Novela "No te vayas, por favor" (Louis Tomlinson) [CANCELADA]

Capitulo 5:

Me puse el pijama y fui directa a la cama. Empecé a recordar Doncaster, toda la gente: mi padre, mi madre y mi hermano, los que me querían mucho pero se cansaron de mí, al panadero Robbie, que siempre que me veía me daba una pastita, a la señora Elizabeth, que siempre refunfuñaba por todo pero la quería un montón, y Richard, mi mejor amigo. Reí pensando en ellos y en las travesuras que había hecho con esa gente. Añoraba esos años en que estuve allí., mis mejores años.

*Flashback*

- No tienes que huir de mí. - dijo cogiéndome el brazo mientras yo intentaba correr.

Me paralicé. Mi vergüenza siempre me paralizaba y mi instinto era de huir de ese lugar. Él era el chico que me gustaba y me tocó la mejilla con sus manos muy delicadamente. Estaba tan nerviosa que salí corriendo, pero él me atrapó. A mis 17 años y era así de tímida... Era una vergüenza para la sociedad.

- Ah... - intenté hablar, pero no pude.

- No hables. Debo decirte algo... - "Genial, ahora mis nervios se han triplicado, seguro que es algo malo", pensé. - Eres la persona más tímida que he conocido, me parece perfecto, pero es que...

- Lo sé, me odias. - le corté. - Yo también me odio por ser como soy. - Por mucho que intento cambiar no puedo. - estaba tan avergonzada de mi que se me escapó un lágrima, pero no dejaba de mirar a Louis - ¿Por qué? Porque no tengo suficiente fuerza de voluntad. Y mi timidez se multiplica por mil cuando gente que no conozco o simplemente cuando tu estas cerca porque... - callé. Casi expresé mis sentimientos.

- Porque te gusto. - dijo serio sin apartar la mirada.

Miré el suelo. Estaba con el corazón a mil y temblando. Él lo notó porqué seguía cogiéndome el brazo.

- A eso he venido, Rachel. Vamos a la misma clase, antes hablábamos muchísimo cuando estábamos sentados juntos, pero desde entonces te has vuelto una completa extraña para mí y... Te extraño.

¿Extrañarle a Louis? ¿Extrañarle al chico más popular del instituto? Eso me hizo feliz. Pero un pequeño pensamiento mío me decía que lo hacía para ser otra víctima de sus "trampas de amor".

- ¿Por q...? - me tapó la boca.

- Porque en este tiempo que no hemos hablado, he pensado en ti mucho. Seguramente pensarás que te estoy mintiendo para ser otra chica de las del montón pero... Mis sentimientos son sinceros y creo que me gustas. - Sus ojos brillaban más que nunca, su color azul era más potente y bonito que de costumbre.

Otra lágrima rodó por mi mejilla, pero esta vez, de felicidad. Le sonreí mientras me frotaba el ojo. Me devolvió la sonrisa y me mostró esos perfectos y blancos dientes. De repente, su expresión cambió y se puso serio. Su cara cada vez se iba acercando a la mía. Cerré los ojos. Sus labios posaron sobre los míos haciendo que ese beso que convirtiese en el más dulce que haya tenido jamás.

*Fin del flashback*

- Louis. - dije despertándome.

Mi sueño había sido un recuerdo, el recuerdo más precioso que tenía. Ese fue nuestro primer beso, el beso más especial que tuvimos, pero cada uno de ellos han sido especiales a su manera, besos que nunca podrán repetirse.

Lágrimas empezaron a salir de mi serio rostro. Al fin descubrí ese pequeño hueco en mi corazón que estaba vacío y el porqué: seguía amando a Louis Tomlinson pero él ya no estaba a mi lado.

- ¡Soy una estúpida! - me repetía llorando con las manos en la cabeza mientras me pegaba. - ¡Soy una idiota!

Esto duró unos minutos hasta que paré de llorar y volví en mí. Me aseé y me puse ropa de calle: unos jeans ajustados y una camiseta de tirantes rosada con unas Converse rojas. Dejé la habitación recogida, cogí la maleta y abandoné el hotel. Pedí un taxi y me condujo hasta Hyde Park. Allí aparqué mi coche el día anterior. Puse la maleta en el coche y lo arranqué. Estaba decidida en volver a mi ciudad natal.

Después de unas tres horas de viaje, llegué a mi destino. Busqué la casa donde me crié, no fue problema encontrarla. Aparqué delante y salí del coche. Me limité a estar quieta delante de esa casa y no pude evitar mi sonrisa. Había echado mucho de menos esas cuatro paredes y las personas que vivían dentro: mis padres y mi hermano. Llamé la puerta como lo hacía antes, tres toques y un codazo. Enseguida se oyeron pasos bastante rápidos dirigirse a la puerta y finalmente se abrió.

- ¡RACHEL!

- Hola, papá. - sin dudarlo, lo abracé con muchísima fuerza. - Os he echado de menos.

En pocos segundos, la cotilla de mi madre se asomó a ver quién era. No tardó en cambiar su expresión, estaba muy sorprendida y fue corriendo para abrazarme también.

- ¡HIJA!

- Haha hola mamá. - no pude evitar reírme.

Pasamos la mañana hablando de mi trabajo, vida personal y todas esas cosas que se hablan cuando hace mucho que no ves a alguien.

- ¿Por qué has venido, Rachel? - preguntó mi madre.

- Os añoraba. - mentí.

Los dos sonrieron.

- ¿Y cuanto tiempo te quedarás?

- La verdad, no lo sé. Creo que una temporada larga, alquilaré un piso por la zona y...

- ¡Nada de alquilar! - chilló mi padre. - Tú te quedas aquí. Ya hicimos mal en dejarte independizar tan pronto...

Volví a abrazarlo.

- Gracias - dije con felicidad. - Por cierto, ¿y Blake?

- Se fue con unos amigos. Pasará la noche fuera. Mañana se llevará una gran sorpresa... - rió mi madre mientras se dirigía hacia la cocina para preparar la comida.

Nos quedamos mi padre y yo solos en el comedor. Empezó su "Interrogatorio".

- Y bien... ¿tuviste novio en Londres?

- Sí, pero la cosa no fue bien y lo dejamos hace ya un par de meses. - volví a mentir.

- Oh... ¿Por qué no fue bien? - era un cotilla.

- Me engañó con otra.

Se le abrieron los ojos como platos.

- Ya puedes decirme quien hizo esto a mi preciosa hijita. - dijo con un tono protector. Me di cuenta que mi padre, desde que me fui, había cambiado.

- No te preocupes, era más bien un "rollo" que una relación seria. - le sonreí para que se aliviara un poco.

- ¿No cómo Louis? - vaya, tocó mi punto débil.

- Exacto, no como Louis... Que por cierto, ¿dónde está él?

Minuto de silencio.

- ¿Papá?

- Él aún estaba enamorado de ti los primeros meses, Rachel. Siempre venía a vernos y preguntaba por ti, pero un día, ya no pasó nunca más por aquí. No tengo ni idea de por qué, pero nos preocupó bastante a tu madre y a mí. Era un buen chico.

- Y tanto que lo era... - susurré pero no me oyó.

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