Concecuencias.

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Con los test en la  mano recordó como habían sido esas dos semanas sin el moreno. Tuvo la necesidad de llorar, pero no lo hizo.

Malditas hormonas…

Flashback

–Contesta– murmuro con el celular en el oído, el constante movimiento de sus dedos demostraba su nerviosismo y ansiedad, pero aun así nadie contestaba. Por las tres veces que llevaba llamando, pareciese que ya nadie lo haría. Termino la llamada cuando la voz de la operadora volvió a decirle las mismas estúpidas palabras. Suspiro intentando calmar toda la rabia y cólera que sentía correr por dentro. Definitivamente todos los dioses tenían algo en su contra.

Volviendo la mirada al frente, vio a sus dos supuestos amigos sentados incomodos enfrente de su escritorio. Los estudio, Hanji parecía nerviosa pero lo miraba a la cara y a cada par de segundos desviaba la mirada hacia Erwin, el cual miraba la pared como si fuera una obra de arte. Aunque pareciese extraño no los odiaba tampoco les deseaba la muerte. NO, ¿porque desearles la muerte si él mismo podía hacerlo con sus manos? Sonrió mirándolos de uno en uno. Hanji negaba con la cabeza y estaba casi a punto de derretirse en la silla y desparramarse en el suelo.

Mientras que el rubio en un momento de valentía se atrevió a verlo a la cara.

Le devolvió la mirada cabreado, demasiado molesto y enojado. Por culpa de él había cometido el error más grande de su vida. ¿Cómo le diría a su madre que posiblemente podía estar embarazado y que ni siquiera recordaba cómo es que había pasado?

Desvió la mirada un momento intentando calmarse pero…

–Erwin– susurro obteniendo la atención de las dos personas enfrente de él –TE VOY A MATAR– grito sin poder contenerse. Subiéndose sobre el escritorio trato de agarrar al rubio del cuello de su impecable camisa, a la mierda si caía todo de este. Estuvo a solo centímetros de agarrarlo y estamparlo en el piso. Pero la estúpida de Hanji lo había detenido sosteniéndolo de los brazos, la miro unos segundos advirtiéndole que lo soltara si no quería recibir algún golpe de su parte, está comprendiendo miro a Erwin disculpándose sin palabras.

Erwin quien se había puesto de pie un poco asustado por el hecho de que Levi parecía un verdadero demonio sobre el escritorio, trato de correr hacia la puerta de la oficina. No llego muy lejos. El pelinegro lo atrapo antes de que llegara y acorralándolo en el sillón hizo tronar sus dedos y su cuello. ¿Lo peor? No dejo de mirarlo en ningún momento.

Hanji que se había quedado paralizada al lado del escritorio reacciono y atino a llamar a Mike para que salvara a su pareja. El cual llego corriendo con más trabajadores los cuales lograron apartar al pequeño demonio que sin miramientos golpeaba al rubio en el rostro. Mientras que el rubio a pesar de que era más grande y fuerte solo trataba de protegerse con los brazos.

Todos parecían sorprendidos ya que en todos esos años que conocían a Levi, nunca lo habían visto reaccionar así. Parecía fuera de sí. Lo peor es que no sabían si el pelinegro estaba enojado por lo que había ocasionado el vino o por el hecho de que a quien sea que haya estado llamando, no le había contestado.

O(≧∇≦)O

Llevaba dos días encerrado en la casa.

Lo habían llamado tantas veces que ya ni recordaba cuantas veces lo había ignorado. Había escuchado los mensajes de parte de su madre diciéndole que si no llamaba iría al departamento para saber que estaba pasando. A ella era a la única a la que le contesto la llamada, diciéndole que todo estaba bien y que realmente no estaba pasando nada.

Cosa que no era verdad.

Desde ayer, que se había enterado de lo que había hecho Erwin, no había querido aparecer en su trabajo, si lo echaban bien, no tenía problema realmente. No sabía si podría volver a trabajar con el hombre que se supone era su amigo además que este le haya tratado de drogar y todo solo para Levi le diese el hijo que deseaba. Él no quería una amistad así y estaba seguro que nadie la querría.

¿¡Como que no!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora