Stress no more de Justin Love sonó despertandome, debía cambiar esa alarma si no quería odiar mi canción favorita, apagué la alarma y salí corriendo a tomar una ducha relámpago, cuando baje la casa estaba vacía así que sólo tome un poco de jugo de naranja y me lleve una barra de cereal para el camino, me dirigí a la parada del bus tarareando mi canción favorita hasta que vi el bus pasar súper rápido por la carretera, corrí tras el, no iba a llegar a tiempo si no lo tomaba.
Adivinen que.
El bus no paró y me tocó caminar ¡Caminar!
Después de una 20 cuadras aproximadamente llegué a tiempo.
Para la segunda hora.
Al menos tenía química y Oliver podría hacerme reír para olvidar esta desgracia. Corrí rápidamente al aula e igual de rápido entre. Me senté en mi escritorio al lado de Oliver, al parecer haríamos un experimento ya que todos traían su bata y gafas.
Oliver me tendió mi bata y mis gafas de protección. -Te cubrí en la primera hora, la profesora de inglés cree que tienes una fuerte gripe ¿Por qué llegaste tan tarde?
-Gracias, bueno, la casa estaba sola así que me tocó tomar un bus pero el VIEJO. -La profesora Fontalvo me reprendió con la mirada. Le sonreí en disculpa. -El tipo del bus no paró a pesar de que lo perseguí por una cuadra entera. - Dije en voz baja.
Oliver rió y me contó el plan macabro que venía maquinando desde unas cuantas clases atrás.
***
Tomé una palomita de maíz con sabor a mantequilla de la gran bolsa y se la lance a Oliver quien la atrapó con la boca.
-Punto para Green. - Alzó sus brazos en señal de victoria.
Nos encontrábamos tras las gradas de la cancha del instituto, huyendo de la profesora de Química quien no se encontraba feliz con que usáramos el microondas del laboratorio para hacer palomitas.
-Es porque tienes una boca gigante. - Dije.
-Nop, soy un campeón. - Dijo pavoneándose. - A la final, nunca entenderé para que hay un microondas en un laboratorio.
-Supongo que para calentar mezclas y eso. - Dije preparándome para recibir la palomita que Oliver me lanzaba, y como siempre, fallé.
-Eso va totalmente en contra de la química. - Dijo Oliver riendo ya que no le había atinado ni a una.
-Me rindo, dime como lo haces. - Dije tratando de lanzarme palomitas yo misma.
No atrape ni una.
Oliver sólo se encogió de hombros.
Lo bombardeé con las palomitas.
-Dime ya. - Dije riendo al ver como reía y atrapaba algunas.
-Sólo si admites que soy el mejor, el más genial, el más cool, el papi de las nenas. - Dijo riendo.
Bufé. -Oliver tú... Eres el mejor, el más genial, el más cool, y definitivamente nunca admitiré que eres el papi de las nenas. - Dije mirándolo con seriedad.
-¿Admitirlo? Así que sabes que si lo soy. - Dijo sonriendo.
-Nop. - Dije comiendo un puñado de palomitas.
Miró su reloj. -Es tarde. - Dijo. -Ya debemos ir como por la tercera hora.
-Ya casi comienza el receso, sería tonto sólo volver a una clase ¿No? - Dije cruzando mis piernas.
-Si. - Dijo.
El receso comenzó y el patio se llenó de jóvenes rápidamente.
Oliver miró su reloj. -Ya debo irme. - Dijo levantándose y tendiéndome la mano para que yo también me levantara.
