Las sirvientas, recojian los cubiertos utilizados en el desayuno mientras los jóvenes cantantes se levantaban de sus lugares.
Tenían que empezar sus deberes.
"Miku-nechan, ¿ya terminaste tu canción? -pregunto Rin a la joven de turquesa.
"Ah...si ya la termine ayer en la noche la grave en el estudio"-aseguró Miku mientras le sonreía a la más joven.
"¡Si!"-grito la rubia alzando los brazos-"entonces Miku-nechan ¿jugarás conmigo?"-pregunto la rubia con una sonrisa de oreja a oreja.
"He..¿jugar?"-repitió Miku a Rin.
"Si Miku-nechan tienes que jugar conmigo ¡eres mi última esperanza!"-grito cómicamente Rin mientras se aferraba a la cintura de Miku.
"¿Ultima esperanza?"-pregunto Miku Rin alzó la mirada para luego asentir.
"Si kaito-san, aprovecho que tiene el día libre y fue por helado, Meiko-san tiene que ensayar la letra de una canción, Luka-san esta practicando su canción, Shota también está ensayando una canción"- Hablo Rin aún aferrada a
Miku-"y Gakupo es simplemente Gakupo.....¡Nunca jugaría conmigo!"."A Rin-nee chan..."-Hablo Miku pero pronto se quedo muda, al ver los ojos chispeantes y suplicantes de la rubia.
"Está bien Rin-nee chan"-aceptó con un suspiro Miku, ella quería escribir una canción pero Rin estaba primero.
"¡Si!"-grito eufórica Rin soltando a Miku y dando pequeños saltitos-"jugaremos a las escondidillas Miku-nechan tu buscas primero"-dijo Rin.
"Si"-afirmó Miku con una sonrisa, para después dirigirse a la pared más cercana, cubrirse los ojos y empezar a contar hasta 100.
Rin no perdió tiempo y corrió a las grandes escaleras, para empezar a subir de estas seguro Miku empezaría a buscar en el primer piso.
Rin llegando arriba buscaba entre los grandes pasillos un lugar digno de esconderse, en los grandes baños se podria mojar, en la sala de cine era muy oscuro y le daba miedo, en la cocina de arriba había Muchas cosas ruidosas, sartenes, cuchillos y ollas ningún lugar era perfecto.
De tanto correr Rin choco con alguien de frente, tirando a la persona enfrente suya y a ella que aterrizó en su trasero.
'¡haa! "-grito Rin sobandose el trasero-"ten más cuidado idio.."-Rin callo al ver la persona enfrente suyo era Kaede la cual tenía una mueca de dolor.
"¡Kaede-san! Lo siento no era mi intención ¿se encuentra bien?"-preguntó Rin mientras le ofrecia su mano a la criada, esta la miro y sonrió para tomar la mano de Rin.
"No se preocupe Rin-chan estoy bien"-dijo mientras sacudía su vestido-"por cierto señorita que hacía corríendo por los pasillos"-pregunto Kaede mirando a Rin.
" Bueno...juego escondidillas con Miku-nechan"-dijo Rin.
"A en ese caso señorita ya no la distraigo"-dijo Kaede mientras se retiraba del pasillo-"y un consejo escondase en un lugar en el que la señorita Miku-chan busque en ultimo momento"-término Kaede alejándose del pasillo.
"¿Un lugar en el que Miku-nechan no buscaria?"-se pregunto Rin, de pronto su cara se iluminó.
"¡El cuarto del shota!"aseguró.
Rin en silencio abrió la puerta, con cuidado de que esta no rechinara ya dentro sintió envidia de que su hermano siento el hombre fuera más limpio que ella.
Un cuarto pulcro y adornado con colores amarillos y blancos convinados en todos lados desde la cama hasta la computadora que tenia salva pantallas de bananas.
Rin busco con la vista un lugar digno de esconderse cuando con la esquina del ojo miro una puerta amarilla, Rin se dirigió ahí al abrirla se dio cuenta que era el baño de len el sencillo puesto que había uno mucho más grande en la otra esquina.
Rin se dirigió a un estante que tenia toallas y productos de belleza, de pronto un ruido sonó.
Rin salto del susto dándose rápidamente la vuelta con esto logró tirar un frasco de farmacos que estaba en la esquina del lavabo.
Espero quieta, algún otro ruido el cual no llego, se acercó lentamente a la puerta que estaba entreabierta una gota de sudor resbaló por su frente, no pudo ver que la esquina de un estante cerró los ojos y respiro hondo.
Abrió la puerta de pronto como toda la valentia, aceptaría el regaño y gritos de len por invadir su privacidad, las miradas enojadas y curiosas de las mucamas que arreglaban el cuarto, o lo peor ser la siguiente en el juego de las escondidas.
Pero no había nadie, el cuarto seguía igual busco con la mirada algún indicio del ruido.
Y lo vio.
Un nuevo mensaje en la computadora de len, "Neru" decía este, Rin estaba que sacaba chispas.
"Maldita Neru...."-se susurro Rin tocándose el pecho que saltaba por las palpitaciones de su corazón.
Pero su tranquilidad duro poco, al recordar que había tirado algo.Volteo la mirada un frasco amarillo boca abajo con sólo dos pastillas dentro, las demás tiradas en el lavabo estaban mojadas ya eran inservibles.
Rin se llevó las manos al cabello agitandolo.
"En que me he metido"-se hablo Rin.
Se acercó para ver que podía hacer pero valla sorpresa que se llevó.
Esas pastillas eran diferentes a las suyas, ni siquiera el color con cordada.
"Qué es esto"-tomó el frasco para ver la etiqueta-"¡pero que!".
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Ya no es amor es obsesión.
RomanceMiku Hatsune sentira el miedo y terror puró, cuando Len Kagamine se obsesiona con ella enredandola en una relación enfermiza y destructiva que acabara con todo lo que ella conocia...y la hacia feliz. "El amor es lo más fuerte que existe en el mundo...