Capitulo 3:

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Sean me estaba engañando. No dije nada, me limitaba a mirar esa escena romántica y empecé a recordar cuando Sean y yo nos conocimos.

" Una tarde lluviosa, típica de Londres, salí del trabajo. No llevaba paraguas y me empapé hasta los huesos de agua en sólo unos minutos. Decidí entrar a un bar hasta que la lluvia terminase. Entré en un bar llamado "La vista alegre". Al entrar, vi a un chico cantando en un pequeño escenario. Era jazz y su voz era muy dulce. Los demás componentes del grupo sólo tocaban los instrumentos. Me fijé que todos eran muy jovencitos, apenas llegaban a los 25 o algunos ya los tenían. El cantante era rubio, con el pelo echado hacia atrás y unos ojos color verde claro preciosos. Unos minutos después de entrar, éste me miró y me dedicó una sonrisa mientras cantaba.

El mundo se paró. Parecía que sólo estuviésemos él y yo, sin nadie en la sala, era un momento realmente hermoso. El chico despegó el micro de su soporte y bajó las escaleras del escenario mientras me miraba fijamente sin perderme de vista ni un segundo. Se acercaba a mí y a medida que lo hacía, la gente que antes no prestaba atención al chico, lo miraba con cara de asombro. Sólo estaba a unos metros de mí y la canción terminó.

- ¿Sería grosero decirte que eres preciosa? - Me regaló una gran sonrisa dejando al descubierto sus blancos dientes. - Soy Sean.

- Vaya, nunca me habían tirado la caña tan pronto y menos un cantante de bar. - le devolví la sonrisa. - Soy Rachel, un placer. - le di la mano para estrecharla con la suya.

- Igualmente, Rachel. ¿Puedo invitarte a una cerveza? - dijo mientras me condujo a una mesa.

Asentí con la cabeza y le pidió al barman algo que no entendí, era otro idioma.

- ¿De dónde eres? - pregunté mientras un camarero me traía una Murphy's.

- Soy de Estocolmo, el barman y propietario del bar es mi padre, que también es de allí. Vinimos a Londres hace 10 años, cuando yo tenía 13 años. Allí nuestro negocio digamos que no iba muy bien y nos vinimos aquí. - dijo sin sacarme el ojo de encima.

- Por lo que veo, coges confianza muy rápido con la gente y les explicas tu vida, ¿no? - sonreí.

Soltó una carcajada.

- Sólo con damas preciosas como tú. - hizo sonrojarme.

Acabé con la cerveza.

- Estaba muy buena, gracias. - hice el intento de levantarme de la silla.

- No, espera, por favor. Ahora debo cantar. Espera, es mi última canción. - se levantó y se apresuró para subir al escenario.

Empezó a cantar una canción preciosa y dolorosa por mi parte, era Little Things de One Direction, el grupo de mi ex novio. Intenté contener las lágrimas, cosa que se me hizo muy difícil pero que al final lo conseguí. Terminó la canción y Sean bajó feliz, cogió su abrigo que estaba en un colgador cerca del escenario y vino hacia mí.

- ¿Vamos? - preguntó y abrió la puerta.

- ¿A dónde? Sean, nos conocemos de apenas hace unos minutos. - reí.

- Lo sé y no me importa. - volvió a sonreír. "

Esa tarde lo pasé genial y decidimos vernos día tras día hasta que se declaró y fuimos pareja. Poco después de que yo triunfara, Sean dejó la banda y entró en una empresa. Eso lo cambió por completo: se volvió más serio y su sonrisa se perdió, ya no era el chico alegre y ligón que conocí en ese bar pero seguía queriéndole, cosa que por su parte no podía decir lo mismo después de ver esa escena.

Novela "No te vayas, por favor" (Louis Tomlinson) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora