La alarma sonó horriblemente, de un pequeño salto despertó de su sueño sus ojos estaban cansados y su cuerpo adormilado, estiró la mano para apagar ese horrendo despertador que le habían dado si por ella fuera lo lanzaría por la ventana. De hecho ya lo había hecho 3 veces pero siempre terminaba igual con un severo regaño y un reloj nuevo.
Una vez apagado el origen del terrible ruido se sentó en su cama, estiro los brazos soltando un bostezo puso sentir como sus músculos se estiraban y alguno que otro hueso tronaba, lleno sus pulmones con el oxígeno necesario para sus cerebro despertase.
Bajo de la cama a paso lento, camino encorvada crusando la gran habitación que más bien parecería una bodega pequeña, formó su camino a una gran puerta blanca giro torpemente el pomo de la puerta, cuando está se abrió se pudo divisar un gran armario que se extendia en un gran pasillo, vestidos de todos modelos y tipos conjuntos tanto juveniles, como maduros, zapatillas, tennis, botas cualquier calzado imaginable se encontraba acomodado perfectamente en las esquinas pegadas a la pared, además de los muchos accesorios que ahí se encontraban.
Pero ella no hiba por un hermoso vestido o un lindo atuendo, más bien tomó un conjunto deportivo que se encontraba a lado de la puerta este era turquesa con blanco.
Se puso la ropa mencionada mientras ataba su largo cabello turquesa en dos chongos gemelos, se puso una cinta en la frente también deportiva junto con unos tennis blancos se miro al espejo.
Ahí estaba Miku Hatsune, la diva de vocaloid, el ángel turquesa...En conjunto deportivo adormilada y encorvada justo todo lo contrario a una diva.
Miku tomó asiendo en su cama sus ojos se estaban cerrando, estaba a punto de caer es su sueño que le habían arrebatado. Pero un golpes en la puerta la sobresalto asiendo que la diva pegará un brinco, se apresuró a abrir pues ya sabia quien era y justamente acertó.
Una mujer alta, formida, con el cabello rubio cortado como hombre, que vestía un conjunto deportivo rojo con blanco la esperaba en la puerta.
"Hatsune!"-hablo una voz muy profunda y grave que hizo que Miku se pusiera rígida y derecha-"vamonos ya"-ordena la mujer empezó a caminar por el largo pasillo detrás de ella la seguían unos adormilados jóvenes, más específico un joven de pelo azul marino que se tambaleaba, una joven de pelo rosa que parecía no afectarle en lo más mínimo la hora, otra joven joven de pelo castaño que casi se caía si no fuera por que la pelirosa la sostenía del hombro.
Miku suspiro mientras los seguía ahora irán al cuarto de ciertos gemelos los cuales siempre se levantaban tarde y "Rebecca" la mujer formida y de pelo rubio los llevaba a rastras de las orejas las cuales siempre terminaban rojas e hinchadas.
Después de todo eran cantantes y tenían que verse fabulosos en cualquier atuendo sin importar cual, cada mañana de los días lunes, miércoles y viernes antes de que saliera el sol, los integrantes de "vocaloid" tenía que conservar la forma realizando ejercicio algo tortuosos para unos jóvenes.
Algo más horrible que eso era Rebecca su entrenadora decir de manera sutil que era un demonio en cuerpo con carne. Y sus víctimas eran esos jóvenes talentosos.
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Ya no es amor es obsesión.
RomansaMiku Hatsune sentira el miedo y terror puró, cuando Len Kagamine se obsesiona con ella enredandola en una relación enfermiza y destructiva que acabara con todo lo que ella conocia...y la hacia feliz. "El amor es lo más fuerte que existe en el mundo...