Rin se frotaba constantemente el brazo, su cabello estaba un poco despeinado y no dejaba de morder su labio, en su brazo un tono de piel más claro que el suyo, maquillaje, para que nadie se diera cuenta del moreton.
La rubia estaba en la sala, con las rodillas dobladas y la vista baja, sus ojos rojos gracias a las lágrimas de días atrás.
¿cómo enfrentas a un ser querido que no le importa matarte?
Esa pregunta torturaba la mente de la rubia desde que se enteró de lo que su hermano tenía, y siendo sincera, lo quería, después de todo era su hermano, es más, su gemelo, compartío con él, el útero de su madre, pero parece que a el no le importaba.
A lo lejos escucho risas y conversaciones, después de todo hoy era día de visita, pero ella no estaba de ánimo para nada, tenía ganas de llorar; pero de impotencia.
Escucho pasos en la sala, se encogió más en su lugar.
"Eh Rin ¿porqué no me recibiste? Yo que tanto te quiero"- se lamentó Gumi mirando a la rubia.
Rin se aclaró la garganta.
"Lo siento...Hola a todos, perdonen si no los recibí es que no me siento muy bien"-dijo sin siquiera alzar la cara.
Los vocaloids quedaron satisfechos con la explicación de la rubia y empezaron a convivir, tenían 2 horas antes de empezar el trabajo.
Rin con el rabillo del ojo vio un pelo rojo, sabía de quien era pero no le importaba.
Aunque algo dentro de ella la obligó a girar la vista a la pelirroja.
La sorpresa fue grande, Teto estaba igual o incluso mucho peor que ella, sus grandes ojos rojos estaban adornados con unas ojeras y su cuerpo actuaba torpemente muestra de falta de sueño.
En el momento en que la pelirroja miro a la rubia, en el momento en que sus miradas se encontraron, en que el azul se mezcló con el rojo, Teto tembló ligeramente al igual que sus ojos mostraban miedo, su boca empezó a temblar.
Rin observó sorprendida la actitud de su amiga, sin saber porque se puso de pie y empezó a caminar donde ella, la boca de Teto se cerro con fuerza y deseperadamente empezo a mirar a todas direcciones buscando por donde escapar.
Demasiado tarde.
Un mano se posó en el hombro de Teto, la de coletas se resignó cerrando los ojos y agachando la vista.
"Teto.."-la voz de Rin sonaba neutra, lo cual era muy difícil para la rubia, ella tenía tanto miedo por dentro.
La pelirroja alzó la vista lentamente, con miedo, después de todo, la persona que tenia enfrente era gemela de un demente.
"Teto"-repitió Rin, tragó saliva nerviosamente y apreto el agarre al hombro, era ahora o nunca-"yo.."-
"Len"-
Rin miro con ojos abiertos a la chica que tenía enfrente, no pudo terminar de hablar porque la pelirroja le había ganado, la cara de la de coletas estaba gacha con el flequillo carmesí cubriendole los ojos.
"Len"-repitió casi en un susurro-"el....él...él esta mal"-terminó en un susurro, cerró los ojos con fuerza temiendo lo peor.
Para su sorpresa un repentino abrazo por parte de la gemela Kagamine.
"Necesito tu ayuda Teto"-le susurro Rin al oido-"por favor ayúdame....por favor ayúdame a proteger a Miku-nechan"-la última frase la dijo suplicante, con las lágrimas rodando por sus suaves mejillas.
Las lágrimas mojaron los ojos de Teto y con una sonrisa triste correspondió el abrazo de la rubia.
No sabían con que se iban a enfrentar, no sabían que cosas iban a pasar, pero estaban seguras de que era muy peligroso y que, literalmente, se jugaban la vida en esto...pero al menos.
Ya no estaban solas.
. . . . . . . . . . . .Len se encontraba en su habitación, su aspecto era....lamentable.
El rubio estaba sentado en una silla, en una sobresaliente junto a su ventana, en sus brazos sostenía su piano eléctrico, sus dedos se deslizaban con pereza por las teclas, creando un sonido deprimente y al mismo tiempo tétrico.
Sus ojeras antes moradas ahora eran negras, su tono de piel se asemejaba al de un cadáver, sus labios estaban secos, su cabello rubio atado de mala forma en su coleta, el antes hermoso dorado de su cabello ahora estaba sin brillo cenizo y sus ojos azules estaban sin brillo, sin vida...apagados.
Su mirada estaba perdida en el cielo, la muñeca de Miku recargada en su pecho.
La deprimente música del piano ceso, el rubio miro unos segundos más el cielo, para despues explotar y lanzar el instrumento al piso con tanta rabia...odio.
Su mirada se oscurecio, su cuerpo temblaba, no podía más, no podía, la voz, la voz era tan fuerte en su cabeza, le gritaba, le ordenaba cosas horribles, cosas que no quería hacer.
Se tapó los oídos con fuerza al igual que cerraba los ojos, agitó la cabeza, quería que se callara.
Tomó el cuchillo que tenía junto a el, un hermoso cuchillo con el mango negro de plástico.
Lo tomó con fuerza y sin pensarlo se lo clavó en el brazo, la sangre brotó lentamente de la herida, manchando la brillante hoja del cuchillo, el líquido tibio resbaló por su brazo manchando su camisa.
Len miro entretenido, casi con morbo la sangre...le parecía tan fascinante, movió el cuchillo en su carne haciendo que naciera más sangre.
A pesar de que le gustaba el espectáculo, no era lo mismo, la misma sensación de la vez que mató a Kaiya.
El no podía sentir el dolor, a pesar de tener casi la mitad de la hoja en su desgarrada carne, no lo podía sentir, tal vez por eso le parecía fasinate el matar a otros.
Ver el dolor de otros, por no sentir el propio.
Saco el cuchillo y lo habento a un lado, tendria que encontrar una forma de distraerse, algo para calmar estas ansias y aquella voz, que cada día lo convencía más de hacer aquellas cosas tan horribles....pero tan fascinantes.
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Ya no es amor es obsesión.
RomanceMiku Hatsune sentira el miedo y terror puró, cuando Len Kagamine se obsesiona con ella enredandola en una relación enfermiza y destructiva que acabara con todo lo que ella conocia...y la hacia feliz. "El amor es lo más fuerte que existe en el mundo...