Tercera carta

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Querido tu:

Hoy te volviste a sentar en la misma mesa, frente a mi. Te siento tan cerca y tan lejos a la vez. Nunca hemos cruzado miradas, nunca he  oído el sonido de tu voz, quizá es lo mejor porque estoy segura que cuando lo haga me hipnotizarás como canto de sirena.
Ni siquiera puedo concentrarme en lo que leo, solo me concentro en lo largo que son tus pestañas , en lo despeinado que es tu cabello, en los  lunares en tu rostro  y en la manera en la que humedeces tus labios cada vez que pasas las páginas de tu libro.
Sentado allí pareces un ángel, no, claro que no, estoy segura que si los Ángeles tuviesen un rostro sería el tuyo.

Atentamente:
La chica que lee "I'll give you the sun"

Cartas de desamor para mi único amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora