Catorce

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Tú, Dios mío,

eres mi defensor;

¡respóndeme cuando te llame!

Siempre que tengo problemas,

me ayudas a salir de ellos;

¡compadécete de mí,

y escucha mi oración!

Ustedes los que se creen importantes,

¿me van a seguir insultando,

y jugando con mi honor?

¿Van a seguir

con sus mentiras y engaños?

Sépanlo de una vez:

Dios me muestra su amor

porque le soy fiel;

¡por eso me escucha

cuando lo llamo!

¡Cuidado, no pequen más!

Cuando llegue la noche

y se acuesten a dormir,

pónganse a pensar

en todo lo que han hecho.

Ofrézcanle a Dios

lo que él les ha pedido,

y pongan su confianza en él.

¡Hazte presente, Dios mío,

y muéstranos tu bondad,

pues no faltan los que dicen

que tú no eres bondadoso!

Hay muchos que son felices

comiendo y bebiendo de más,

pero yo soy muy feliz

porque mi alegría viene de ti.

Cuando me acuesto,

me duermo enseguida,

porque sólo tú, mi Dios,

me das tranquilidad.



Prosas de un MercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora