y se puso de pie, con la intención de ir a prepararle el desayuno a sus pequeños.
– Oye Misaki – le llamó Saru cuando vio que este se colocaba de pie para salir del cuarto.
– ¿Umh? – se ladeó un poco mirando al peliazul.
– Aun no me has dado mi beso de buenos días – dijo sin más, mostrando una sonrisa de medio lado, a la vez que veía como el aludido se sonrojaba de forma casi inmediata, causándole mucha más gracia al azulino.
– ¡N-N-No te rías, mono estúpido! – y sin más salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.
Saruhiko solo se limitó a soltar una pequeña risa y luego disponerse a vestirse con las ropas más cómodas para ese día.
En menos de diez minutos ya se encontraba en el comedor, donde ya estaban levantada toda su familia. Al hacer acto de presencia, sus hijas, quienes se encontraban sentadas a uno de los costados de la mesa, le saludaron dando los "buenos días".
– Buenos días, papá – hablaron en unísono.
– Buenos días Nozomi, Marina – les respondió a sus no tan pequeñas hijas.

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Un año más
Hayran KurguSaruhiko junto a Misaki y sus hijos, deben preparar todo para la cena de Año Nuevo, en la que vendrán todos sus amigos con sus respectivos hijos para pasarla juntos. Parejas: *SaruMi *MikoRei *IzuSeri *SukuAnna *KuroShi ~Este One-shot luego se conve...