6. Lindo

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Zero gritó y el silencio llegó de manera súbita. Incluso Axl se había quedado petrificado del susto, en cuanto el ¿ojiazul? notó la situación en la que se había envuelto, le pidió a todos los hunters que se alejaran para dejar paso a los otros hunters, de manera muy avergonzada. Pero la realidad era que todos salieron pitando de allí cuando Axl rompió el silencio, los otros dos hunters quedaron mirando fijamente al niño. El rubio se acercó de forma calmada con aires de molestia y lo siguió su mejor amigo bastante confundido con la situación entera. Miró detenidamente sus ojos y aquel mechón dorado, ¿a que se debía aquel cambio tan drástico? ¿Por qué, derepente, cambió su físico?.

- Axl, - llamó el hunter carmesí con firmeza.- Dime exactamente a que se debe tú cambio de color de ojos y... el pelo.

- Es que... Es que... -. Axl se miró las manos y comenzó a jugar entre ellas. - Yo no me parezco a ti.

- ¿A mi?. ¿Por qué repentinamente tuviste la necesidad de parecerte a mi?.- preguntó Zero apartando su molestía, convirtiéndola en comprensión.

- Por qué somos Padre e Hijo, ¿no?. Nos tenemos que parecer.

El ojiazul suspiró y se inclinó para dejar un beso en su frente. Le consoló diciéndole que no necesariamente debía ser así y que él lo quería sin importar su forma, pero sí que debía quitarse los lentes de contacto pues eso podía afectar su visión. Sin embargo, el pequeño negoció un buen rato con él para dejar solo uno de los lentes en su ojo izquierdo. Ahora tenía una apariencia bastante peculiar más no tan llamativa: Un ojo amarillo, otro azul y un mechón dorado entre su cabellera arcilla. Los dos adultos se sentaron frente al niño y se pusieron de acuerdo para que uno de ellos fuera por las bandejas de comida. Luego de un reñido juego de "Piedra, Papel o Tijera", Zero se levantó pero no sin antes dedicarle una mirada a el ojiesmeralda, para ir a traer algo decente para comer. X esperó a que Zero se alejase lo suficiente para hablarle a el niño sobre la bolsa con galletas que le entregó pero ya el adorable chiquillo se le había adelantado.

— Gracias por las galletas, perdona mi arrogancia. — se disculpó el pelirrojizo.

— ¿Qué? ¡Oh!, Claro. No te preocupes... — dudó un par de segundos bastante distraído, el hunter de estela azul.— Además esas galletas no te las traje yo...

— ¿Qué? ¿A qué te refieres?.

— Son un regalo de Kuro, ella me pidió que te las entregara para invitarte a salir con nosotros la próxima vez.

— Oh, ya veo. Dale las gracias de mi parte entonces y... dile que iré con ustedes también.

— Pero Ze...

— No te preocupes. — le interrumpió el pequeño con tono de calma.— Yo me encargo de eso.

Parecían palabras que el mismísimo Zero le hubiera dicho a X... Exactamente esas, de hecho. El ojiesmeralda captó que aquello de la crianza no era un mito, realmente ambos comenzaban a parecerse, fuera del ámbito físico. Volteó lentamente a ver a el niño travieso que comía galletas y justo a un costado llegaba el rubio con dos bandejas, dejó una bajo la nariz del chico de la cicatriz y otra la arrimó hasta quedar frente al azulado reploid, X se limitó a abrir bien los ojos, se había jurado que, en cuanto llegara el rubio, se tendría que levantar a buscar su propia comida. Pero vió que a Zero todavía le quedaba algo de sentimiento por él... Así fuera mínimo. Al ver que el ojiazul se había alejado nuevamente para recoger la última bandeja, miró la comida misutándole, a pesar de su lejanía, sorprendido y complacido: "Gracias". Comía con mucha lentitud y calma, mientras que el chiquito comía con gusto y bastante rapidez. Finalmente, Zero volvió sentándose a la par de X, lo miró fugazmente y le dió un suave codazo para captar su atención.

Distant Past [Heridas De Batalla #2] {Megaman X} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora