You can kiss me.

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Sudor caía por mi rostro mientras más enemigos se aproximaban.

"Campo de prueba" quería llamarle Willy, si es que era tonto el chaval. Habíamos encontrado un spawn y zombies salían de ahí cada tanto. Necesitábamos practicar para lo que se nos venía. Dos zombies se aproximaron hasta mi y rápidamente elevé mi espada.

Primer espadazo, retrocedí. Debía tener cuidado. Segundo espadazo, esta vez al otro zombie que se aproximaba. Retrocedí nuevamente, esto iba a ser mas fácil de lo que pensé. Pegué el tercer espadazo a la vez que el cuarto a cada uno, haciendo que desaparecieran.

Soplé el aire que contuve dentro de mi y respiré nuevamente.

Estiré un poco y salte sobre mi mismo esperando a que un nuevo zombie llegará a mi, escuche la risa de Willy de fondo.

Volteé sobre mi y le vi ahí sentado bajo la copa de un árbol, tapándose del sol. Sé que a él no le gusta el sol, ya que su piel es muy frágil y siempre se quema. Por eso su estación favorita es otoño, ya que le gusta ver como las hojas caen y el frío viene. También sé que su sueño más deseado es ir alguna vez a algún lugar fuera del ruido y sentarse bajo un árbol a leer alguno de sus libros favoritos junto a su persona favorita, pero también sé que él no podría aguantar ni un segundo sin correr a buscar un computador para jugar Smite.

Sonreí por mi imaginación a la vez que Willy sacaba su sonrisa y me miraba preocupado. No lo entendía, ¿qué pasaba? Rápidamente se paro y vino hacía mi, ¿iba a abrazarme? Abrí mis brazos viéndole extrañado, hasta que paso de mi y empezó a luchar con un zombie.

Quedé impactado.

Me había perdido tanto en Guillermo que no había prestado atención a mi alrededor. Su respiración se pudo oír claramente para mi cuando el zombie se esfumo por los aires. Le miré atónito y él simplemente hizo lo mismo.

-Willy, yo...-Me interrumpió-.

-Solo olvídalo, digamos que te distrajiste pensando en la vida -Dijo y se volteó mientras guardaba su espada- Deberíamos volver a casa, debemos almorzar y...-Esta vez le interrumpí yo-.

-Estaba pensando en ti.

Su cuerpo frenó, dejándome a la vista su espalda, aunque su espalda no es exactamente lo que ví. Una risa quiso escapar de mis labios pero me la aguante. De repente, dió una vuelta increíblemente rápido y cabreado vino hacía mi.

-Escúchame, Vegetta, debes dejar de hacer eso, ¿entiendes? No puedes simplemente lanzar eso sin pensarlo y dejarme tan... Y yo... Y... -Me miró, ahora más tranquilo-.

-¿Dejarte tan como, Willy? -Una sonrisa se formó en mis labios sin poderlo evitar- ¿Acaso provoca algo en ti mis palabras? -Me acerqué hacía Willy mientras él retrocedía, sus mejillas se estaban tornando rojas-.

-Y-Yo... No es lo que quise decir, yo...-Tragó saliva y suspiró- Vegetta...

-Dime, mi querido Willy.

Y antes de que pudiera dar un paso mas me volteó en vista al spawn y me dejó ver lo que él estaba viendo horrorizado, una horda de zombies se dirigía a nosotros.

-¡Corre! -Me gritó, mientras sujetaba mi mano y me arrastraba-.

Corrimos lo más lejos que nuestros cuerpos podían hasta que Willy no pudo más. Su cuerpo se posó sobre un árbol y su respiración se reguló lentamente. Después de unos minutos tranquilos, nos dimos cuenta de que por fin habíamos perdido a los zombies y nos tranquilizamos.

-Vale, creo que deberíamos volver a casa y...

Antes de que pudiera seguir hablando, lo acorralé contra el árbol en el que se encontraba y miré su rostro, su expresión, sus ojos, su nariz, sus labios. Podía ver lo seco que estaban, hasta que él los remojó. Un suspiró salió de mis labios a la vez que Willy se sonrojaba. Acerqué mi rostro hasta él tomando su acción como una invitación, pero movió el rostro dejándome como un parguela, entonces aproximé mi rostro hasta su cuello.

-Vegetta.

Su voz suplicante hacía que mi corazón latiera más rapido. Willy moviendo sus brazos entre mis manos mientras yo olía su cuello. Era tan exquisito, tan deseable.

-Vege, por favor...-Suspiró- Yo... Samuel.

Mi nombre desde sus labios era como una armonía para mis oídos. Moví mi cara de su cuello hasta su rostro, roce nuestras narices y nuestras respiraciones chocaban.

-Dime que no quieres que te besé y me alejaré.

Sus ojos se encontraron con los míos, pero su boca nunca se abrió. Sonreí.

Willy realmente me quería, no había sido un sueño lo de la otra vez, todo había sido real. Yo le gustaba.

-No podemos besarnos, Samuel, yo....-Su voz tembló al decir eso, y entonces lo comprendí-.

Willy tenía miedo.

Le miré extrañado y solté sus manos, liberándole. Él asintió y se alejó de a poco de mi empezando a caminar rumbo a casa, yo no me moví, simplemente le veía yéndose. Pero él no se fue, al notar que no estaba a su lado se volteó y me miró. Sus ojos. Sus ojos me estaban matando.

Estaban cristalizados.

-¿A que le temes tanto?

-A perderte -Soltó enseguida-.

Me sorprendí. Creí que iba a ser más difícil sacárselo. Le miré a los ojos y me acerqué lentamente hasta quedar a un metro.

-¿Por qué piensas que vas a perderme, Guille?

-Porque la voy a cagar, Samu. Si te dejó besarme, si te dejo ver lo que hay dentro de mi, si te entregó mi corazón... Y luego te vas por algún error, simplemente... -Una lágrima cayó por su mejilla, rompiéndome el alma en dos- Simplemente no podría soportarlo.

Me acerqué y le estreché entre mis brazos acariciando su espalda, sabía que eso le relajaba, le conocía mejor que nadie, sabía como calmarlo cuando estaba enojado, sabía como calmarlo cuando estaba mal, sabía que hacer en cada situación con él.

-No entiendo como podrías temer de eso, Willy... -Me separé de él levemente y puse su cara en mis manos, haciendo que me miré- Te conozco de pies a cabeza, conozco cada parte de ti, cada actitud y conozco lo imbécil que puedes llegar a ser a veces -Ambos reímos por eso- Y por eso mismo es que cada día te quiero más.

Sus ojos me miraron sin decir nada y simplemente me sonrió amargamente. Limpié las pocas lágrimas que quedaban alrededor de sus ojos sin dejar de verle directamente a estos.

-Puedes besarme -Escuché su voz hablar-.

Y negué.

-Cuando te besé, será mucho más especial que esto, Guille, no podría besarte mientras siento como tus lágrimas mojan mis mejillas -Dije y acaricié su rostro una vez más- No sabes las ganas que tengo de besarte, pero quiero que si nos besamos lo recordemos como el beso más precioso que hayas tenido, ¿vale?

Y sin responderme, simplemente hundió su cara en mi pecho y nos sentamos lentamente sobre la hierba. Se acomodó entre mis piernas y le abracé, mientras veíamos como caía el atardecer antes de pararnos e irnos a nuestro hogar. 


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HOLAAAAAA, MAÑANA OTRO CAP, ASÍ, DE GRATIS (ah, re vegetta jejeej) POR LAS DEMORAS QUE TENGO SIEMPRE CON LOS CAPS, LO SIENTO, YO OS QUIERO, NO ME MATEIS :c




Dentro del juego (Wigetta).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora