Capítulo. XV. Libre.

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La mujer al ver que no hay nada en el plato sale satisfecha por mi acción. ¿En verdad me dejará ir y seré libre? Por su expresión parecía hablar muy en serio. Llevo las manos a mi sien. Un terrible dolor de cabeza no me deja en paz. Cierro los ojos tratando de mitigar el dolor molesto, pero es inútil. Así que me doy una ducha y me meto en la cama.

Un ruido en la habitación hace que despertará. Al alzar la vista veo a Daniel con una bandeja repleta de fruta y un vaso de jugo. Él al verme me dedica una sonrisa, sin más le aparto la mirada.

__ Veo que estos días te has animado a comer todo lo que te traen –dice más tranquilo –eso es bueno.

Coloca la bandeja en mis piernas, sin mirarle comienzo a comer. Todo esto lo hago por ser libre y alejarme de él. Su mano intenta tocar mi brazo, pero lo rechazo de inmediato.

__ No te hagas ilusiones, sabes muy bien porque lo hago –él no dice nada sólo baja la mirada.

__ Lo sé –susurra –mantendré mi palabras hasta el final –una carcajada sale de mi parte –no estoy jugando Elena.

Lo miro con enojo. Él debe saber que lo odio mucho y que jamás lo olvide. Hago la bandeja a un lado. Él la sujeta y se queda de pie junto a la cama.

__ ¿Qué quieres? –digo con odio.

__ Te amo –sus palabras me sorprenden, pero las ignoro.

Luego de decir eso sale. Aprieto mis puños sobre la cobija. ¿Amarme? Eso no lo creo, está vez no caeré en sus trampas. Un ser que no ama ni a sus propios hermanos que es lo que puedo esperar.

(*****)

Me observo en el espejo y veo que he recuperado color, ya no me siento tan mareada y con nauseas. Cierro los ojos contralado el deseo de felicidad que embarga mi cuerpo al saber que dentro de una semana podré irme de aquí, de su lado. Alguien toca a la puerta, es esa mujer de siempre. Sin acercarse sólo se mantiene en la entrada.

__ El señor pide que baje –dice con calma.

__ Pero aún falta para la cena –ella da un paso más.

__ Es sobre otro asunto, por favor no tarde. –después de sus palabras se marcha.

Dejo salir un suspiro ¿Qué quiere ahora? Sin más remedio bajo, la mujer al ver que bajo me indica que la siga hasta la biblioteca.

__ Pase –abre la puerta –adelante.

Doy un vistazo antes de entrar y veo a Daniel en compañía de dos hombres, él me mira y con su mano hace un ademan para que entre, y eso hago. Observo a los dos extraños susurrando junto a él.

__ Señores esta es mi esposa o bueno mi casi ex esposa –ellos me miran serios –empecemos todo.

__ Muy bien señor Salvatore –dice uno de ellos ordenando sus papeles –he revisado todo lo concerniente al divorcio y veo que mi cliente tiene derecho a un diez por ciento más una pensión –mira a ambos sobre sus lentes – ¿No hay hijos? –los dos negamos –bien señora Salvatore como lo dice la cláusula diez del contrato que firmó antes de contraer matrimonio con el señor aquí presente no puede a ver divorcio sino después de un año, pero eso no impide que usted viva bajo el mismo techo que su marido. ¿Le parece bien?

__ Sí, puedo con eso. Lo que no quiero es eso sobre la pensión y ese diez por ciento, no lo necesito.

__ ¿Te has vuelto loca? –Protesto Daniel –no tienes trabajo ni siquiera una carrera –suspira –es mejor que aceptes con eso te da para que vivas en un lugar decente y puedes estudiar sin problemas.

Amor Tóxico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora