—Quiero proponerte algo.
Eleanor dejó de mirar al grupo y volvió su vista hacia Rubén.
—No seré tu esposa aún.
Él sonrió.
—¿Aún?
—Un Slenderman dedicado a jugar videojuegos con una pelirroja escritora y dibujante de ciencia ficción, no creo que sea una mala combinación. Quién sabe...
—No quería que fueses mi esposa... aún.
—¿Entonces qué es? —preguntó alzando una ceja.
Rubén reunió fuerzas desde sus adentros, tragó saliva, y lo soltó.
—¿Quieres salir conmigo?
Eleanor subió ambas cejas y lo miró sorprendida. Claramente ella había dicho lo de la boda en broma, ¿cierto?
—¿Qué?
Había metido la pata, seguro ella pensaba que él era un amigo más y no querría salir con él. Pero ya era tarde para lamentarse.
—Que si quieres salir conm...
—Que sí, ya te he oído —dijo ella, interrumpiéndolo.
Miró el pelo que le caía por la cara, y llegaba casi a taparle los ojos atentamente, para luego volver a mirarlo. Estaban más verdes de lo que nunca los había visto.
—¿Entonces... qué dices? —la apuró, ansioso de una respuesta cuanto antes.
—... que compartamos la última cerveza mientras me lo pienso.
Se estiró hasta la mesa, y cogió la cerveza que quedaba, para abrirla ante los emocionados ojos de Rubén.
En multimedia se encuentra la sonrisa de Rubén con 17 años.
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»beer« rdg.
Fiksi PenggemarDonde un pack de nueve cervezas Heineken pueden unir a dos adolescentes.