//Taehyung//
Me desperté sudando. Había tenido una pesadilla, y eso que habían pasado ya tres años. Siempre me acordaré de aquel día.
{Flashback}
Mi hermana y yo estamos pasando hoy un buen día. Nos hemos pasado toda la mañana jugando a la play station, aunque ya tengamos nuestra mayoría de edad y eso pueda parecer infantil.
Acabamos de comer y ahora estamos ella y yo tumbados juntos en el sofá del salón. Ella estaba sentada leyendo y yo estaba con mi cabeza en su regazo escribiendo sobre mis muslos en una libreta mientras suena la televisión de fondo. Me acostumbré a escribir las cosas que pienso sobre la vida y a reflexionar en una hoja de papel sobre cualquier cosa o de cualquier noticia banal en la que me gustara profundizar.
-Tae, tengo que ir a comprar ya. Si no se me hará tarde.- Me dijo ella mientras me daba en la cabeza para que me levantara.
-Te puedo acompañar si quieres, así te ayudo con las bolsas.- Le propuse antes de levantarme y ponerme recto en el sillón.
-Tampoco hace falta comprar tanto, me voy a llevar el carrito y las meto allí. Soy una mujer independiente.- Dijo sacando pecho. Me reí y le dí unas palmadas detrás de los muslos.
-Está bien, te esperaré aquí. Pero no tardes, ¿eh?- Le advertí con una sonrisa y mi dedo índice levantado señalándola.
Ella se rió y cogió las cosas que necesitaba. -No me eches de menos.- Me guiñó el ojo antes de salir por la puerta.
-Esta chica.- Dije negando con la cabeza mientras sonreía. Me dispuse a volver a mi escritura.
Esta vez estaba escribiendo sobre los recuerdos que tengo con mi hermana. Los enfados, los buenos momentos, las risas, las discusiones, absolutamente todos los recuerdos que tengo en los que sale ella.
He estado escribiendo un buen rato, no sé ni qué hora es. Levanté mi brazo para mirar el reloj de mi muñeca, habían pasado cerca de 3 horas desde que estaba solo en casa, pues sí que me había cundido el escribir.
Decidí ir a por mi hermana, estaba tardando demasiado en comprar cuatro cosas tontas, ya sé cómo es ella, que tarda una vida entera para comprar porque se para a mirar cualquier cosa, pero me estaba preocupando. Salí y me bastó con caminar un par de calles hacia el supermercado de siempre para ver que ha habido un accidente.
Había un coche, y alrededor montones de gente y una cinta de la policía para que no pasaran. También había una ambulancia con las puertas de detrás abiertas.
Me tenía lo peor. Observé todo lentamente paralizado en la esquina por la que pasé y antes de darme cuenta estaba corriendo con todas mis ganas hacia el lugar. Aparté a todos los curiosos de la cinta de policía para verlo todo desde primer plano encontrándome así con lo peor que podría haber visto nunca.
Mi hermana estaba tirada en el suelo, la habían atropellado. Habían un par de paramédicos a su lado, que no llegué a ver muy bien porque se me nubló la vista repentinamente. Entré diciendo que era mi hermana para que me dejaran entrar. Mal hecho. Tan pronto como entré y me puse a su lado para cogerle de la mano, comenzaron a decir que no tenía pulso.
Vi cómo le ayudaban a recuperarlo con desfibriladores, pero no respondía. Oí que la habían perdido. En ese momento sollocé como no lo hize nunca. No me resistí cuando me separaron de ella y la metieron en una bolsa negra. Se me había caído el mundo a los pies.
{Fin del flashback}
Me levanté para darme una ducha y quitarme el sudor. Salí y miré la hora. Tengo cita con el psicólogo a las doce, son las nueve, todavía tengo tiempo para prepararme tranquilamente y hacer el vago.
La verdad es que nunca me apetece ir al psicólogo, pero mi madre me obliga a ir así que no tengo de otra. Ella dice que cambié de actitud y que tengo que volver a ser como antes. Normal, ¿a quién no le afectaría la muerte de su mayor ser querido?
Antes era muy alegre, ahora me arrastro por los pasillos de mi casa cual zombie. Aunque eso de escribir nunca lo dejé, ahora reflexiono sobre la muerte y las distintas formas que tiene el destino de llevarse tu alma.
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Llegué a la sala de espera y me senté en mi sitio de siempre. Éste estaba en la esquina, donde nadie podía molestarme. Me dispuse a sacar mi libreta y comenzar mi reflexión de todos los días.//Jungkook//
Hoy tenía cita a las una, pero quise estar antes allí por si veía al chico de siempre. Llegué a las once y media y, para mi suerte, él estaba allí, tal y como siempre.
Me acerqué lentamente a él con mis manos en los bolsillos y me planté justo delante suya con una sonrisa en la cara.
-Hola.- Él levantó su mirada y se pegó más a la pared. -Tranquilo, no te voy a hacer nada.- Le dije suavemente con una gran sonrisa en mi rostro. Se relajó y se sentó como antes.
-Hola.- Habló tan flojo que casi ni le escucho.
-Soy Jungkook. Encantado.- Dije mientras le tendía mi mano.
-Yo... Yo soy Taehyung.- Hablaba de una forma extraña, parecía que me tenía miedo. Miró mi mano y luego me miró a mí.
-Vamos, no tengo ébola en la mano.- Le dije riendo, era una broma muy mala, pero conseguí que sonriera. La verdad es que tiene una sonrisa muy bonita.
Me cogió de la mano y la sacudió lentamente. Se sentía muy bien el contacto con su mano.
-Encantado.- Me dijo antes de volver a escribir.
No quería cotillear sobre lo que estaba escribiendo, así que opté mejor por preguntar, si él no quería que lo viese no lo haría.
-¿Puedo leer eso que escribes?
-No creo que quieras leerlo.- Me respondió con un tono inseguro. Este chico es adorable.
-Llevo viéndote escribir varios días, sí que quiero leerlo.- Le dije sonriendo. Él seguía mirando lo que había escrito. A lo mejor se estaba preguntando a sí mismo si me lo enseñaba o no.
-Estoy seguro de que si lo lees no querrás volver a hablar conmigo, y eres la primera persona que lo hace en mucho tiempo.- Creo que con eso que dijo me entraron más ganas de leerlo.
Me daba pena por verle así, pero también me maravillaba su forma de actuar.
-No haría eso ni aunque pusiera que me quieres matar. Bueno, creo que si pusiera eso sí que lo haría.- Dije lo último riendo.
Él rió un poco y estaba a punto de tenderme el escrito, pero la secretaria de Seokjin le avisó para que entrara.
-Sí, ya voy.- Dijo levantándose y comenzando a andar.
-Espera.- Le agarré del brazo pero rápidamente quité el agarre. -D-Dame tu número y quedamos, no me quiero quedar con las ganas de leer eso.- Dije con una sonrisa.
-Está bien.- Me respondió con una media sonrisa y me dio su número antes de entrar por la puerta.
-Te mandaré después un mensaje.- Me despedí de él cuando estaba en la puerta y me quedé sentado en la sala de espera con el móvil entre las manos y sonriendo como un tonto.
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Help me || Vkook
Fiksi PenggemarJungkook va al psicólogo debido a un trauma de su infancia. En la sala de espera se encuentra siempre con un chico que le llama la atención que siempre esta en su burbuja escribiendo. Ambos compartirán una historia de amor en la que aprenderan a arr...