Los días pasaban y yo más me enamoraba de Cassandra. Verla ya se transformaba en una necesidad. La buscaba, la miraba, me perdía en ella. Evidentemente, me tenía enloquecido. Lo bueno era, que ahora nos saludábamos todos los días, y cuando se daba la situación, cruzábamos algunas palabras.
Todo aquello me hacia feliz. Nunca me sentí tan bien con una muchacha. Me sentía como jamás me había sentido, pero igual, me faltaba algo. Todavía sentía una especie de vacío en mí, mas aun cuando no la tenía cerca mío.
¿Cómo decirle acerca de mis sentimientos? Había demasiadas cosas que me frenaban, además de Canuto. Mi licantropía, por ejemplo. ¿Cómo podría sobrellevar eso? No podía arruinarle la vida de esa forma y...
"Cuando se entere, se asustara y dejara de hablarme y, me esquivara de seguro. No podré soportar eso" pensaba cada noche entre lagrimas.
Me odie. Me odie muchas más veces que antes por lo que soy, por no poder ser normal, por la idea de no poder disfrutar una vida como la del resto de la gente, y por tampoco poder disfrutar de la idea de enamorarme de alguien tranquilamente.
La noche de mi transformación llego y como siempre, los chicos me acompañaron.
La mañana siguiente desperté bastante tarde. La mañana estaba fría pero el sol había comenzado a asomar, asi que decidí salir a dar un muy corto paseo por los jardines. Baje las escaleras con algo de dificultad, ya que Canuto tuvo que morderme la pierna para que no me escape hacia Hogsmade asi que, un tanto cansado, me detuve en el patio del reloj. Pasé largo rato solo. Todo el colegio debía estar en clase, asi que aquel silencio era un regalo musical para mis oídos. Aunque ese silencio se cortó con el sonido de unos pasos que se acercaban lenta, pero decididamente. Cuando voltee a ver, mi corazón dio un vuelco.- ¿Remus? ¿Que haces aquí? - me pregunto
- Cass susurré - ¿Tu que haces aquí? – dije volviendo en mi
- No tenia ganas de revolver un caldero, así que Lizz me dijo que le diría a Slughorn que no me sentía bien... ¿Te molesta si te hago compañía? - me pregunto con una sonrisa
- Claro que no - conteste totalmente complacido - ¿No te van a poner en detención?
- No si no me acusas – dijo sentándose a mi lado, con las piernas cruzadas como indio
- Sabes que no sería capaz
- Lo se – sonrió aunque comenzó a mirarme muy fijamente - Dios Remus, ¿que te ha pasado?-pregunto muy asustada al ver una de las cicatrices que me surcaba la mejilla.- No, nada – conteste demasiado nervioso y bajando la mirada. Sin darme cuenta, me alejé varios centímetros de ella
- Bien - contesto tristemente - cuando necesites hablar de algo, sabes que cuentas conmigo. Para lo que sea - dijo buscando mis ojos y tomándome de la mano.
Cuando oí sus palabras, mil mariposas revolotearon en mi estomago. Al volver a mirarla, no me pude contener. Me acerque nuevamente y la abrace con todas las fuerzas que pude.
- Gracias Cass. Te prometo que lo tendré muy en cuenta.
- Confía en mi, Remus - dijo correspondiendo al abrazo - yo te... yo... sé que eres una gran persona - me apretó contra su cuerpo.
Al separarnos, vi como unas gruesas lágrimas caían por sus mejillas.
- Cass, ¿que te sucede?- pregunte tomándola de los hombros - ¿estas bien?
- Si, lo siento - se puso de pie - debo...creo que tendré que ir a cambiarme. McGonagall no se tragara la historia de mi enfermedad - sonrió, aun llorando.
- Recuerda que tú también puedes contar conmigo - dije tomándola de la mano antes que se marchase.
- Lo hare –c ontesto con dificultad y dándome la espalda, corrió dentro del castillo
Sus lágrimas me partieron el corazón al medio. No sabía lo que le sucedía, pero podía imaginarlo. Se que le dolió que no le cuente lo que me pasaba, pero mas me dolía a mi no poder confesárselo.
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Mi Primer Amor - By Remus Lupin
FanfictionEncontrar el amor no es facil, mucho menos para una persona con mi condicion. Pero pude sortear esa barrera y aquí, les cuento mi historia.