Capítulo 1.

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-¡Me cago en tu puta madre Oscar, joder!- grito mientras le tiro una almohada a la cara.

Y esto es lo que pasa cuando me despiertan un domingo a las diez de la mañana.

-Tenías que haber visto tu cara.- dice riendose.

Joputa.

-¿Quién coño te invitó a entrar?-

-Jul.- la mato.

Os explico un poco, Oscar es mi mejor amigo desde hace un año o así, tiene el pelo largo y negro y es un narizota, literalmente. Con love eh. Nos llevamos bien desde el primer día y tenemos mucho en común, pero en momentos como este es idiota.

Voy al salón con la mirada de puta loca reccién despierta y me encuentro a una Julia fumando mientras ve la tele. La miro muy mal pero me ignora. Zorra.

-Buenos días princesa.- dice con un sonrisa inocente en su cara.

Ignoro su intento fallido de chiste y me siento a su lado robándole el cigarro de las manos. Le doy una calada y suspiro. Aparece Oscar y me mira.

-¿Qué?- pregunto levantando las cejas.

-¿No te acuerdas de lo qué tenemos que hacer hoy o que?-

Hoy... Domingo... ¡Dormir joder, dormir!

Julia se ríe y apaga la tele.

-Ciudad jardín y esas cosas.- ¡hostia puta!

Salto el sofá a lo parkour y voy a mi habitación a cambiarme. Habíamos quedado en ir a una casa abandona a practicar y bueno, cotillear también.

Me visto con un sudadera de Mägo de Oz y con unas mallas negras. Aparcao. Voy hasta el baño y me lavo los piños. Me peino un poco y me hago una coleta. Mi pelo es nergo salvo las puntas que son medio naranjas, mis ojos marrones, típicos. Me da igual.

Cojo la mochila donde llevo las cosas y me reuno con Julia y Oscar en la cocina.

-¡Comida!- exclamo al ver esos deliciosos y apetecibles churros. Ñam.

Acabamos de comer, salimos de casa y montamos en el Audi A-6 de Oscar.

-¡Master of puppets, I'm pulling your strings. Twisting your mind and smashing your dream!- cantamos todos. Metallica querida.

Bajamos del coche y saltamos la valla que da paso a la casa abandonada.

Nadie dice nada, si nos pillas la hemos liado.

Julia y Oscar intentan romper el marco de una ventan para poder entrar, mientras yo escalo a un punto más alto para poder vigilar.

-Chss, chss.- miro hacia abajo y veo que ya están dentro, bajo a lo guay y me ayudan a entran.

Joder, que siniestro es esto.


No soy la típica fresita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora