No sabemos lo que tenemos... {Larry Stylinson}

Capítulo 12

Dedicado a: lexnbooks

¡Gracias por leer esta historia!~ I love you *3*

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Vislumbre el edificio desde unas dos calles atrás y al llegar frente a él, baje del auto con tanta rapidez que incluso olvidé cerrar la puerta. Pero eso era una las muchas cosas que ya no me importaban en ese momento. Ya no.

El auto podía irse a la mierda.

Entré al edificio casi con desesperación. No podía darme el lujo de esperar un ascensor que se encontraba aun a 6 pisos por en sima del que yo necesitaba llegar, así que corrí por las escaleras como llevaba años sin hacerlo. Como si el mismísimo lucifer viniese tras de mi.

Primero, segundo, tercer piso...

Me paré frente a la puerta que buscaba y trate de normalizar mi respiración. Debía hacer aquello con calma, tranquilizarme.

Respire profundo, y entonces, llamé a la puerta tocando tres veces sobre ella. Escuche pasos del otro lado antes de ver a Johanna abrirla.

Me miró impresionada. —¡Oh, Louis! Que sorpresa, estaba de hecho a punto de llamarte. Como estos últimos días no habías venido yo pensé...

—Johanna— la detuve al ver su ademán de acercarse a mi, poniendo una de mis manos entre nosotros — Disculpame, y de verdad lo siento pero... No quiero divorciarme de Harry.

Johanna me miró incrédula ante mis palabras, incapaz de creerme —¿Acaso tienes fiebre o algo así?

—No, no la tengo.— la miré directo a los ojos, firme —Johanna, no puedo seguir con esto, engañarme que todo saldrá bien de esta manera.

»—Yo amo a Harry y él me ama a mi. Solo que con el tiempo, la rutina se encargó de aparecer en nuestra vida, volviéndola aburrida. Comenzamos a dejar de lado todos aquellos bellos detalles que hacían de nuestra vida algo diferente.— Con unas de mis manos roce mi cuello  —Y desde que comencé a cargarlo desde la habitación a la salida, no he podía evitar pensar, que así es como quiero pasar el resto de mi vida. Con él en mis brazos. Hasta la muerte si es posible.

Johanna me miraba con los ojos llenos de lágrimas, destrozada por las palabras que habían salido de mi boca, impregnadas por el deseo de mi corazón.

Y entonces me abofeteo.

Tan fuerte, que incluso me sentí desconectado por unos segundos.

—No puedo creer... Que después de todo este tiempo, que te di... Me hagas esto— ella miraba a sus pies, y temblaba a causa del llanto y el enojo —¿Cómo es posible que aun tengas... El maldito descaro de estar parado frente a mi puerta? Dímelo, Louis...

Una de mis manos se encontraba sobre mi mejilla a dolorida —Se que parezco un idiota en este momento...

—Lo eres...

Suspiré rendido. —Bueno, sí, soy el mayor idiota de este maldito planeta ¿De acuerdo? Incluso yo me detesto, me horroriza verme en el espejo y saber que e sido capaz de hacer lo que hice, lastimando personas que no tenían la necesidad de tener que estar de... de ese modo. Y menos por alguien como yo.