Unos días atrás, Harry había recibido una llamada de su madre en donde esta le pedía su urgente ayuda.
La familia de él poseía una cafetería en el centro de la ciudad, la cual era muy conocida y concurrida por sus clientes, los cuales hablaban solo maravillas del lugar.
Pero al parecer, dos de sus empleados habían renunciado al puesto que tenían en la cafetería, y los espacios se habían encontrado libres por casi dos semanas. El trabajo se había estado complicando, por lo cual, le había pedido a su único hijo su urgente ayuda.
Yo apenas me había enterado la noche pasada. En cuanto llegue de casa de Johanna, Harry me explicó la razón por la cual ahora se marcharía de casa un poco antes que nosotros, mi hijo y yo, al menos hasta que su madre consiguiera nuevos empleados.
Fue entonces cuando el puesto de chofer de Brian pasó a ser totalmente mio.
Aquella mañana todos en casa nos encontrábamos despiertos a las 6:30, terminando de alistar nos.
Sentado en el borde de la cama, observe mis zapatos con detenimiento, perdido por completo. No podía evitar pensar en lo que, en unos minutos mas, estaba a punto de ocurrir.
Llevar a Harry. Desde la habitación. Bajar las escaleras. Pasar por la sala de estar. Dejarlo en la puerta de entrada.
¡Todo esto mientras lo llevaba en mis brazos!
Sonaba tan extraño e irreal. Y siquiera habíamos comenzado.
Abandoné mi lugar en la cama, y por inercia me encamine a la habitación de Brian.
Cuando llegué me sostuve contra el marco de la puerta y observé como Harry se encontraba de cunclillas en el suelo frente a nuestro niño, el cual estaba sobre la cama y esperaba pacientemente a que su padre terminara de atar sus agujetas.
-¡Hola papá!- habló mi dulce niño, aun con su carita mostrando rastros de sueño. -¿Qué hora es? Papi Harry no me quiso decir- reclamó con un puchero.
-Son apenas las 6:37, Brian- apenas lo hube dicho este mostró sorpresa en su rostro.
-¡¿Qué?!- este miró con reproche a Harry.
-Por eso mismo no quise decirte- el ojiverde estiró uno de sus dedos y presionó el seño fruncido del pequeño. -Pero mira que arrugitas tan feas, Brian, pareces un viejito.
-¡Eso no es cierto!
-¡Oah!- Harry rió divertido -¡Ahora son mas!
-¡No! ¿Verdad que no, papá?- me miró suplicante, esperando por una respuesta que le diera a él la razón.
-Por supuesto que no, si tu eres tan solo un bebé- hablé con fingido reproche y trate de no reír.
Brian sonrió triunfante, pero apenas pasaron unos segundos, este terminó de procesar la respuesta que le había dado. Cruzó sus brazos pensativo y murmuró un bajo "No se que pesar sobre esto".
No pude seguir conteniendo mi risa.
Brian siempre había tenido ese pequeño problema de no gustarle ser llamado bebé. Según él, ya era lo suficientemente mayor para ser considerado un "Un joven" ó "Un adulto". Era divertido aprovecharme de eso de vez en cuando, aunque no tenia ni la mas mínima idea de quien le había metido aquella idea a la cabeza.
Harry se levantó por completo con una sonrisa en su rostro, pero apenas miró la hora en el reloj de la habitación, esta se desvaneció.
-Ya es hora de que me vaya- dijo en voz baja, pero aun así logré escucharlo.
Traté de disimular lo mas posible la tensión que pasó por mi cuerpo ante aquel recordatorio y solo me acerqué, dubitativo, hacia su lado.
Nuestras miradas chocaron, pero yo aparté la mía con rapidez.
Si aquello había de pasar durante los siguientes días, entonces que fuera rápido, pensé.
Pasé uno de mis brazos por su espalda, rodeando con esta su torso y la otra la pasé por detrás de sus piernas a la altura de las rodillas. Hice fuerza, y pronto sentí sus brazos alrededor de mi cuello.
Harry y yo no habíamos tenido contacto físico desde que había expresado mis intensiones de divorcio. Por lo que al cargarlo aquel primer día, ambos nos sentimos mal.
El rostro de Brian mostraba confusión al igual que una resplandeciente sonrisa en sus labios. Y creo que yo solo pude darle una mueca parecida a una.
Mientras avanzaba los 10 metros de camino, nuestro hijo caminaba detrás de nosotros mientras nos aplaudía y decía con voz alegre "¡Mi papá esta cargando a papi Harry en sus brazos!".
Sus palabras solo causaban dolor en mi.
Cuando faltaba poco para llegar al final, Harry cerro los ojos y susurró cerca de mi oído.
-Por favor, no le digas a Brian sobre el divorcio.- Su tristeza era casi palpable.
Yo solo a sentí afirmativamente, pero algo molesto porque no creyera en el silencio del que habíamos hablado.
Al encontrarnos frente a la puerta de entrada, baje a Harry hasta que sentí que este tocó el suelo con sus pies.
Se despidió de nuestro hijo y solo murmuró un pequeño "Nos vemos luego" apenas audible para mi.
Tomó las llaves junto con su cartera, y pronto dejo el sonido de la puerta al ser cerrada resonando cual eco en mi cabeza.
Todo aquello había sido extraño, diferente y totalmente desconocido para mi, al menos así se había sentido ese día, después de los muchos años sin haberlo hecho.
Y doloroso, aunque no quisiera aceptarlo. El sentimiento estaba por completo presente en mi corazón.
Y yo solo, en aquel momento, podía preguntarme internamente una sola cosa.
¿Pensaría acaso Harry lo mismo?
ESTÁS LEYENDO
No sabemos lo que tenemos... {Larry Stylinson}
FanficLouis toma el valor de cambiar su vida con la "sencillez" del divorcio, a cuestas de quien alguna vez abarcó todo su corazón. Por eso, Harry no esta preparado para un cambio que es ajeno a su lucha. En cuerpo y alma.