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- Y no vas a decirme nada? Ni siquiera a darme una pista?

- No deberías ser tan curioso. Es algo que jamás le he contado a alguien...- dice, doblando la toalla en cuadrados para finalmente ponerla encima de su entrepierna- así estás más cómodo?

Hago una mueca, una media sonrisa. Me gusta. Me gusta su carácter y su desparpajo. Su confianza. La confianza que tiene en si mismo.

- A alguien se lo tendrías que contar... - digo sentándome a su lado cruzando las piernas.

Eunhyuk se alza, aun con la toalla sobre su pelvis y tantea el suelo con la mano a ciegas en busca de algo. Tabaco. Saca un cigarrillo, lo enciende con el mechero que había dentro del paquete y se lo lleva a la boca, inhalando el cancerígeno humo, llevándolo hasta sus muertos pulmones y exhalándolo hasta el exterior de nuevo.

- Es algo difícil de contar.

- Te recuerdo que encontré a toda mi familia muerta en la cocina. Destripados. Completamente ensangrentados e irreconocibles. Puedes sorprenderme.

Eunhyuk dió de nuevo una calada, y con la mano sobrante penetró en su denso y blanquecino cabello echándolo hacia atrás, dejando al descubierto sus rojizos ojos. Un acto demasiado sexy.

- Pasó hace mucho, prácticamente ni me acuerdo. Yo vivía en un pequeño pueblo, mis padres tenían una casa y un terreno que cultivaban. Algo modesto, ciertamente. Por cercanías, iban a desposarme con nuestra vecina, que a pesar de serlo vivía a kilometros. Era preciosa- suspira, mirando al techo en busca de los recuerdos del pasado- Pocos días antes de la boda, los padres de ella informaron a los mios que había llegado un importante mercante y que este era joven y rico. La desposaron con el, sin tener en cuenta nuestros mutuos sentimientos. Y yo no pude hacer nada. Nada.- exhala en un suspiro de pena- Yo la amaba, incluso la había tomado sin tan si quiera estar casados, algo impensable para la época de la que te hablo. A la mañana siguiente, este mercante pagó una fortuna por ella y se la llevó. Y era tanto mi odio e impotencia por aquella situación que decidí ir a buscarla, y lo que encontré...- Eunhyuk cierra los ojos con fuerza, marcando las arrugas de expresión- Lo que encontré fue horrible. Ella ya estaba muerta- dice despues de un largo susurro- Despues de haber cometido sobre su precioso cuerpo y su alma piadosa decenas de vejaciones. El era un tratante de blancas. Se dedicaba a comprar mujeres y malvenderlas a personas asquerosas para cometer cualquier tipo de humillaciones o actos sexuales degenerados.

- Y que pasó despues?

- Los maté a todos. A cada una de las personas que formaban la familia de aquel hombre que la compró. Les corte el cuello, saqué sus tripas. Di con el bastardo que le provocó tanto dolor y lo mate, a el y a todos los que vivían en su casa. Era tanto mi odio, era tanto mi rencor, que incluso mate a su mujer y a sus hijos, ya que yo nunca podría tenerlos tampoco. Estaba tan ciego de dolor que no era capaz de ver ninguna luz en mi vida. Sentía tanto...- susupira- padecía tanto... y ahora soy incapaz de sentir nada. Esa es mi penitencia por sentir demasiado, no sentir miedo, ni dolor, ni alegría. Nada.

- Realmente es muy...

- Cállate!- dice con voz tirante casi en un grito. Eunhyuk se levanta de la cama corriendo, quedándose de nuevo completamente desnudo y se fue directamente a la cristalera que estaba trás nuestro. Mira por la ventana dirección abajo con el ceño fruncido y veo, como por un instante, sus manos tiemblan de miedo.

- Estas seguro de que eres incapaz de...

- Nos han encontrado. Vistete, tenemos que irnos- me da un manotazo en la cabeza para que me levante de la cama.

- El que tendría que vestirse serias tu- digo con cierto retintín sin poder apartar la mirada del vaivén de su desnudo culo que va casi corriendo hacia el baño.

- Escuchame- Eunhyuk se ha dado la vuelta con un giro rápido y sin darme cuenta lo tengo delante de mi de nuevo. Desnudo. Demasiado cerca. Mi cuerpo reacciona de una manera inesperada a su casi contacto. Creo que me he empalmado.- Esta es tu última oportunidad de ascender. Y yo no tengo ganas de morir. Así que hazme el favor de comportarte y no rechistar en nada. No corras en una dirección diferente a la mía, no luches, escóndete no muy lejos de mi y cuando haya acabado con ellos sal. Si te encuentran, chilla. Te salvaré.

- Muy principesco por tu parte, no crees?- digo con cierta burla.

Y entonces Eunhyuk, con una media sonrisa torcida expresa:

- No dejo de ser tu protector.


PandæmoniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora