Prólogo.

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Guillermo:




Eran ya casi cumplidas las 2 de la mañana y seguíamos gritando. Ni yo mismo entendía como ningún vecino golpeaba las paredes. Entre la tensión del juego y de nuestra amistad, Vegetta y yo solo podíamos arrojar cosas y tirarnos insultos.

-Es que eres tan pargela, te lo juro -Dijo Samuel- Me haces enojar tanto.
-¿Yo pargela? ¡Eres tu el que quiere irse!

Si, nos estábamos peleando porque se quería mudar. Mi compañero desde hace más de 5 años, mi mejor amigo incondicional y mi compañero de piso hace ya más de un año quería irse a España de nuevo.

-¡Este no es mi sitio! -Su voz ya empezaba a sonar enojada-.

Joder, ¿este no es su sitio? Hace un año decía que su sitio era donde yo estuviera pero, como siempre, he caído en la ilusión de que tal vez fueran reales alguna de aquellas bromas pesadas de Vegetta. Pero nunca las son.

-¡Pues vete! ¿Sabes? ¡Vete! ¡Ya ni me interesa verte! ¡Quiero que mañana te vayas, Samuel! -Ni yo entendía como podía gritar tanto y estar tan rojo, pero de verdad estaba enojado- ¡Puedes irte a tomar por culo! ¡Ya ni me importa!

Y después de decir eso me encerré en mi cuarto. Si, me encerré, como un cobarde, como una nenita que no quiere terminar la pelea, pero me encerré y lloré. Samuel se iba a ir, mi Vegettita, mi mejor amigo, mi cómplice, mi compañero, mi todo en algunos momentos.

Y es que Vegetta y yo simulábamos una amistad perfecta frente a las cámaras, éramos la imagen perfecta de una amistad. Una convivencia juntos, nunca incomodos por el afecto del uno al otro, felices al lado del otro. Pero es que las cosas en la realidad no eran tan así, y sobre todo ahora.

Realmente, antes era como todos creían, éramos una amistad perfecta. Pero en estas ultimas semanas nada era igual, todo había cambiado (eventualmente). Junto con mi cabeza llena de cosas sin resolver y su cabeza a tope con cosas que debía hacer nos habíamos disuelto totalmente. 

Y empezaba a parecer que éramos amigos simplemente en Minecraft.

-¡Joder! -Mis sollozos eran patéticos hasta para mi- Como desearía que siempre estuviéramos en Minecraft, siempre juntos...

Y enseguida dije eso, algo pasó.

Y joder, seguro me iba a arrepentir de lo que había pedido.

Dentro del juego (Wigetta).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora