Eran las 19h y llegamos al hotel. Nos dieron las llaves de nuestras habitaciones. Yo dormía al lado de Silvia y Zayn, habitación 106. Louis tenía la 113.
- Venga, ha deshacer las maletas. – me dije estando en mi habitación.
Empecé a colocar la ropa en el armario. Al terminar, inspeccioné la habitación. Era muy grande, con las paredes color ocre y una cama de matrimonio. No había ninguna ventana, simplemente una pared era todo vidrio con una puerta para acceder al balconcillo. El baño era grande, con una bañera, ducha y jacuzzi. Tenía un enorme espejo. “Se nota que es un hotel de 5 estrellas”, pensé. No pude resistirme a la tentación de tirarme encima la cama como una cría y así lo hice. Corrí y cuando estaba lo suficientemente cerca, me tiré en plancha.
- Esto es vida. – suspiré.
Alguien llamó a la puerta y lo maldecía mientras me levantaba de esa cómoda cama. ¿Quién me interrumpía mi momento de relax? Abrí la puerta de mala gana y alguien se me lanzó a los brazos.
- GRACIAS – gritó a mi oído.
- Es lo mínimo que puedo hacer por ti, Tel. – le devolví el abrazo.
- TE QUIERO MUCHO, MUCHO, MUCHO – empezó a darme besos por toda la mejilla.
Cuando le iba a contestar, alguien del pasillo me interrumpió.
- No la beses tanto que después no querrá que yo la bese.
Tel se separó de mí para girarse y ver quién era. Era él, apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa que mostraba sus blancos dientes. Me sonrojé mucho e intenté parar mi nerviosismo tocándome el pelo y escondiéndome detrás de Estelle para que no me viera roja como un tomate.
- Creo que me voy… - me dijo mi amiga sacándome la lengua.
La fulminé con la mirada pero a la vez se lo agradecía telepáticamente. Louis se apartó para que Estelle pudiera salir y cuando lo hizo, volvió a mirarme con una sonrisa dibujada en sus finos labios. Se acercó hacia mí y recorrió toda mi habitación con la mirada. Posó sus manos en mi cadera y besó mi nariz. Un gesto muy tierno que hizo volver sonrojarme.
- ¿Te gusta? – preguntó.
- ¿El qué? – estaba confusa, no sabía de que me hablaba.
- La habitación, ¿de qué sino? – sonrió.
- Ah, sí. Es muy grande – dije con entusiasmo.
Seguía con las manos en mi cadera y me miraba fijamente. Estuvimos así unos segundos que a mí me parecieron una eternidad. Suerte que habló, creía que me perdía en sus ojos azules.
- ¿Quieres que cenemos juntos? Después podemos ir a un lugar muy especial.
- ¡Claro! ¿Dónde iremos?
Puso su dedo en mis labios para hacerme callar.
- Shhh preguntas para luego. – quitó sus manos y me dio la espalda. – Arréglate, aunque así ya vas perfecta. – dijo en un susurro. – Te paso a buscar a les 21h.
Miré el reloj digital que me traje y marcaban las 19:35h.
- Está bien. – y cerró la puerta. - ¿Y yo ahora qué me pongo? – me pregunté a mí misma.
Abrí el armario y busqué vestidos que anteriormente los había colocado ordenadamente. Opté por un vestido de rayas negras muy finas, ajustado, de tirantes y con una cremallera en medio de él. Cogí una chaqueta fina blanca a juego.
Decidí darme un baño de espuma relajante porque aún tenía tiempo. Me sirvió para hacer hipótesis de dónde me llevaría Lou pero sólo se me ocurría hacer una vuelta por el parque o algo así. Estuve un ratito más hasta que me di cuenta que en 25 minutos, mi “lo-que-fuera” (Louis) vendría a recogerme. Me sequé el cuerpo y enrollé una toalla en mi pelo. Cogí mi neceser de la maleta y empecé a maquillarme, sin exceso. Me delineé un poco los ojos y me puse un poco de rímel. Cuando terminé del maquillaje, me sequé el pelo con la misma toalla. Una vez lista, me miré al espejo y decidí hacerme una pequeña trenza al lado y cogerla con un clip. Me puse la ropa y volví a mirarme. Me gustaba como me quedaba. Faltaban sólo 10 minutos para que Louis viniera, así que desbloqueé mi móvil y vi un mensaje de Johnny:
“Pásalo muy bien allí y cuida de Silvia, por favor. Besos, Johnny”. Sonreí al verlo. Tocaron la puerta y volví a mirar el reloj, no podía ser Louis porque aún no era la hora acordada. Abrí y me encontré a Silvia.
- DEBES AYUDARME – dijo nada más verme. – AHORA. – entró a mi habitación desesperada.
- ¿Qué te pasa? – se sentó en la cama apoyando los codos en sus piernas y escondió su cabeza entre sus manos. - ¿Silvia? – me miró.
- HARRY – sólo dijo.
- Como no te expliques me tendré que ir…
- Vale, vale. Sólo que no me ha dirigido la palabra ni me ha mirado en todo el p*to viaje y arrrrrrgh. - pausó. – Quiero saber por qué.
- A ver… - tocaron a la puerta y me interrumpieron. – Seguiremos con la conversación cuando vuelva. – me acerqué a ella y le besé la frente. – Ahora intenta hablarle tú, puede que esté esperando que tú des el primer paso.
Sonrió satisfecha y se levantó.
- Gracias, Rachel. Luego hablamos. – estaba a punto de irse pero se giró. - ¡Ah! Que vaya bien tu cita. – me guiñó el ojo.
- No es una cita – reí divertida.
- Si, ya – ironizó.
Abrió la puerta y allí estaba Louis.
- Cuídamela – Silvia le dijo refiriéndose a mí.
- Eso te lo garantizo con total seguridad. – le sonrió y me sonrojé.
Cuando oímos que la puerta de Silvia se cerraba, Lou entró y cerró la puerta a sus espaldas. Se dedicó a mirarme de arriba abajo y me era muy incómodo. Finalmente su mirada llegó a mis ojos.
- Estás… - no encontraba la palabra. – alucinante.
- Tú también.
Él llevaba una camiseta blanca básica con una americana desabrochada negra y pantalones tejanos oscuros con unas vans negras.
- ¿Nos vamos? – tendió su mano.
- Claro. – se la di y salimos de mi cuarto.
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Aquí tenéis un nuevo capitulo como os prometí :3 ya sabéis, si queréis que suba más 4 votos y un comentario! Necesito opiniones de si os gusta o no como transcurre la novela :S
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Novela "No te vayas, por favor" (Louis Tomlinson) [CANCELADA]
Teen FictionRachel pasó de ser una simple chica normal a ser una gran diseñadora de moda reconocida por todo el país. Gracias al gran sacrificio de abandonarlo todo, todo significa su familia y su novio Louis, cumplió su gran sueño. Louis Tomlinson le ocurrió a...