Maya

6. El anillo.

2 meses después...
Estos últimos meses he ido a los ultrasonidos con Emma. Es la única que sabe. Y me siento tan culpable. Él bebé está muy bien. El doctor dice que dentro de un mes podré saber su sexo.
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Hace 2 semanas Emma tuvo a su bebé. Fue niño y lo llamaron Noah. Cuando Alex y yo fuimos a verlo al hospital, pensé que eso nos estaría pasando a nosotros dentro de 6 meses y medio. Entonces empecé a llorar. Y él seguía sin entender porque.
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Hoy Alexander me preguntó si quería ir a cenar con el. Y no vi porque no. Me llevo a un restaurante que acababan de inaugurar. Ahí comí delicioso. Y comí mucho. Dijo Emma que era normal que me diera mucha hambre, por el embarazo. Alex no paraba de decir lo mucho que me amaba y yo no paraba de pensar lo tierno que era. Demasiado tierno. Yo también lo amaba y no quería que esto terminara. Pero sabía que pronto se empezaría a notar y tendría que decirle.
-Maya, quiero que sepas que... Jamás pensé amar una mujer más que Ana. Pero entonces tú llegaste a mi vida y todo cambio. Yo cambié. Y sé que tú también. Y quiero pasar contigo el resto de mi vida. No importa que.
Esas palabras me dejaron aturdida un rato. Luego sacó una cajita de terciopelo azul. Y al abrirla reveló un hermoso anillo de diamante con rubíes. Me quedé pasmada. Entonces le solté la noticia.
-Alex, estoy embarazada-le dije.
Ahora él se quedó pasmado. Pero solo un momento y después sonrió.
-¿Quieres convertirte en mi esposa?
Entonces todas mis dudas y temores desaparecieron. Y me relajé.
-Si-le contesté y le rodeé el cuello con mis brazos y nos besamos. Y fue el beso más dulce y tierno que nos hubiéramos dado nunca. Después empezaron las preguntas.
-¿Cuánto tiempo?-me dijo.
-Casi 3 meses.
-¿Ya sabes que es?
-Todavía no.
-¿Quién más lo sabe?
-Emma.
-¿Ella te acompañó a los ultrasonidos?
-Si.
Y se quedó si preguntas. Y empezamos a hablar de la boda. Queríamos que fuera lo más pronto posible. Pero después de que naciera el bebé para estar más cómoda. Luego fuimos al apartamento y me dijo que se empezaba a notar. Y le dije que no quería estar gorda. Y me dijo que valía la pena. Y tiene razón.