#6: Luna llena

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- ¿Qué?- se mosqueó Reiji al darse cuenta de que no paraba de mirarlo.

- Andas raro...- medité en voz alta-. Has estado hablando con tu hermano mayor más de lo normal.

- ¿Ahora nos vas a recriminar que pasemos más tiempo juntos, señorita "sois unos secos"?- Shuu imitó mi voz, empujándome la cabeza con un pie y rodando los ojos. Eso sí, mantenía su característica media sonrisa de burla. 

- ¿A que te tiro?- amenacé levantando una pierna. La situación era la siguiente: mañana del 28 de diciembre, en medio de Navidad y Fin de Año... y estábamos aburridos como ostras. 

En el salón principal habíamos encendido la chimenea y nos habíamos puesto los siete juntos en diferentes lugares: Ayato meditaba mirando al techo sentado en su sillón habitual; Reiji leía un libro en su butaca; Raito, Kanato y Subaru jugaban al dominó sin muchas ganas sentados en la alfombra entre todos los demás, y Shuu y yo habíamos ocupado el sofá compartiéndolo a regañadientes. Me dedicaba a resolver un sudoku muy concentrada, con la marmota denominada el primogénito del Rey de los Vampiros abarcando tres cuartos del sitio disponible, sin dejarme otro remedio más que poner mis piernas sobre él. Era algo raro cómo nos habíamos puesto, la verdad.

- En este momento no le estoy dirigiendo la palabra- resopló el de gafas cambiando la pierna que reposaba sobre la otra-. Intento leer.

- Claro, como hay un escándalo...- comenté irónicamente.

- Me apetece algo dulce- protestó Kanato-. Voy perdiendo y Subaru se está durmiendo.

- ¡No estoy dormido!- saltó enseguida el albino, que era el único tumbado bocabajo en la alfombra mientras jugaba.

- No, estás besando la alfombra- reí, provocando que se pusiese a hacer pucheros infantiles. 

- ¿Eso significa que gano?- preguntó Raito.

- De eso nada- Subaru reveló las tres fichas que le quedaban y resultaban ser justo las que iban a cortarle el camino al pelirrojo-. Gano yo.

- ¿Vamos a comprar algo?- propuso Ayato saliendo del limbo.

- ¿Dulces?- se le iluminaron los ojos a Kanato.

- De paso- aceptó la idea el mayor de los trillizos-. Yo necesito un libro nuevo de pasatiempos.

- Conmigo no se os ocurra contar- repuso Subaru-. De aquí no me mueve nadie. Quiero dormir un poco.

- ¿Shuu?- el aludido ni respondió. Abrió un ojo y miró a Raito con cara de pocos amigos-. Vale, ni sé por qué pregunto.

- ¿Y a mí no?- se quejó Reiji levantando la vista de su libro.

- ¿Quieres venir?- se sorprendió Ayato.

- No, estoy leyendo. (Reiji troll xD)

- Y yo tampoco quiero salir, serán las compras de los trillizos- reí-. Pereza caminar ahora.

- ¿Y cómo piensas ir a tu habitación, listilla?- replicó Reiji sin mirarme.

- He aprendido a teletransportarme, antes sólo iba a velocidad de relampagueo- dije orgullosa.

- Ya casi eres del todo lo que deberías haber sido desde el principio, una buena vampira- sonrió Raito poniéndose en pie.

- Tampoco he tenido malos tutores- le devolví la sonrisa exclusivamente a él. 

- ¿Nos vamos?- atrajo la atención Ayato-. Prefiero no estar aquí si estos dos siguen así, paso de vomitar arco iris.

- Yo pagaría por ver eso- me carcajeé sentándome bien en el sofá-. Hasta luego, chicos- y apenas me despedí aparecí en mi cuarto. Me eché en la cama y dejé el sudoku sobre la mesita de noche, colocando después mis brazos detrás de mi cabeza y mirando al techo, pensativa.

Mi primer mordisco (Soy madre junto a Sakamaki Raito 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora