¿¡Como que no!?

Nuestros Padres.

Flashback

Apretó los puños cuando frente a sus ojos en un auto pulcramente negro Su Eren se giró para besar suavemente al jodido enano embarazado.

–Oí Mikasa– la llamo la peliroja desde abajo – ¿Porque estamos como unas espías tras la muralla? No es que me importe que todo el mundo nos mire raro pero... ¿porque espiamos a Eren?– la muchacha se encontraba arrodillada mirándola desde abajo con una bolsa de patatas fritas en la mano. La verdad es que la mayor parte de las personas que pasaban las observaban raro, ya que se encontraban mirando por un lado de la muralla, ella de pie y sacha arrodillada en el piso. Cualquiera que las viera desde atrás pensaría que estaba acorralando a Sasha contra la muralla, pero cuando mirabas desde un lado te darías cuenta que Sasha ignoraba lo que ella miraba y que comía gustosamente sus papas. Aun así la peliroja sabía todo lo que ella miraba e incluso a veces adivinaba muchos de sus pensamientos.

–No es algo que te tenga que importar– murmuro para que solo ella la escuchara.

– ¿Eren no es el chico con el que viviste en tu infancia?– pregunto sin escucharla – ¿Por qué no solo vas y le hablas?– volvió a preguntar mirándola desde abajo.

–Porque me detesta– susurro mirando tristemente al moreno que se perdía en la entrada de la universidad. Suspiro acariciando la bufanda suavemente. La peliroja no dijo nada al ver a su amiga tan triste, tampoco pregunto qué era lo que esta había hecho para que el moreno la detestara. Sin decir nada se levantó y guardando sus papas abrazo a su amiga. Por alguna razón no podía ver triste a Mikasa.

La pelinegra solo se dejó abrazar y tomando un poco del calor de Sasha, camino pensando un nuevo plan para que Eren dejara al enano.

Fin Flashback

Ahora tenía un plan, solo esperaba el momento indicado para ponerlo en marcha. Camino tranquilamente por el pasillo de la universidad, ignorando la triste mirada que le daba su amiga, la cual negando con la cabeza y volviendo a su personalidad de ingenua se acercó a Mikasa. Ojala su amiga se diera cuenta que el moreno ya no le pertenecía.

Ｏ(≧∇≦)Ｏ

Oh mierda, la había cagado de nuevo. Miro de nuevo el salón de clases, revisando de nuevo en la puerta si era la correcta. "E215". Sí, no había ningún error. Miro de nuevo a la pareja de amigos que se encontraban tranquilamente conversando, lo primero que noto fue que no había una tercera silla para él, lo segundo es que tampoco había una ni adelante, ni atrás ni siquiera en diagonal cerca de Armin. Lo que significaba que Armin estaba enojado con él, el rubio era el único que podía hacerse una propia muralla defensiva con sus compañeros de clases. Suspiro. Tendría que sentarse al final de la clase y además solo.

Saludo con la mano a Eren que fue el único de los dos que lo saludo, por otro lado el rubio no se dignó ni siquiera a mirarlo.

¿Entendió algo de la clase? La respuesta era obvia. NO. Se pasó la clase completa mirando al rubio, más este ni una sola vez se dio la vuelta a mirarlo. Por mucho tiempo había admirado el inocente atractivo de Armin, admitía que se sentía atraído, pero eso no era suficiente comparado a lo que suponía sentía por Marco. El chico de pequitas, como le decía, tenía un atractivo único, que lo envolvía a seguirlo. Además Marco era su amigo de la infancia, crecieron juntos y sabía que este de alguna forma le correspondía a sus sentimientos.

Pero aun así... ¿porque no podía solo pedirle a marco que saliesen? Lo había intentado, ayer cuando le había dicho a Armin que no podría salir con él y se había ido con Marco a un lado de la entrada. Había intentado confesarse al moreno cuando sintió la pesada y triste mirada de alguien sobre él. Sin saber porque había levantado la mirada y se había topado con unos ojos tan azules que casi lo llamaban a que se perdiera en ellos. Se perdiera y se encerrara en la inocencia de un pequeño y rubio muchacho.