Carta 2

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Hola amor, son las 02:31 a.m. Te pienso.
Es la segunda carta que te escribo. Estoy oyendo Flores en Febrero - Los claxons, seguro no la has oído, tenemos gustos de música distintos. Estuve pensando si quizás alguna vez te vería fuera de mi puerta con unas flores en la mano, diciendo que quieres intentarlo de nuevo, y pidiendo disculpas por todo el daño que causaste. Quizás, algún día, en mis sueños, los cuales nunca tengo, soy un espécimen raro, lo sé.
Me pregunto si realmente sentirás todo lo que pasó, me refiero a la gran adornada que me hiciste, a las palabras que dijiste, a los rechazos que me diste.

Siempre la negaste, no sé porqué, quizá te daba vergüenza admitirla, pero tu la escogiste Rafael, y seguro fue porque soy delgadita y no tengo la voluptuosidad de ella. Yo te hacía reír Rafael, yo te oía, y a pesar de tu egoísmo siempre quise lo mejor para ti. Tu tomaste mucho de mí, la fragilidad de mi cuerpo la uniste con tu virilidad, y ambos fueron uno por unos instantes, sé que no te di todo de mi, sé que seguro quisiste concretar lo que dejamos a medias en el sofá de mi sala cuando de pronto mi hermanita llegó y prendió la luz, Rafael jamás olvidaré tu cara en ese momento, ni la mía.

Hay lugares de mi cuerpo que sólo tu has tocado.

Hay momentos a tu lado tan eróticos que jamás olvidaré, no fuiste mi primera vez, ni lo serás, pero hay cosas que no se olvidan, como cuando metías tu mano por debajo de mi vestido, como cuando deslizabas suavemente tu boca por mis pechos, me dijiste que jamás habías sentido unos pechos tan blandos y suaves, como cuando nos reíamos por todas las cosas sucias que hablábamos, como cuando arañaba tu espalda desnuda, como cuando me apretabas tan fuerte a tu cuerpo que podía sentir cada parte de ti, y me encantaba Rafael, claro que me encantaba, ese era el momento donde salía a flote la gran parte de ti que me ponía nerviosa, la que me encantaba sentir cuando me sentaba sobre ti para besarnos como si fuesen a acabarnos los labios si paramos, el roce intenso de nuestras partes, extraño tanto de ti.

Tu luego volviste Rafael, ¿lo recuerdas?, volviste a escribirme y yo estaba tan dispuesta a intentarlo a pesar que aun seguía sangrando la herida que dejaste al terminarme por celular. Tu volviste, con tus palabras de amor, con tus caricias, con tus besos, con tus abrazos y sobre todo con tus morbosidades, que a ambos nos encantaban. Pero nunca me hablaste de el por qué de nuestra ruptura. Volvimos a caer en nuestro amor, hasta que yo la cagué cuando me besé con ese chico, habíamos discutido esa noche, tu y yo no estábamos, solo salíamos, pero aun así admito que me comporté como una perra, y tu no tuviste ningún problema en recordármelo.
Ese día tus palabras me hirieron como jamás me habían herido las palabras punzantes de un hombre. Y aunque dejamos de hablar, cuando me enteré lo de ella, de Diana, de la verdadera razón de nuestra ruptura, y que aún hablabas con ella, me partió, quedé como maléfica ante mis amigos, y no por la maldad, sino por los tremendos cuernos que se maneja la villana de Disney, y aunque tu volviste porque las cosas con ella supongo no se dieron, igual te detestaba, pero lo hacía porque mi amor hacia ti era demasiado grande. Porque no quería creer que aún podía quererte a pesar de todo el daño.

*ANEXO DE LA CONVERSACIÓN

- Agos, por favor olvídalo, es un imbécil, encima feo, no vale nada de lo que piensas amiga
- Es que yo lo quiero Cata, lo extraño, no me importa si es Mr. Bean o Brad Pitt, yo lo quiero a él, a mi calabaza, al chico del que me enamoré
- ¿Por qué seras tan terca? Él no te quiere, entiende, prefirió a una fácil descerebrada, no te das cuenta todo lo que perdió, estas dispuesta a dárselo si él viniese, ¿así sin más?
- Él luego volvió Cata
- Y tuvo la cara de reprocharte lo de Felipe, cuando ni siquiera estaban, cuando él te termino por esa perra, cuando te ocultó lo de esa perra. No me digas que si el viniese de nuevo lo aceptarías Agos. Quiérete un poco más nena, eres preciosa, solo abre horizontes.
- Eres estreñida cierto ¿?
- Si...
- Yo también, entonces sabes que es querer sacar un gran trozo de pofo por el ano y que no salga y pujar y pujar hasta que sientes que vas a morir, ¿recuerdas ese interminable dolor? ¿esa punzada?
- Siiii, ¿ a dónde quieres ir?
- Eso siento yo cada que no hablo con él, cada que no sé nada de él.
- No compares pedazos de pofo con él. Ofendes a la pofo
- Eres una idiota
- Duerme Agos, son las 4, y deja de pensar en pofo

*FIN DEL ANEXO

Ha pasado mucho tiempo desde que no hablo contigo mi calabaza, pero aún te quiero y te extraño tanto. Quizás tu ni lo hagas. Sueña bonito calabaza.



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