No sabemos lo que tenemos... {Larry Stylinson}

Capítulo 13 (Parte 2)

Dedicado a: hlstrong, Larry_Mariann69, arirelys, f4bulourry, SofiiaStylinson, Lxrry_Rainb0ws, MagalyAguilar7, adidas_x, ElizabethStyles502, NataliAballayBlack, XxMissStylinsonxX, GirlStylins00n, EmiliaTellito, JadeStylinson27, sumi-winky, DianeyAbigail, AlwaysLarriesForever, SelenaCountingStars, Kitty-Harry, SamanthaArrobo, Tatiana7w7, Stylinson_Marss

¿Ya les dije qué los amo? ¿Qué me encantan, qué los adoro? ¿Qué me hacen llorar de felicidad? Se que por allí algunos querran lincharme por tardarme, lo se, lo se ¡Pero oye...!

Yo te amo :3

Es por eso que aquí estoy y les dejo este último capítulo. Espero que les guste y tengan compasión de esta pobre alma en desgracia. Tiffany fuera c:

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

—Creo que es hora de que regrese.

—De verdad que sí, querido. El tiempo vuela.

El sol de la tarde se colaba por entre las ventanas del pequeño lugar anunciando, sin necesidad de ver un maldito reloj, que las horas de visitas ya habían iniciado. Desconocía la situación de Harry en ese momento, podía inclusive haber despertado o... Pasado la peor de las situaciones posibles. No quería ni imaginarlo.

Pero sin embargo, allí me encontraba yo, llorando como un niño de cinco años. Dios, es que era imbécil. Debía volver inmediatamente.

Sentí como la mujer frente a mi palpaba mis manos con ligereza, tratando de llamar mi atención —Debes irte ahora, tienes muchas cosas de las cuales hablar con cierta personita.

Me puse de pie con presteza, pero sin romper la unión de nuestras manos. —No sé cómo se encuentra— la miré con tristeza. —Él está muy mal, temo volver y que ya no se encuentre allí, que se allá ido.

Mis piernas se negaban a aceptar la orden de moverse, como si el miedo echara raíces en el sitio. Estaba aterrorizado. Más ella me miró con una pequeña sonrisa. No pude descifrar si se trataba de una de consuelo o de lastima. ¿Tal vez ambas?

—Vamos Louis, el estar aquí no te dará todas las respuestas— dijo ella — No te pierdas más, cariño.

Perderme.

Es verdad, debía volver ahora.

Estuve a punto de soltar las manos de aquella bella mujer y agradecerle por haberme escuchado, pero fue entonces que me di cuenta que ni siquiera sabía su nombre.

—Lo siento mucho, que grosero he sido— la miré avergonzado —No le he preguntado su nombre.

Ella rio con dulzura —Amelia, querido ¡Pero vamos, vamos. Que el tiempo corre!