Capitulo. III. Darién.

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Al sentir la luz del sol tocar mi rostro me levanto y sin importarme como luzco bajo en busca de Daniel, necesito que sea sincero conmigo, no puedo creer que ese niño sea su hijo. Después de hablar apareció una chica morena y se llevó al niño. Daniel, al verme vestida aun con la pijama desvía la mirada desinteresado.

__ Por favor ve y cámbiate. –indica dándole un sorbo a su café.

Molesta golpeo la mesa con mis manos, llamo su atención.

__ ¿Por qué no me dijiste que tenías un hijo? –manifiesto enojada.

En cambio Daniel se limita a comer sin inmutarse por mis palabras, su madre aparece interrumpiendo mi interrogatorio.

__ El pasado de mi hijo es irrelevante, tener o no un hijo no te perjudicara, además ese un tema del que no se habla en esta casa.

No puede ser, él si tiene el derecho de tener los mil y un hijos, pero yo no puedo ser libre, de seguro ya estuvo casado antes, los observo por un minuto y me giro.

__ Al menos debiste decirme que tenías un hijo y no enterarme de esa manera ¿Acaso a él también lo tienes prisionero?

Daniel se levanta y me lanza una mirada cargada de ira.

__ Ese mocoso... Quién sabe si soy el padre. No me interesa lo que suceda con él, total no estoy seguro que sea mi hijo.

¿Qué? Debe ser que esta ciego ese niño es idéntica a él, hasta en su actitud fría. Lo miro de manera burlona.

__ No juegues conmigo ¿Sí? Se ve de lejos que es igual a ti.

Él golpea la mesa con fuerza haciendo que su madre y yo le miremos.

__ ¡Ese niño no es problema tuyo! –lo observo sorprendida. –si tanta lastima le tienes encárgate de él, total dentro de poco serás su madre.

__ Eso no me parece mal, así tendrás tu tiempo ocupado. –dice la mujer mayor con una sonrisa.

Aquí todos están locos, él tiene un hijo y lo trata como a un desconocido; pobre niño. Me levanto y los miro a ambos. No sé si seré una buena madre en el futuro, pero no dejaré solo a ese pequeño.

__ Bien le atiendo, pero deberás dejar un tiempo libre para estar con él.

Daniel tensa la mandíbula y sin decir nada sale. Dejo salir un suspiro.

__ Me imagino que piensas que mi hijo tuvo una esposa, pero no fue así, la madre del niño era su novia. –ella muestra una ligera sonrisa. –pero la muy desvergonzada engañó a Daniel.

Mi boca está seca por lo que acabo de oír, de nuevo vuelvo a la silla, la mujer toma asiento a mi lado y me obliga verla.

__ ¿Dónde está ella? –digo en un hilo de voz.

__ Muerta. –Baja la voz –murió en un accidente huyendo con su amante. A ella jamás le intereso su hijo, sólo lo dejó en la puerta de la casa con una carta donde terminaba con Daniel.

¡Señor! Llevo mis manos a la cara, esa chica abandonó a su propio hijo. Mis ojos están húmedos y mis labios tiemblan guardando el deseo intenso de llorar. Sé cómo se siente Darién al no tener en quien confiar. Sin demora tomos las manos de la mujer y con una mirada firme le hablo.

__ Yo seré su apoyo.

El ser abandonado es algo triste y terrible, siendo yo una adulta que fui dejada de lado no quiero ni pensar que sentirá ese pequeño siendo rechazado por la única persona que conoce como su padre. No es bueno sentirse solo y menos a su edad.

Amor Tóxico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora