15.

38 4 1
                                    

Y entonces el mundo se para a mi alrededor.

No hay brisa que mueva mi cabello.

No hay sonido que inunde mis timpanos.

No hay luz que haga cerrar mis párpados.

No hay aire que llene mis pulmones.

Un dolor punzante atraviesa mi vientre y me hace caer de rodillas. Entonces, la brisa mueve mi cabello, el sonido de esta inunda mis timpanos, la luz vuelve a cegarme y el aire entra en mis pulmones. Caigo de rodillas aunque Eunhyuk me sostenga por las axilas.

- Tenemos que darnos prisa- insiste- esto te hace mas mal que bien.

- Por que me has besado?- pregunto sin poder disipar mi dolor- me esta pasando esto por que me has besado?- pregunto, con tono agresivo separandome de el.

- No, solo...

- Solo querías convencerme?- le pregunto, sin querer saber la respuesta. Me arrastro por el calido asfalto, pero el dolor no me deja retroceder mucho mas. Me caigo y me retuerzo sobre mi mismo, haciendo una mueca para no gritar.

- Se esta acabando el tiempo!- chilla Eunhyuk con desespero- Venga, vamos, levantate!- dice agarrandome por el antebrazo.

Sin resistencia, le hago caso, me levanto y nuestras caras se ponen frente a frente, cara a cara y por un segundo, confundo la brisa con su aliento, y me desespero por oírlo respirar. Por saber que es humano. Por saber si su corazón esta tan muerto como sus pulmones. Por saber si puede amar.

- Por que me has besado?- repito.

- Me apetecia- dice, sin alejarse de mi, posando sus ojos cobrizos sobre los mios no tan llamativos- hablemos de esto después.

- A caso habrá un despues?

- Siempre lo hay- sonríe mientras el sol ya amarillento, desaparece en el horizonte y tiñe sus facciones del mismo color.

Cojo el casco, me lo pongo de nuevo y me subo a la moto. Eunhyuk se sube delante de mi, agarra mis manos y me obliga a rodearle de nuevo, acariciandome el dorso de estas de manera practicamente inpercidible.

Arranca con rapidez, y nuestros cuerpos retroceden ligeramente por la fuerza que provoca el kilometraje. Avanzamos a pasos agigantados hacia el sol, que con la ida de este, el cielo y la carretera cada vez se hacen mas oscuros. A lo lejos, puedo ver una pantalla de humo que sobresale por el desértico paramo, y entonces, a mi lado, puedo ver a una persona caminar por la arena. Este, descalzo, va arrastrando los pies cabizbajo y con la espalda curvada. golpeo a Eunhyuk para que pare, lo hace y me bajo a socorrerle.

El hombre, del color practicamente del carbón y calvo, camina perdido y desorientado. Me paro en frente de el y choca contra mi. Es gigantesco. Le hablo, y no responde, sigue chocando contra mi, como si fuera una roca en su camino.

- Dejalo- dice Eunhyuk agarrandome de la mano- habrá perdido a su protector.

- Perdido?

- Lo habrán matado. Nosotros tenemos que guiaros hasta aquí, si os dejamos, vuestro destino es ese, estar perdidos.

- Eso es lo que me hubiera pasado si te hubieras ido?

- Si, te hubieras convertido en un errante, en un ser con camino pero sin un final, aunque este esta cerca del Pandaemonium. Habrán matado a su guardián cerca de aquí, vamos, estamos en peligro.

Eunhyuk agarra mi brazo y estira de mi. Me obliga a dejar a ese hombre a tras, y cuando arranca la moto, me doy el privilegio de mirarlo por ultima vez, cuando veo que a este, se lo ha tragado el desierto.

Giro la cabeza asustado y la apoyo en la espalda de mi protector, de Eunhyuk. De la persona que ha luchado por mi, que me ha amaparado e incluso que esta dispuesto a dar su vida por la mía.

- Que recibís los guardianes a cambio de llevarnos a nosotros hasta el final?- chillo, aunque el viento golpeandonos debido a la velocidad no le permite escucharme.

Un sonido desconocido por mi es llevado a través del viento, un cántico en un lenguaje que no conozco, una brisa cargada de un edro nauseabundo, una musica hecha con instrumentos de percusión. Un cántico aterrador.

De repente, la columna de humo nos embriaga y son absorbe, no puedo ver nada a mi alrededor, solo puedo sentir el tacto de la chaqueta de Eunhyuk, cuando la moto para. Me quito el casco, esperando ahogarme por el humo, pero no es así. Eunhyuk me imita, baja de ella y me mira con ojos cristalinos mientras dice:

- Bienvenido al Pandaemonium.

Y entonces, como si de un truco de magia se tratase, me doy cuenta que estoy rodeado por decenas de personas, que caminan colina arriba dejándose llevar por el cántico, que aunque descoconido, me resulta mas que familiar.

PandæmoniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora