7 En la cuenta atrás

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*Narra Tara*

El intenso sol se filtraba por las cortinas hasta apuntar a mis ojos y los gritos de los niños jugando fuera me golpeaban los tímpanos. Molesta me levanté de mi cama maldiciendo mi vida al recordar que hoy empezaba la cuenta atrás para tener que largarme de aquí, que aunque era un lugar horrible, era el único hogar que tenía.

Empecé a recojer la porquería de mi habitación y a meterla en distintas bolsas de plástico, separando el papel del plástico y del vidrio y del resto que iría al contenedor general.

Una vez terminé de recojer la basura pude observar que el resto del orfanato ya se había ido a desayunar, así que aproveché para tirar la basura al contenedor sin cruzarme con nadie y al volver recojería la ropa sucia para echarla a lavar.

*Narra Eric*

Hoy, como casi todas las mañanas mi padre se marchó antes de que yo me despertara para ir al trabajo, dejandome solo en casa.

Desayuné una taza de leche con cereales y un zumo de naranja.Después subí a mi habitación, cerré con llave y me puse los cascos para escuchar Imagine Dragons una banda que ya era de casi hace dos años, pero que aún me gustaba. Pasé la mano frente a la estantería buscando Perdido un libro que había escrito un conocido, que a pesar de no ser un gran escritor de éxito escribía grandes historias. Cuando encontré el libro abrí por la página que me indicaba el marcapáginas y continué leyendo aquella historia sobre dos mundos ocultos entre las sombras.

*Narra Tara*

Ahora llegaba el inevitable momento, tenía que ir a desayunar. Intenté ir cuando la mayoría estarían en el parque o el la pequeña biblioteca, pero a pesar de eso siempre habría alguien paseando por los pasillos. Fuí esquibando a todo humano que cruzara por los pasillos hasta entrar a la cafetería donde estaban Rosa, una mujer guapa con un comportamiento muy agradable, y Dolores una mujer desagradable que se queja por todo. Las saludé con desgana y Rosa me sirvió el desayuno mientras Dolores se encerraba en la cocina.

Nuestras personalidades chocaban mucho así que había una notable enemistad entre ambas y evitabamos estar juntas el mayor tiempo posible. Le sonrreí a Rosa y me dirijí a una de las mesas para tomar el desayuno.

La taza de leche humeaba con un dulce olor a chocolate y Rosa la había hervido hasta que en la superficie se formó una fina capa de nata, justo como a mi me gusta. Al lado de la taza de leche había un zumo de manzana y uva, mi favorito. Y para la leche Rosa me había hecho unas deliciosas galletas con pepitas de chocolate. Agradecí al cielo que Rosa fuera tan buena conmigo y empecé a comer.

Al terminar volví a repetir el proceso de evitar a las personas y regresé a mi dormitorio para cojer el libro que estaba leyendo que se titulaba Encontrar y me puse a leer la página 127 de aquel libro que hablaba de la esperanza cuando todo está perdido. No sabía del todo quien era la persona que lo había escrito pero sabía que era una mujer y que no era una gran escritora, pero sus historias eran apasionantes.

Cuando iba en la página 146 los ruidos del parque se intensificaron, así que cojí los auriculares y me puse a escuchar Safe and sound como banda sonora de aquella historia.

*Narra Eric*

Ya había llegado a la página 205 cuando decidí dar una vuelta por la zona, alejandome cada vez más de mi casa. Iba obserbando a la gente. Gracias a mi don podía ver una especie de espectro semitransparente al lado de las personas que simbolizaba su forma de ser más profunda y otro más opaco que era su espectro exterior. La mayoría de la gente que vehía era dulce por fuera pero fría por dentro y los que no eran malos por dentro se mostraban débiles e indefensos por fuera, pero todos se empeñaban en ocultar todo lo malo que hacían.

Llegué a la parte más antigua de la ciudad, allí estaban las familias que tenían poco dinero, las tiendas de pobres, las residencias más baratas, los orfanatos... allí había mucha gente desgraciada.

Ví un orfanato donde había un montón de niños jugando y riendo en un parque sin césped, con un balón pinchado y unos columpios oxidados. En la pared de enfrente había un montón de ventanas que montraban el interior de los dormitorios.

Pero para mi sorpresa no todos los dormirorios estaban vacíos, en una de las ventanas de abajo se podía ver a una chica de mi edad, más o menos, leyendo un libro con los auriculares puestos, la chica me llamó la atención pero como estaba tan lejos no podía ver su espectro. Así que me fuí, con la curiosidad matándome por dentro.

*Narra Tara*

Al terminar de leer el libro y volver a la realidad me dí cuenta de que era hora de ir a cenar si no quería cenar con los demás. Así que me dí prisa en terminar de tomar la cena antes de que llegara el resto del orfanato.

Al terminar recojí rápido y me fuí corriendo a mi habitación. Me tumbé en la cama y cerré los ojos antes de que mi cuerpo dejara de responder y mis ojos se cerraran.

*Narra Eric*

Al volver a casa me tumbé en el sofá para ver How do they do it una serie que te mostraba como conseguian fabricar o lograr cosas como las rayas de colores en la pasta de dientes. Cinco minutos después escucho el Ferrari de mis padres y el sonido de la puerta al abrirse.

Yo: Hola.

Mis padres: Hola.

Mamá: ¿Que tal el día?

Yo: Bien, es sábado así que tengo el día libre.

Papá: ¿Que quereis que prepare para cenar?

Yo: Algo italiano por favor.

Mamá: A mi tambien me apetece italiano hoy.

El resto del día me lo pasé viendo la televisión en silencio mientras mis padres hablaban del trabajo. Cuando cerré los ojos para dormir la imagen de la chica del orfanato vino a mi mente, esa chica tenía algo misterioso, diferente. Me fuí quedando dormido poco a poco.

Manos Frías Corazón CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora