Una confesión

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La jornada termina por fin y me retiro del aula, bueno casi, la profesora de Ingles me llama, y voy hacía su escritorio.
-Es un buen cambio, espero que mañana no vuelvas a lo de ayer- Me dice con voz suave... Yo solo asiento y, ahora si, me retiro.
Cuando salgo todos se han ido. Siempre es así, no pasan ni dos minutos de que tocan el timbre y todos salen como si el mundo se acabara...

Camino despacito con la cabeza gacha hasta llegar a casa, cuando llego, suspiro. Veo a mi abuela en la galería de casa, su mirada es neutra y azul como siempre.
-Abuela.. - la saludo con dos besos en las mejillas -Hace calor, deberíamos pasar... Ella... Duerme..- Le susurro bajando la mirada
-No me sorprende- Dice con una sonrisa maliciosa, aun que ella odie a mi madre. En algunos aspectos son un calco!

Pasamos y le sirvo una taza de leche, le gusta solo la leche, ni café, ni chocolatada, solo leche.
-Como va la escuela?- Pregunta dando un sorbo.
-Perfecto, muy bien...-
-Te ves distinta el día de hoy- Inspecciona
-Mis tutores de la escuela me recomendaron cuidar mas mi apariencia, preocuparme mas por mi. -
-Es un buen consejo...-
Luego de una larga e incomoda  charla, me da algo de dinero, lo recibo, no me queda de otra, es lo único que me sustenta.

-Sabes... No entiendo como es que soportas vivir aquí- Dice acomodando su bolso.
-Es una vida tranquila- Digo sonriendo y pelliscandome la pierna.
Ella me mira y arquea una ceja.
-Es una lastimosa vida. Cuantas veces quieres que te ofrezca venir conmigo? Vas a estar mejor, yo cuidaré de ti, lo are como jamas nadie lo hizo por ti, es lo que necesitas, necesitas amor, comprensión, afecto, cariño. Yo te lo puedo dar solo debes permitirmelo... Ven conmigo Lu...-
-No-
-Supongo que contigo no hay caso no..?-
-No-
-Nos vemos el próximo mes Lucila, solo... Piénsalo si?-
-Nos vemos, cuidese-

Cuando por fin se ah marchado, corro a mi habitación y me encierro en mi armario. Agarro mis piernas y me hago una bolita, me balanceo adelante y atrás y las lágrimas amenazan con salir. Pienso y pienso... Reflexiono, busco soluciones, intento acomodar mis ideas pero todo es tan confuso...
Derrepente siento que la puerta de mi habitación se abre, luego la de mi armario, comienzo a temblar, pero en cuanto alzo la mirada con el valor que me queda, veo a mi madre.
-Esa vieja es una loca- Sonríe
-Esa vieja loca es lo mejor que tengo-
-Y que esperas!!!!! Vete con ella de una vez!!! Dejame en paz!- Grita a todo pulmón mientras fuma su cigarrillo, asco... Eso me da...
-No dejare que conviertas la casa de mi padre en un cabaré- digo agachando la cabeza otra vez.
Ella ríe y ríe.
-Sabes cariño... Tal vez es un poco tarde para contarte esto pero lo are. Por que el alcohol me nublo los sentidos y por que no es a mi a quien le dolerá- carcajea. No se que hacer. No se si quiero escuchar lo que dirá. No se si sera una realidad, o solo un delirio por que esta ebria.
-Tu papi... Ese que tanto amas y defiendes...- se ríe, esta tentada -esta vivo...-continúa abriendo sus azules ojos de par en par y tapándose la boca-Como eras una pequeñita no quería romperte el corazón diciendo te que tiene otra hija a la que si ama y vive con ella. Pero... Hoy ya eres una zorra grande y.. grande.. ya eres.. ya eres grande-tartamudea- Bueno te cuento esto por tu bien... Solo para que no ames a alguien que por... cuantos..? 4,6?
Ahh.. Que por 14 años le dio igual si comías o no... ingenuita..-
Ríe a carcajadas un rato mas, me da un beso en la mejilla embarrandome toda la cara con labial y se va.
Me quedo inmóvil por un momento. Que es lo que acaba de decirme esta mujer? En ese momento pierdo el equilibrio de todo y siento que no puedo pensar...

Corro hacia el baño, y me meto a la ducha. La ropa me la voy sacando ahí, rasguño mi cara a mas no poder, la froto con mis manos, le paso jabón y todo lo necesario para que no quede rastro de esa mujer en mi... Un minuto después... Grito y grito, solo grito lo mas fuerte que pueda para sacar las penas de mi alma. Pero no es suficiente. Ni el agua ni los gritos... Nada... El agua helada como el hielo cae sin cesar sobre mi piel y lloro, lloro por que soy un estúpida, una mogólica, soy todo lo malo de este mundo y por eso es que nadie me quiere. Mi madre tiene razón...

El corazón me duele y no se que hacer para calmarlo. Entonces abro las cortinas y busco en el botiquín del baño, un pequeño cuchillito, pero muy filoso. Lo miro... Lo estudio, me golpeo la cabeza con el, y luego...lo paso por mis muñecas, y por mis piernas, y por mi abdomen, y por mi pecho y cuando estoy frente al espejo, le doy una pasada por mi mejilla. En ese momento siento que las piernas me fallan y caigo, el cuchillo cae y no me puedo mover... Mis párpados caen y siento un alivio infernal...

Sus tacticas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora