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CELOS

¡Harry, basta! No hice nada malo, solo fui amable. —

— Pues deja de ser amable, maldita sea. — grito enojado golpeando el capo del auto.

Hace un momento estaba feliz, mi novio cuatro años mayor que yo, venía por mi a la preparatoria para después irnos a su casa ya que esta noche me quedaría con él. El tener un novio no estaba mal y menos que fuera Harry, la verdad era bueno porque él es alguien muy guapo y es muy dulce conmigo, llevamos un año de relación, pero desde que un chico nuevo llegó Harry se ha vuelto un hombre muy celoso.

Scott decidió que yo sería su mejor amiga desde que puso los ojos en mi. Desde el principio le aclaré que tenia un novio al cual amaba y el a mi. El lo entendió y después de reírse un poco, me confesó que era gay.

Eso es algo que aun no le digo a Harry y no pienso hacerlo, él tiene que aprender a confiar en mi..., aun que eso lleve tiempo. Hemos discutido micho últimamente y estado a punto de terminar pero él siempre logra hacernos parar y regresar.

Ahora estamos frente a su casa y discutiendo por sus malditos celos. Solo por felicitar a Scott en su cumpleaños con un abrazo antes de ir hacia mi novio en la salida.

— Solo le di un abrazo de felicitaciones ¿Tanto te cuesta entender? — lo mire enojada y el no se quedo atrás, estaba mas que furioso.

— ¿Tanto te cuesta entender a ti que eres mi novia y solo me tienes que abrazar a mi? — dio un paso mas hacia mi y me toma de los brazos zarandeado me — ¿Por qué coqueteas con el joder?

— ¡No lo hacia! ¡Sueltame! — me suelto de su agarre — solo es un amigo, Harry. Entiende, yo te amo a ti.

— Pues vaya amigos. Eso no era amabilidad, solo faltaba poco para que lo besaras. Parecías una puta  ofrecida... — para el momento en que me di cuenta su cara ya estaba volteada y mi mano ardía por la cachetada que le di.

— No vuelvas a llamarme nunca, maldito hijo de puta, se terminó, es la última Harry, ya te aguante muchas. — veía borroso por las lágrimas que estaba tratando de no soltar. Me di la vuelta dispuesta a irme.

— No, no, espera Sofi, nena — me abrazo por detrás, intente quitarlo golpeando sus brazos pero no me soltó — No digas eso, amor, no digas nunca que se termino. — podía escuchar el dolor en si voz.

— Ya basta Harry, no voy a dejar que me insultes cada que se te pegue la gana ni que me eches la broncha por nada. Estoy harta de esta relación —

— ¿Por que me dices eso? — me suelto en un descuido. Lo miro y se por su mirada que de verdad no tiene ni idea. — Entra, vamos... vamos a hablar entra por favor — se mira asustado de que me vaya de verdad. Respiro hondo y sin mirarlo entro a la casa.

Me siento en el sofá de la sala y espero a que hable. Es raro que hace unos minutos estaba gritando cosas hacia mi con esa mirada profunda y furiosa en su cara y ahora esta todo nervioso y preocupado.

No me lo creo.

— ¿Por que estabas tan enojado? — decido hablar ya que él no lo hace.

— Llegue por ti feliz de verte después de el fin de semana y lo primero que veo es a mi novia abrazado de un gilipollas ¿que harías tu en mi lugar? — me mira enojado de nuevo, la mirada anterior a cambiado y vuelve a lo de antes.

— Vale, entiendo tu punto pero a Scott ya lo conocías, sabes que es mi amigo Harry. — resopla y cubre su cara con sus manos. Dice algo pero no le entiendo, habla bajo y sus manos tapando su boca no ayudan.

— ¿Que? Quitate las manos de la cara no te entiendo. —  se quita las manos de la cara, suspira y se reclina en el sillón.

— Estoy celoso... — lo miro esperando que continúe — cada maldito hombre que te mira sería mejor que yo para ti, muñequita. Mirame..., — ríe sin ganas sin mirarme — soy un maldito niño grande. Nunca dejo de maldecir, mi padre no me quiere, el novio de mi hermana y yo no nos llevamos, mis tatuajes son el desagrado de todos, solo mi madre y tu me miran con ojos de amor y estoy arruinando eso porque cada vez que la veo no le digo que la amo y la trato mal..., contigo estoy haciendo lo mismo. Cada día me siento feliz por tener una hermosa novia, cariñosa y comprensiva. Se que me has aguantado mucho y se que te he llamado de muchas formas que no te mereces porque soy un maldito impulsivo hijo de puta que no te merece. Temo cada día que me dejes, no quiero ni puedo ya vivir sin ti.

Dijo esto último mirando directo a mis ojos. Limpio las lágrimas de mi cara. Me levanto sin quitar mi mirada de sus ojos y me siento con cada pierna a lado él. Tomo su cara y estampó mis labios con los suyos. Lo beso tiernamente, demostrando lo mucho que lo amo con un simple acto físico.

Me separo de él dejando un pequeño beso. Junto nuestras frentes, siento sus manos abrazar mis cintura.

— Nunca digas que eres demasiado para mi. Nunca. Eres perfecto y todo mio. Eres todo lo que siempre quise y no pienso dejarte ir. Solo quiero que entiendas que no tengo ojos para nadie que no seas tu. Me encanta que me celes porque me demuestras lo mucho que te importo y el miedo que tienes de perderme, bebe, como yo lo tengo también. Eres un hombre cuatro años mayor que yo. Soy una simple niñita y tu puedes conseguir cualquier mujer que se te pegue en gana pero estas conmigo. Pero no me gusta que pierdas el respeto que me tienes. No quiero que te conviertas en él. — asiente sabiendo de quien hablo, su padre, el maltratador de Anne. — Te amo como a nadie pero no voy a dejar que seamos ellos. Por favor mi amor, por nosotros...

— Por nosotros bebe, lo prometo. Te amo, muñequita. — nos besamos. Doy un grito ahogado cuando se levanta del sofá con migo en brazos y me lleva a la habitación. Le sonrió sabiendo lo que hará. — te voy a hacer el amor toda la tarde y toda la noche — me apoya contra la pared, apretándose conmigo me hace saber que esta muy excitado. Mueve las caderas como si me estuviera penetrando y me hace jadear.

— Estoy de cuerdo con tu plan — me besa, lo beso y nos perdemos por las siguientes horas en nuestros cuerpos, dejando atrás todo lo malo..., por ahora.

Harry S. | OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora