-¿Cómo estás, cariño?
Esa pregunta fue algo extraña para mí. Creo que jamás me había pensado tanto algo así de simple, pero es que no sabía qué decir.
¿Cómo me sentía?
El día empezó muy bien, la verdad. Tuve un grandioso desayuno con mi nueva familia. Eran extraños y reían muy fuerte haciendo gran escándalo, pero me caían muy bien. Me sentí feliz pasando tiempo con ellos. Cuando supe que papá Ashton tenía una novia y tenía el mismo nombre de Stacy, la niña malvada de la que me salvó él mismo, me sentí mal. Tuve miedo de que ella también fuera mala. Luego él ya no estaba y papá Michael me llevó a pasear a un parque de diversiones. Me sentí muy feliz y estuve riendo mucho con lo gracioso que su cabello quedaba por su gorro y cada que gritaba chistoso en los juegos para que se me quitara el miedo. Él era bastante adorable y parecía saber mucho sobre el mundo por ir de gira con su banda. Me contó muchas historias divertidas mientras comprábamos libros para que no sea tonta de grande y me enseñó acerca de los peligros del mundo.
Podría decir que estaba bien con mi día hasta ese momento, pero luego papá Michael recibió una llamada, frunció mucho el ceño, habló serio y me dejó en casa con mis otros dos padres mientras él salía a "resolver asuntos". Y con "mis otros dos padres" me refiero al chico de cabello negro y los ojos raros, papá Calum, y el chico más alto, rubio y con ojos azules que parecía príncipe, papá Luke.
En el desayuno no tuve oportunidad de hablarles mucho: uno me había asustado un poco con sus chistes y al otro lo mandaron a callar de manera graciosa. No parecían personas malas; pero, cuando me quedé sola a su cuidado, no tuvieron la mínima idea de qué hacer conmigo. Me sentaron en un sillón y se pusieron frente a mí, mirándome fijamente por mucho rato como si eso les hubiera podido dar una pista. Finalmente, cuando hablé para preguntarles si podía darme una ducha, ambos se volvieron locos. Recogieron mi abrigo, tomaron los suyos y me llevaron en su auto hasta la que sería la casa de mi abuela por parte de papá Luke o mamá Liz, como me dijo que la llamara antes de preguntarme cómo me sentía.
Solo quedaba decir la verdad.
-Estoy algo confundida -le respondí fruciendo el ceño-. Yo solo quería darme una ducha. ¿Está eso mal?
-¡Oh, no, pequeñita, para nada! -dijo tomando mi mano muy gentilmente. Después de la cara que le había puesto a su hijo cuando nos aparecimos los tres en la puerta y le dijeron que me habían adoptado, creí que yo no le caía bien-. Ven, voy a darte unas toallas limpias y mandaremos a Luke a que te traiga una pijama de su casa. ¿Está bien?
Los miré a ambos y papá Calum se había hecho a un lado con una gran sonrisa ganadora por no tener que ir él.
-Está bien, mamá -dijo sin reprocharle nada. Tomó las llaves, le dijo unas cuantas cosas a papá Calum y se fue por la puerta.
-Ven, nena -mamá Liz llamó mi atención de inmediato-. Vamos a preparar la ducha.
Ella me había caído bien al final. Me cuidó como si fuera su propia hija y me preparó un baño de burbujas en una tina inmensa. El problema fue que, como papá Luke no llegaba con ropa limpia, me quedé sentada en la tapa del inodoro muy aferrada a todas las toallas sobre mí porque hacía frío.
-¡Mamá! Ya me tengo que ir, vendré a ayudarte maña... -un chico rubio muy parecido a papá Luke apareció en la puerta del baño y se impresionó al verme-. Hey, hola. Mamá, ¿podrías decirme quién es esta pequeña princesita?
Se arrodilló en la alfombra frente a mí y me sonrió.
-Se llama Alex. Luego te lo explico, cariño. ¿Podrías cuidarla en lo que veo por qué Luke se tarda tanto trayéndole ropa?
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Papás
FanfictionDonde Alex descubre qué es tener una familia. Tal vez extraña, ruidosa y muy diferente, pero una familia.