Prólogo. La verdad.

517 107 64
                                    

El frío se cuela hasta sus huesos. El lo ignora, solo puede concentrarse en ese color rojo, rebelde y triste que corre por el suelo, es tan oscuro como rosas rojas vistas bajo un cielo nublado.

Con valor se atreve a mirar a esos ojos vacíos que no dan mas respuestas, se obliga a serenarse. De pronto una oleada de pánico lo sacude pero logra calmarse. Respira profundamente y se inclina para tomar el cadáver de los hombros.

Lo arrastra, pero pesa tanto... Como si la muerte se hubiera posado sobre el y fuera imposible de mover, sin embargo lo logra. El ruido de el cuerpo siendo arrastrado le tortura los tímpanos. Siente arcadas.

Las manos le empiezan a temblar, pero ahora todo su cuerpo esta temblando, algo parecido a la culpa lo inunda. El se lo merecía se merecía esto y muchas cosas mas... Sin embargo...

Finalmente llega a ese río oscuro, se adentra y siente el agua congelada meterse en sus zapatos. Deja el cuerpo sobre el agua y ve como poco a poco como una canción de verano se aleja.

Entonces un horror enfermizo lo sofoca ¿Y si no se hunde?, pero si lo hace lentamente, poco a poco, se va al fondo del río, llevándose toda esa rabia, todo el dolor, toda la mierda que lleva dentro. El solo se queda ahí.

La luna lo observa con ojos acusadores.

¿Y que esperabas que hiciera?

Ella no responde.

Siente algo extraño, pero no logra darle nombre a ese sentimiento.

El se encoje aun mas en su viejo abrigo demasiado grande para el y se ciñe la bufanda al cuello deseando estrangularse, se detiene, y ve como su aliento deja una estela en el aire.

No tarda en colapsar. Los gritos estallan en forma de lágrimas malditas. Esta llorando, silenciosos y desesperados sollozos sacuden su cuerpo. Y se queda así mucho, mucho tiempo hasta que siente que las lágrimas se le congelan.

El mundo acababa de cambiar.

Invierno Perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora