Salí de ese cuarto y caminé hacia los taburetes de la entrada, estaba roja de lo excitada que estaba y ni siquiera había llegado a ver a Justin aún.
-Hey, hola.
Giré levemente mi cabeza y ahí estaba el, acomodó su corbata y su camisa y toció para acomodar también su voz.
-¿Estabas dentro? -le pregunté seria mirándolo.
-Em, si... ¿No me reconociste? Huiste muy rápido.
-¿Eras tú? -Abrí los ojos como plato y vi su pulsera fosforescente.
-No pensé que fueras tan despistada -Justin comenzó a reírse y se sentó junto a mi.
-Disculpa, era oscuro.
-Que te parece si vamos a un lugar mas callado, para hablar.Asentí con la cabeza y tomó mi mano haciéndole una señal al barman con que lo mio estaba cubierto. Me encaminó al área mas oscura del lugar, me guió con su mano en mi cintura y abrió una puerta escondida en la pared. Ahí si había luz.
-Que cambio...
Miré a mi alrededor, todo estaba en una escala de rojos con negro. Una sala pequeña con muchos televisores dentro, una cocina pequeña, un refrigerador y un minibar. Otra puerta en el fondo, supongo que es el baño.
-Ese vestido es hermoso. Te queda muy bien.
-Gracias, también tu traje de chulo te queda bien.Comenzó a reírse y se sentó en el sillón en forma de t, recargó su espalda al respaldo y posó una mano en su barbilla. Mirando las pantallas.
Me quedé parada mirándolo moviendo mis pies.
-Ven, sientate. ¿Quieres vino?
Se paró y caminó directo al mini refri y sirvió dos copas sin esperar mi respuesta. Me senté en el sillón y enseguida lo hizo el.
-¿Qué es esto? -pregunté mirando las pantallas.
-Aqui vigilo que pasa. Siempre me quedo aquí.
-Sabías que estaba afuera y en esa sala. Es trampa.
-No lo es -me sonrió- fue ventaja. Ni te diste cuenta que era yo.
-No era la misma situación.Posó su mano encima de mi pierna desnuda y lo miré sonriendo.
-Mucha habladuría ¿no crees?
-Si...Me tomé de un sorbo el vino y el también, ataqué sus labios salvajemente y el me montó sobre él.
Mis manos viajaban por todo su cuerpo y el me apretaba hacia el con sus manos en mi culo. Todo lo que se oía eran nuestros besos y las respiraciones entrecortadas.
Justin tomó el control remoto y bajó las luces del cuarto. No estaba oscuro pero no estaba tan iluminado
-No puedo contener mis malditas ganas de tenerte, Kim.
Por mi cabeza viajaban mil preguntas ¿a todas les dirá lo mismo?
De un momento a otro no tenía mi vestido, sentí sus manos en mi abdomen acariciándolo suavemente y haciendo un gesto extraño.
-Mira como me tienes y no has hecho nada.
Mi mirada viajó hacia donde su mano se encontraba. Dios, era enorme y realmente solo lo había besado. Solté un gemido y el sonrió. Me quitó de encima de él y comenzó a desvestirse.
-Y dime Kim... Viniste aquí para que te cogiera ¿no?
Lo miré divertida y me senté en el sillón con los brazos cruzados. Alzando mis pechos.
-¿A que otra cosa vendría?
-Bien dicho Kim. Ahora ven...Me tomó de la cintura y me cargó hacia la puerta. No era el baño, era una recamara con cama y todo.
Me recostó sobre ella y me desvistió completamente, el bajó su bóxer y comenzó a jugar con su miembro.
Tomó uno de mis pechos y comenzó a jugarlo con una mano, mis gemido resonaron en todo el lugar y estiré mi mano para tocarlo. El accedió y se acercó mas a mi.
Me encantaba ver esa cara que ponía cada que sentía placer, de un movimiento rápido me giró y me jaló a la orilla de la cama, dejando mi culo expuesto hacia el. Me dio un golpe y gemí.
-Esta bien Kim ¿qué tantas ganas tienes?
Dijo jugando la cabeza de su miembro sin metermela sobre mi clítoris.
-Muchas ganas Justin. Ya...
-¿Ya?
-Ya... Por favor. Justin ya.
-Esta bien, la princesa lo que pida.Y entró en mi de un solo golpe, gemí y apreté mis puños contra la colcha. Se quedó estático unos minutos y comenzó con sus movimientos.
¿Por qué se mueve tan bien? Cada que la mete siento que me voy a venir.