7. La prueba.

76 14 18
                                    

El resto de la semana trascurrió sin que ningún suceso de mucha relevancia saludara la vida de Tom.

Erica y Jack parecían llevarse bien así que ahora era mas común verlos a los tres juntos como algún grupo de amigos.

Durante algunos ratos libres Tom y Erica intercambiaban hipótesis aunque algunas mas bien eran puras conjeturas, pero eran charlas interesantes de cualquier forma.

El bolígrafo seguía en la habitación de Tom, el era incapaz de hacer que su madre lo notara de manera sutil y no se atrevía a ser tan directo, sobre todo con la inestabilidad emocional que ella sufría.

De manera que transcurrieron los días, el invierno crudo, las sonrisas falsas, las miradas sinceras, la burlona incertidumbre y los recuerdos dolorosos hasta que llego el lunes.

Tiempo después Tom recordaría ese lunes con horripilante nitidez.

Las pruebas de ADN estaban listas. El resultado que estas dieran podría cambiarlo todo. Incluso la distorsionada visión de la realidad que persistía en la cabeza de Tom.

El fue en bicicleta a recoger las pruebas, tomo el sobre con las manos temblando, la agudeza de los recuerdo traspaso su piel, esperaba con todas sus fuerzas que hubiera dado negativo.

Cuando finalmente llego a casa, su madre estaba esperando, el dejo el sobre amarillo encima de la mesa del comedor y ella lo tomo, lo abrió lentamente, Tom aguardo cerca atento de las reaciones que podrían aparecer por la cara de su madre al ver los resultados, desde el alivio hasta la desesperación.

Ella leyó la linea una y otra vez pero su cara estaba inexpresiva, dejo los resultados abiertos sobre la mesa y no dijo nada, se sentó a leer en silencio crispando los nervios de Tom.

Lentamente se acerco y leyó.

La prueba había dado positivó.

La maldita sangre que había por todo ese bosque, era de Uriel, no había ninguna duda.

De nuevo, Tom sintió que el agujero negro consumía su capacidad de sentir, ya que se quedo en blanco.

Solo escuchaba los propios gritos extraños de su interior. Respiro hondo y trato de calmarse. Reflexiono un poco y luego con horror solo se le ocurrió hacer una cosa.

Subió rápidamente a su habitación. No estaba en los cajones, ni en el closet ni debajo de la cama, lo vio sobre de las notas de violín.

Bajo y luego le pregunto a su madre.

–¿Te parece familiar?

Ella desvío la vista de su revista y lo vio.

El bolígrafo.

A Tom no se le escapo como uno de los músculos de su cara se tenso y como su mirada delato miedo pero fue tan rápido que de haber parpadeado lo hubiera pasado por alto.

–Si Tom, es el bolígrafo que me obsequio tu padre, si lo vuelves a tomar por favor avisame, lo e estado buscando. Creí que lo había perdido.

–Ya basta.

–¿Qué...

–Por favor, basta, no soy idiota ¿sabes?

–¡Tom!

–Ya no es algo soportable, se que no me estas contando la verdad, se que algo escondes y se que tiene que ver con Uriel. Deja de fingir que no lo sabes.

–No se a que te refieres. Calmate.

–¿Sabes donde estaba eso? Estaba en el bosque junto a la sangre. O tu estabas ahí o Uriel vino cuando tu estabas y lo tomo. Dime la verdad.

Invierno Perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora