I: Apolune ↞ Stiles/Isaac/Teen Wolf ↠

Capítulo 4: Nueva y Reluciente

—Scott y yo estudiaremos esta tarde —dijo Allison.
—¿Estudiar? —pregunté.
—Solo estudiar —respondió Allison captando mi tono.
—Los dos en una habitación, solos, ¿y vais a estudiar? —me atreví a preguntar.
—Yo solo digo que se proteja —dice Lydia. Allison parecía extrañada—¿Hola Blancanieves? Me refiero a un condón.
—¿Qué? ¿En la segunda cita? —responde Allison.
—No seas tan puritana como Ella. Pruébalo un poco.
—Eh es solo que no me voy a acostar con el primero que vea —respondí ofendida.
—Bueno, ¿y cuánto es un poco para ti? —dijo nerviosa.
—Vaya, entonces te gusta de verdad ¿no? —le pregunté.
—Él es diferente, cuando me mudé, dije que nada de novios hasta la universidad...cambio mucho de ciudad, pero entonces le conocí...no puedo explicarlo —sonrisa tonta otra vez. (Esto es desesperante).
—Yo sí —le dice Lydia— tu cerebro derrocha feromonas. Te diré lo que harás. ¿Cuándo has quedado?
—Después de las clases.
—Bueno chicas os dejo conversando sobre temas que ahora mismo no me interesan —dije con prisa.
Fui hacia mi taquilla a recoger unos libros cuando vi a Derek prácticamente tirado en el suelo apoyado en la pared y con muy mala cara.
—Eh...oye, ¿estás bien? —le pregunté tocando su frente y agachándome a su lado, él cogió mi mano con fuerza (con la poca que le quedaba porque si no me habría roto los huesos), y entonces el timbre sonó y se tapó los oídos (tampoco era para tanto).
—¿Dónde está Scott? —me preguntó con dificultad.
—No lo sé, venga, vamos a buscarlo — me levanté y le ofrecí mis manos (porque con una imposible levantarle). Comenzamos a andar, pero Derek se desplomó encima mía.
—¡Oye, oye! —exclamé.
Puse un brazo suyo sobre mis hombros e intenté avanzar— ¡necesitas un médico, no a Scott!
—Scott...por favor...— me debatía sobre qué hacer y entonces vi a Stiles a punto de salir.
—¡Stiles! —grité. Él se giró en seguida y cuando vio a Derek vino corriendo.
—¿Qué le pasa? —preguntó alterado.
Ya íbamos por la carretera cuando nos cruzamos con Scott. Se bajó de la bicicleta y vino corriendo hacia él. Estábamos en medio y los coches no dejaban de pitar.
—Stiles —dijo Scott mirándome de reojo. Y Stiles también me miró.
—Oye ¿es que molesto o algo? —pregunté algo cabreada. Y miré a Derek.
—Tus...tus ojos...—los ojos de Derek empezaron a brillar de un modo extraño. De un azul brillante.
—No no...Ella —dijo Stiles mordiéndose el labio— vamos al Jeep —en ese "vamos" no me estaba incluyendo a mí.
—¿A dónde le vas a llevar? —Stiles se quedó callado. Scott subió a Derek al coche. Pero se quedó fuera —dime qué pasa —dije lo más seria que pude, cogiéndole del brazo. Así que me miró, pero no dijo nada.
—Lo siento Ella —dijo mirando al suelo.
Le solté y subió al Jeep.
Solo podía pensar en aquellos ojos. Los ojos de Derek...

       🌙

Estaba en mi casa haciendo deberes pero no me podía concentrar. Solo recordaba los ojos de Derek y los de Stiles sin querer decirme la verdad.
Lo que dijo Scott de que casi mató al conductor, las miradas cómplices entre ellos, y cuando estábamos en los vestuarios... esos momentos, junto al suceso de hoy con Derek tenían algo en común, la atmósfera tensa que se creaba había llegado a asustarme, era como si tuvieran un secreto muy importante que proteger. Pero ahora quería saber de qué se trataba aquello que ocultaban cada vez que me excluían de la conversación.
De repente empezó a sonar Back In Black de AC/DC. Sí, ese es mi tono de llamada. Si no fuera un sonido tan estridente jamás encontraría mi teléfono móvil (no soy nuy ordenada).
—¡Ella! ¡Tengo un trabajo para ti! —gritó Lydia desde el otro lado de la línea.
—Si no es un trabajo en el que me pagen por dormir no lo quiero —respondí riendo.
—Vas a tocar en el baile de invierno —dijo convencida.
—No —respondí aún más convencida.
—Pero Ella, eres genial, seguro que eres la mejor actuación de la noche — insistió aún más pero yo estaba encerrada en mi burbuja.
—No, Lydia ¿sabes lo que es el pánico? Estoy segura de que sí, y también estoy segura de que sabes que soy el pánico en estado extremo cuando tengo que actuar—dije muy rápido y algo angustiada, solo pensarlo me ponía nerviosa, pero he de admitir que me encantaría hacerlo.
—Sal de casa —me respondió Lydia.
Me asomé por la ventana y la vi con un paquete gigante y un Jackson sonriente. Bajé las escaleras corriendo y salí a verlos.
—Puf Lydia qué has hecho.. —dije abrumada.
—Ábrelo venga —dijo riendo.
El envoltorio era acolchado y resistente, y cuando logré quitarlo, quedé más que impresionada.
—¡Lydia! ¡Madre mía! —grité emocionada.
Ante mis ojos tenía una guitarra eléctrica color rojo oscuro, nueva y reluciente.
—Es un regalo de cumpleaños adelantado, pero es de parte de tu padre —dijo Jackson señalándole, mi padre estaba apoyado en el marco de la puerta— nosotros solo hemos hecho la parte sorpresa.
Corrí hacia mi padre y le abracé muy fuerte.
—Muchas gracias papá —le dije sonriendo.
—Te quiero hija —respondió el con otra sonrisa, aunque parecía algo triste.
—¿Entonces qué? ¿Tocarás? —dijo Jackson. Me tomé mi tiempo para responder, aunque después de esto, era imposible rechazarlo.
—Eso intentaré —respondí mirando mi hermosa guitarra nueva.

🌙

En las próximas horas todo se trataba de encontrar una canción con la que fuera imposible sentirme insegura.
La cosa es que me pongo tan nerviosa en el escenario que acabo haciendo algo mal.
Estaba ensayando las canciones que había escrito últimamente cuando la presencia de mi padre me sacó de mi trance.
—Hola papá —le dije sonriendo.
—Hola Ella —respondió sentándose en mi cama. Parecía algo serio, algo un poco extraño en él. Esperó en silencio unos momentos y me miró.
—¿Qué tal el instituto? —preguntó de repente.
—Bien —le contesté algo extrañada.
—¿Tú estás bien? ¿Estás contenta? —dijo apenado.
—Papá me acabas de regalar una guitarra nueva, ¿cómo no voy a estar contenta? —le respondí como si fuera obvio.
—Solo quería saber eso, no te preocupes cielo, a veces soy un histérico —no sabía por qué, pero no me quería contar exactamente lo que pensaba. Se levantó y salió de mi habitación. Y lo único que pude hacer fue exactamente lo que me dijo que no hiciera.
Preocuparme.